La
guía práctica de financiación de infraestructuras
de inmoley.com es un recurso invaluable en este contexto. Ofrece conocimientos
profundos y estrategias sobre cómo estructurar la financiación
de proyectos de gran envergadura, abordando aspectos críticos como
la obtención de bonos de obligación general, la aplicación
exitosa a subvenciones y la captación de fondos a través
de programas de comercio de emisiones. Estas claves son esenciales para
proyectos como el Tren de Alta Velocidad de California, donde la planificación
financiera juega un rol crítico en la viabilidad y éxito
del proyecto.
El caso del
Tren de Alta Velocidad de California revela cómo la falta de una
fuente de financiación dedicada puede afectar los cronogramas de
construcción y la realización de los proyectos. La experiencia
muestra la necesidad de una planificación cuidadosa y la búsqueda
activa de diversas fuentes de financiación para superar estos obstáculos.
Inmoley.com, con su guía práctica, se posiciona como un aliado
estratégico para promotores, constructores y planificadores, proporcionando
las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos financieros
y llevar a buen término proyectos de infraestructura críticos
para el desarrollo y la sostenibilidad de las comunidades.
En conclusión,
la guía práctica de Inmoley.com no solo arroja luz sobre
los complejos mecanismos de financiación de infraestructuras, sino
que también inspira a una ejecución más eficiente
y efectiva de proyectos tan fundamentales como el Tren de Alta Velocidad
de California. A través de este recurso, se fomenta una mayor comprensión
y capacidad para navegar por el entorno financiero, asegurando que proyectos
visionarios se conviertan en realidades tangibles y beneficiosas para la
sociedad.
AVANCES Y DESAFÍOS
EN LA FINANCIACIÓN Y CONSTRUCCIÓN DEL FERROCARRIL DE ALTA
VELOCIDAD DE CALIFORNIA
La creación
del segmento operativo inicial del Ferrocarril de Alta Velocidad de California
ha presentado desafíos significativos, proporcionando lecciones
valiosas para las etapas futuras y otros proyectos similares. En diciembre,
el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, anunció una financiación
de 8.2 mil millones de dólares (unos 7.4 mil millones de euros)
para diez proyectos ferroviarios en el país, asignando 4.8 mil millones
de dólares (aproximadamente 4.3 mil millones de euros) al ferrocarril
de alta velocidad, una infraestructura actualmente inexistente en EE. UU.
El proyecto
del Ferrocarril de Alta Velocidad de California (CHSR) recibió 2.4
mil millones de dólares (aproximadamente 2.2 mil millones de euros)
de esta financiación. La Autoridad del Ferrocarril de Alta Velocidad
de California (CHSRA) es responsable de planificar, diseñar, construir
y operar el sistema ferroviario, con planes de establecer una línea
de 1,287 km exclusivamente para servicios de pasajeros, conectando las
principales ciudades del norte y sur de California. Los trenes alcanzarán
velocidades de hasta 354 km/h.
"Un viaje entre
Los Ángeles y San Francisco podría realizarse en menos de
tres horas, lo que actualmente podría tomar hasta ocho horas por
carretera, dependiendo de la congestión", afirma Garth Fernandez,
director regional del CHSRA en Central Valley. Destaca que el cambio modal,
junto con el plan de alimentar el servicio exclusivamente con energía
renovable, resultará en una reducción significativa de las
emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con el transporte
en el estado.
El proyecto
se divide en dos fases. La Fase 1 cubre 837 km entre Anaheim, una ciudad
cerca de Los Ángeles, Merced en el Valle Central y San Francisco
más al norte. La Fase 2 extiende la línea hacia el norte
hasta Sacramento y hacia el sur hasta San Diego. La CHSRA dividió
la Fase 1 en tres secciones, estando actualmente en construcción
la sección media de 275 km entre Merced y Bakersfield en el Valle
Central, con un coste estimado entre 25.2 mil millones y 27.7 mil millones
de libras (entre 30 mil millones y 33 mil millones de euros aproximadamente).
La necesidad
de un servicio ferroviario de alta velocidad comenzó a discutirse
en California en la década de 1980, ganando impulso en la década
de 1990. En noviembre de 2008, un punto de inflexión en el desarrollo
del proyecto ocurrió cuando los votantes californianos aprobaron
la Proposición 1A, apoyando la emisión por parte del estado
de 7.8 mil millones de libras (aproximadamente 9.3 mil millones de dólares
o 8.4 mil millones de euros) en bonos de obligación general para
la planificación y construcción de la línea de alta
velocidad.
"Nosotros no
tenemos una fuente de financiación dedicada, por lo que tenemos
que planificar en base a ser exitosos en nuestra solicitud de subvenciones",
señala Fernandez. Esto ha sido un reto importante para la CHSRA
en asegurar financiación adicional para completar la sección
del Valle Central.
El proyecto
ha asegurado subvenciones estatales y federales, así como financiación
del Programa de Cap-and-Trade de California, un sistema de comercio de
permisos de emisión de carbono. "Vendemos bonos para cap and trade.
Hemos recibido alrededor de 5.4 mil millones de dólares (aproximadamente
4.9 mil millones de euros) de esta fuente de financiación", añade
Fernandez.
La financiación
total recaudada para el proyecto hasta la fecha es de 17.4 mil millones
de libras (aproximadamente 20.8 mil millones de dólares o 18.7 mil
millones de euros).
La decisión
de CHSRA de priorizar la sección entre Merced y Bakersfield fue
influenciada por la financiación, especialmente los 2 mil millones
de dólares (aproximadamente 1.8 mil millones de euros) de fondos
federales asignados bajo la Ley de Recuperación y Reinversión
de América de 2009, que venían con el requisito adicional
de comenzar el trabajo en el Valle Central debido a su desventaja económica
histórica y los altos niveles de contaminación del aire.
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