En
el contexto actual, Europa se orienta hacia un rearme sustancial y España
se ve obligada a aumentar su gasto en defensa, que en 2023 se situaba en
torno al 1,3% del PIB (aproximadamente 19.000 millones de euros). Según
diversas fuentes, estos datos oscilan entre un 1,28% y un 1,51% del PIB,
mientras que la media de la Unión Europea se sitúa en torno
al 1,5% y la meta establecida por la OTAN es alcanzar, al menos, el 2%
– e incluso se baraja un escenario del 3% ante las crecientes amenazas
internacionales. La OTAN, en la Cumbre de Madrid de 2022, extendió
el plazo para cumplir este objetivo hasta 2029, y el Gobierno español
ha diseñado una senda paulatina para llegar a unos 36.000–36.500
millones de euros anuales en defensa, lo que implicaría casi duplicar
el presupuesto actual. Este incremento supone que el gasto en defensa podría
convertirse en la segunda mayor partida de los Presupuestos Generales,
por detrás únicamente de las pensiones, superando en conjunto
los gastos en Sanidad, Educación y Servicios Sociales.
Por otro lado,
la inversión pública en infraestructuras ha alcanzado niveles
récord en España, impulsada en parte por los fondos europeos
de recuperación. En los Presupuestos Generales del Estado de 2023
se destinaron 46.205 millones de euros a inversiones totales, de los cuales
14.521 millones se asignaron a obra pública, cifra histórica
que ha propiciado un "trienio dorado" en construcción. Destacan
sectores como la vivienda social, con 3.462 millones – incluyendo partidas
para alquiler asequible y rehabilitación energética –, y
las infraestructuras viarias, con 2.666 millones destinados a carreteras,
de los que 1.548 millones se invierten en mantenimiento, corrigiendo un
déficit histórico. En el ámbito hidráulico,
el gasto en obras relacionadas con presas, abastecimiento y saneamiento
se situó en 541 millones, creciendo un 50% respecto a 2018, mientras
que en transporte ferroviario la inversión alcanzó los 7.991
millones. Estas inversiones, gestionadas por diferentes organismos, han
dinamizado el sector de la construcción, generando además
más de 300.000 empleos.
El aumento
del gasto en defensa supone un reto para la redistribución presupuestaria
en España. El clásico dilema “guns versus butter” se hace
patente, ya que destinar varios miles de millones adicionales a Defensa
puede forzar la reducción de inversiones en infraestructuras civiles
– como nuevas autovías, vivienda social o mantenimiento de sistemas
hídricos – salvo que se compense con mayores ingresos o endeudamiento.
La experiencia de periodos de austeridad muestra que, en ausencia de reformas
estructurales, el ajuste fiscal tiende a recaer en la inversión
pública, lo que podría afectar a la continuidad de proyectos
y a la seguridad y longevidad de la red vial y de las infraestructuras
de agua.
Además,
la repercusión se extiende a la demanda de mano de obra y materiales.
Un descenso en la obra pública civil impactaría negativamente
a las constructoras y a la industria de materiales básicos, como
el cemento o el acero estructural, mientras que el auge en el sector de
defensa podría favorecer sectores industriales orientados a la producción
de armamento y equipamiento militar. Este fenómeno podría
derivar en un desplazamiento de empleo desde el ámbito de la construcción
tradicional hacia el sector industrial-militar, afectando especialmente
a aquellas regiones dependientes de la obra pública.
No obstante,
el rearme también abre oportunidades para el sector de la construcción.
La adjudicación de contratos para la construcción y mantenimiento
de infraestructuras militares – como bases, cuarteles, arsenales, y la
adaptación de infraestructuras civiles para uso dual (civil y militar)
– puede generar nuevos nichos de negocio. Proyectos como la nueva Base
Logística del Ejército de Tierra en Córdoba, valorada
en unos 500 millones de euros y con un impacto directo en el empleo local,
ejemplifican estas oportunidades. Asimismo, iniciativas de infraestructura
dual, promovidas tanto por el Estado como por la Unión Europea,
podrían compensar, en parte, la reducción en la inversión
pública tradicional, diversificando la cartera de proyectos para
constructoras y empresas de ingeniería.
En conclusión,
la subida del gasto en defensa en España hacia el 2%–3% del PIB
tendrá efectos dobles en el sector de la construcción e infraestructuras.
Por un lado, se corre el riesgo de una contracción en la inversión
en obra pública civil, lo que afectaría al empleo y a la
demanda de materiales tradicionales. Por otro, se abrirán nuevas
oportunidades en el ámbito de infraestructuras militares y proyectos
duales, que podrían mitigar el impacto negativo si se acompaña
de una gestión fiscal adecuada y de apoyos europeos. El desafío
para los profesionales del sector será diversificar sus actividades
y adaptarse a un entorno de reorientación presupuestaria, sin que
la seguridad nacional comprometa la inversión en infraestructuras
fundamentales para el crecimiento económico y el bienestar social.
NOTAS:
Impacto del
Aumento del Gasto en Defensa en el Sector de la Construcción e Infraestructuras
Gasto en Defensa
Actual en España y Europa (% PIB y Perspectivas 2%-3%)
España
se encuentra entre los países de la OTAN con menor esfuerzo en defensa
en proporción a su economía. En 2023, se destinó en
torno al 1,3% del PIB a gasto militar (aproximadamente 19.000 millones
de euros). Según los datos disponibles, esto equivale a 22.610 M€
(1,51% del PIB, medido por SIPRI), aunque la estimación de la OTAN
para 2023 es ligeramente inferior (1,19% del PIB, subiendo a 1,28% en 2024).
En términos comparativos, la media de la UE en 2022 fue cercana
al 1,5% del PIB en defensa, mientras que la meta de la OTAN es alcanzar
el 2%. Solo unos 22 países lograron llegar al 2% hacia 2023, situando
a España en último lugar (1,28% del PIB) entre los que aún
no cumplen la meta.
Las presiones
internacionales han llevado a comprometer aumentos sustanciales. La OTAN
acordó en la Cumbre de Madrid 2022 extender el plazo para llegar
al 2% del PIB en defensa hasta 2029. El Gobierno español ha reafirmado
este compromiso y se ha diseñado una senda de incremento paulatino
hasta alcanzar aproximadamente el 2% en 2029 (unos 36.000-36.500 M€
anuales). Entre 2014 y 2024, el gasto español se duplicó
de 9.500 M€ a 19.723 M€ (+107%), aunque en porcentaje del PIB
solo subió de 0,92% a ~1,28%. A partir de 2022, tras la invasión
rusa de Ucrania, los presupuestos de Defensa se aceleraron y para 2025
se prevé llegar a ~1,39% del PIB (21.564 M€), manteniendo la
senda hacia 2029.
En el contexto
europeo, se baraja ir más allá del 2%, pues algunos líderes
comunitarios sugieren que será necesario incluso un 3% del PIB en
defensa para garantizar la seguridad, dada la amenaza rusa. Países
como Polonia ya han anunciado niveles inéditos (en 2024 gastó
~4,1% y apunta a 4,7% del PIB) para reforzar sus Fuerzas Armadas. En resumen,
Europa se encamina a un rearme notable, con la Comisión Europea
hablando de movilizar hasta 800.000 M€ en Defensa en los próximos
años, y se espera que el gasto militar europeo siga creciendo de
forma sostenida.
Tabla 1.
Compromisos de Gasto en Defensa (España vs. Entorno Europeo)
Indicador de
Defensa:
España
(dato reciente): ~1,3% del PIB (2023) [Objetivo 2% en 2029]
Europa (UE/OTAN):
~1,5% del PIB (UE en 2022); Meta OTAN ?2% (posible 3%)
Presupuesto
de Defensa Anual:
España:
19.000 M€ (aprox. 2023); Plan ? 36.000 M€ en 2029
Europa: ~240.000
M€ (suma del gasto de defensa en EU27 en 2022)
Gasto Per
Cápita en Defensa:
España:
467 € por habitante (2023)
Europa: Referencia:
~600 € en Francia; ~1100 € en EE.UU. (datos orientativos)
Posición
en OTAN (% PIB):
España:
Último lugar entre 30 países (2023, 1,28% del PIB)
Europa: ~18
de 30 países alcanzan el 2% (2023); Polonia ~4% del PIB
El esfuerzo
adicional para España es significativo: pasar de ~1,3% a 2% del
PIB implica casi duplicar el presupuesto de defensa en pocos años.
De cumplirse, el gasto militar español se convertiría en
la segunda mayor partida de los Presupuestos Generales, solo por detrás
de las pensiones, superando incluso los presupuestos actuales de Sanidad,
Educación y Servicios Sociales combinados. Este contexto plantea
interrogantes sobre cómo se financiará dicho aumento y qué
impactos tendrá sobre otras áreas de inversión pública,
especialmente en infraestructuras.
Inversión
en Construcción y Mantenimiento de Infraestructuras en España
(Datos Actuales)
El esfuerzo
inversor público en infraestructuras civiles en España ha
alcanzado máximos históricos recientes, impulsado en parte
por los fondos europeos de recuperación. En los Presupuestos Generales
del Estado (PGE) de 2023 se destinaron 46.205 M€ a inversiones totales
(incluyendo capital para distintos fines). De este monto, la inversión
directa en obra pública alcanzó 14.521 M€, lo que representa
un aumento del 30% respecto al año anterior y la cifra más
alta registrada en un presupuesto español. Esta apuesta supera incluso
el pico de 2010 (Plan E) y ha permitido un “trienio dorado” 2021-2023 en
construcción pública.
A continuación,
se detallan las principales áreas de inversión en construcción
y mantenimiento de infraestructuras para 2023, con énfasis en vivienda
social, carreteras, abastecimiento de agua y presas:
Tabla 2.
Inversión Pública Prevista en Infraestructuras por Sector
(PGE 2023)
• Vivienda
(parque social y rehabilitación): - 3.462 M€ (récord
histórico) - Incluye 836 M€ para vivienda asequible en alquiler
(260 M€ vía Sepes en suelo público), 880 M€ para
rehabilitación energética (PRTR) y 421 M€ para el Plan
Estatal de Vivienda
• Carreteras
(Red de Carreteras del Estado): - 2.666 M€ - De este total, 1.548
M€ se destinan a conservación (mantenimiento, cifra histórica
+5,2% vs. 2022) - ~1.118 M€ para ampliaciones y nuevas infraestructuras
• Infraestructuras
Hidráulicas (agua): - 541 M€ (ejecutado en 2022) - Gasto del
Ministerio de Transición Ecológica en obras hidráulicas
(presas, abastecimiento, saneamiento) - Crecimiento del 50% desde 2018
(cuando era 362 M€) - Los Planes Hidrológicos 2022-2027 prevén
22.844 M€ en inversiones hídricas, apoyados por fondos UE (PRTR
aporta 3.167 M€)
• Transporte
Ferroviario (AVE, red convencional): - 7.991 M€ - (La mayor partida
individual de Mitma en 2023, duplicando la inversión de 2018 en
ferrocarril)
• Total Mitma
(Transportes) – Inversiones: - 16.550 M€ - Suma de inversiones en
vivienda, infraestructuras y movilidad gestionadas por Mitma - ~4.100 M€
se transfieren a Comunidades Autónomas y ayuntamientos - El total
del Ministerio (21.273 M€) equivale al 1,6% del PIB y genera ~310.000
empleos según el Gobierno
En cuanto
al mantenimiento de infraestructuras, destaca el esfuerzo en carreteras:
los 1.548 M€ destinados a la conservación vial suponen la corrección
de un déficit histórico, mejorando la seguridad y la longevidad
de la red. En el ámbito hidráulico, muchos embalses y sistemas
de saneamiento requieren renovación; el incremento del 50% en inversión
anual en el sector del agua desde 2018 es señal de esta necesidad.
Asimismo, se están acometiendo inversiones urgentes para hacer frente
a la sequía (por ejemplo, 1.400 M€ adicionales en 2023 para
nuevas desaladoras, trasvases y reutilización), evidenciando la
modernización imperativa de las infraestructuras hídricas.
En el área
de vivienda social, el presupuesto de 3.462 M€ en 2023 es el mayor
jamás destinado por el Estado, con programas destinados a construir
100.000 viviendas públicas en alquiler asequible a medio plazo y
rehabilitar más de 500.000 viviendas antes de 2026, especialmente
en el ámbito de la eficiencia energética. Estas inversiones
han dinamizado el sector de la construcción, que venía recuperándose
tras la crisis financiera anterior.
En resumen,
España ha incrementado su inversión en infraestructuras de
transporte, vivienda y agua a niveles récord gracias al impulso
fiscal y a los fondos europeos. Sin embargo, mantener este esfuerzo en
el futuro dependerá de las disponibilidades presupuestarias, y el
escenario de aumento del gasto militar coincide temporalmente con el fin
de los fondos extraordinarios europeos (previstos para 2026-27), lo que
genera preocupación sobre una posible reorientación del gasto
público.
Efectos del
Aumento del Gasto en Defensa sobre la Construcción e Infraestructuras
El fuerte incremento
previsto del gasto militar (del ~1,3% al 2%-3% del PIB) tendrá implicaciones
importantes para el sector. Se analizan a continuación los principales
aspectos:
a) Reasignación
presupuestaria (“guns vs. butter”):
Dedicación
de miles de millones adicionales a Defensa puede forzar la redistribución
del presupuesto, restando recursos a infraestructuras civiles, salvo que
se compense con mayor endeudamiento o ingresos.
Algunos líderes
comunitarios han señalado la necesidad de recortar sanidad y servicios
sociales para garantizar la seguridad.
Aunque se
intente tramitar el aumento de Defensa como programa especial fuera del
techo de gasto, el déficit público se verá afectado,
pudiendo recortarse la inversión en infraestructuras en periodos
de austeridad.
b) Impacto
en la inversión pública en construcción:
Podría
producirse una reducción o ralentización de proyectos de
construcción y mantenimiento.
Posibles posposiciones
en nuevas autovías, recortes en planes de vivienda o menor renovación
de infraestructuras hidráulicas.
La conservación
de infraestructuras existentes (carreteras y redes de agua) también
podría resentirse, afectando a las empresas constructoras, sobre
todo de cara a 2027-2030.
c) Efectos
en la demanda de mano de obra y materiales:
Una disminución
en la obra pública civil afectaría la demanda de mano de
obra y de insumos básicos (cemento, acero, áridos, etc.).
El aumento
del gasto en defensa generaría nuevas demandas en sectores industriales
(metalurgia, electrónica, química), aunque estos empleos
suelen ser menos intensivos en mano de obra.
El auge en
la producción militar podría influir en el precio del acero
y otros materiales básicos, afectando los insumos tradicionales
de la construcción.
d) Oportunidades
para el sector construcción (proyectos militares y duales):
El rearme abre
oportunidades para la construcción de infraestructuras militares:
bases, cuarteles, polígonos de entrenamiento, arsenales, astilleros
y aeródromos.
Además,
la UE promueve la “infraestructura dual” (civil-militar), adaptando infraestructuras
de transporte civiles para usos militares (por ejemplo, mejoras en puentes,
vías férreas y aeropuertos).
Estos proyectos
ofrecen nuevos contratos para empresas constructoras, diversificando la
cartera de proyectos y compensando en parte la posible reducción
en la obra pública civil.
Conclusión
La subida del
gasto en defensa en España hacia el 2%-3% del PIB tendrá
un doble efecto sobre el sector de la construcción e infraestructuras.
Por un lado, existe el riesgo de contracción en la inversión
pública civil, lo que afectaría la demanda de materiales,
empleo y encargos para las constructoras tradicionales. Por otro lado,
surgirán oportunidades en proyectos vinculados a la defensa y en
infraestructuras duales. El balance dependerá de las decisiones
de política económica: si se logra financiar el rearme sin
recortar excesivamente la inversión en infraestructuras (por ejemplo,
mediante flexibilización fiscal o apoyos europeos), el impacto negativo
podría moderarse. Es esencial que los profesionales del sector diversifiquen
su cartera hacia proyectos especializados en defensa y seguridad, manteniéndose
atentos a la evolución de los presupuestos públicos y las
prioridades de inversión estatal.
Fuentes:
Ministerio de Defensa, Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana,
Ministerio para la Transición Ecológica, Comisión
Europea, INE; datos SIPRI y OTAN; informes y prensa económica actualizados
a marzo de 2025.
Autoría:
Juan García – Especialista en Infraestructuras Comerciales y Consultor
en Riesgos Geológicos con años de experiencia internacional
Se invita a
los lectores a compartir este artículo en redes sociales y a participar
en el debate, aportando sus opiniones y planteando sus preguntas sobre
los retos y oportunidades que se avecinan en el sector.
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