Expertos en gestión de inundaciones han señalado que el volumen de lluvia, que excedió los 300 mm en menos de una semana, ha sido difícil de prever y manejar. El área afectada, caracterizada por una amplia red de ríos, vio cómo sus sistemas de drenaje fueron completamente sobrepasados, lo que resultó en inundaciones que superaron las defensas existentes y afectaron a las comunidades locales.

Aprendizaje y Preparación

A pesar de que neutralizar completamente un desastre de esta magnitud puede ser imposible, es crucial aprender de cada evento. Se sugiere que las ciudades y comunidades consideren no solo cómo recuperarse de las inundaciones, sino cómo hacerlo de manera que estén mejor preparadas para el próximo evento. Esto implica repensar la infraestructura y los planes de urbanismo para incorporar mayor resiliencia y reducir las vulnerabilidades existentes.

Adaptaciones y Transformaciones

Los especialistas en resiliencia sugieren que se deben realizar cambios incrementales y, en algunos casos, transformaciones radicales en cómo las comunidades viven con el riesgo de inundaciones. Esto podría incluir la creación de espacios que permitan una gestión más controlada del agua, como áreas que puedan inundarse de manera segura sin causar daños catastróficos, o viviendas diseñadas para ser resistentes o rápidas de recuperar en caso de inundación.

Estrategias de Mitigación a Tres Niveles

La preparación para inundaciones de gran magnitud debe considerar tres niveles de intervención:

• A nivel de cuenca: Utilizar el terreno de manera que se minimice el impacto de las lluvias en los ríos y corrientes de agua.
• Defensa: Construir y reforzar defensas contra inundaciones como diques y barreras.
• Resiliencia comunitaria: Desarrollar estrategias para que la sociedad y la infraestructura puedan responder y recuperarse rápidamente en caso de inundaciones.

Conclusión

Las recientes inundaciones en Brasil son un recordatorio de que los eventos climáticos extremos son una realidad con la que Iberoamérica debe lidiar más efectivamente. Mientras que las soluciones de ingeniería pueden ofrecer cierta protección, la clave estará en integrar la adaptación climática en todos los niveles de planificación y desarrollo. Aprender de cada desastre y fortalecer la resiliencia debe ser una prioridad para mitigar los impactos futuros y proteger a las comunidades vulnerables.