La
Controversia de los Rascacielos
Desde el nacimiento
del rascacielos a finales del siglo XIX, han existido críticos que
argumentan que estos edificios altos quitan más de lo que aportan
a la sociedad. Figuras destacadas de la arquitectura, como Frank Lloyd
Wright, predijeron su desaparición, aunque posteriormente él
mismo diseñó un prototipo de un edificio de una milla de
altura para Chicago en 1956.
Inicialmente,
muchas ciudades impusieron límites de altura a los edificios. En
1894, Londres restringió la altura de los edificios a 24 metros.
Sin embargo, estas restricciones se levantaron gradualmente al comprenderse
que obstaculizaban más de lo que ayudaban. Nueva York, en 1916,
adoptó un enfoque diferente al regular la forma de los edificios
mediante reglas de retroceso, permitiendo que su skyline floreciera en
los años 20. Eventualmente, Londres también revocó
sus restricciones de altura, reconociendo la necesidad de edificios altos.
El Rol de los
Rascacielos en la Economía Urbana
Para entender
la importancia de los rascacielos, es fundamental comprender por qué
la mayoría de la población mundial vive en ciudades. Las
ciudades son, ante todo, mercados laborales donde las personas encuentran
empleo. Además, los centros urbanos ofrecen una variedad de experiencias
culturales, educativas y sociales que atraen y retienen a los residentes.
Ejemplos notables
incluyen los condados más productivos de EE. UU.: Nueva York (Manhattan),
Los Ángeles y Cook (Chicago), que juntos generan el 9% del PIB de
EE. UU. utilizando solo el 0.18% de su territorio. Londres, por su parte,
contribuye con un 22% del PIB del Reino Unido.
La Importancia
de los Rascacielos en la Planificación Urbana
Los rascacielos
actúan como máquinas que reducen la geografía, maximizando
el uso del terreno disponible y permitiendo a más personas y empresas
coexistir en espacios reducidos. Sin embargo, también generan efectos
negativos como sombras y emisiones de gases de efecto invernadero. La solución
no es prohibirlos, sino implementar políticas que incentiven mejoras
sin eliminar sus beneficios.
Por ejemplo,
ciudades como Nueva York y Londres penalizan a los desarrolladores que
generan excesivas emisiones de carbono, una política que debería
expandirse a todos los propietarios.
Vivienda y
Sostenibilidad
La respuesta
a la asequibilidad de la vivienda es inundar el mercado con nuevas unidades
en toda la ciudad. Restringir la construcción en áreas no
céntricas fomenta la aparición de rascacielos de lujo en
el centro, debido a la demanda internacional y las limitaciones de oferta
en otras zonas metropolitanas.
En términos
de sostenibilidad, aunque los edificios de cinco a diez pisos son más
eficientes en términos de emisiones de carbono, no es viable imponer
su construcción por decreto. En cambio, la solución radica
en reducir el uso de automóviles y fomentar el transporte público
y las energías verdes.
Conclusión
Los rascacielos
son una parte esencial de las ciudades modernas, permitiendo un uso eficiente
del espacio y fomentando el crecimiento económico. Las grandes ciudades
necesitan rascacielos para prosperar, pero deben equilibrar su desarrollo
con políticas que mitiguen sus impactos negativos. Al escuchar el
valor de la geografía y permitir que los rascacielos se erijan en
el lugar y momento adecuados, las ciudades pueden organizarse de manera
óptima para servir a sus habitantes.
Ejemplo Práctico:
En el caso
de Nueva York, la implementación de zonas de transferencia de derechos
de desarrollo permite que las áreas con restricciones de altura
transfieran su capacidad de construcción a zonas designadas para
rascacielos. Este enfoque ha permitido una distribución más
equitativa del espacio urbano y una mayor flexibilidad en la planificación
urbanística.
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