El informe destaca la creciente presión sobre las cadenas de suministro de cables, exacerbada por la demanda acelerada de infraestructura submarina nueva como parte de la transición global hacia energías verdes. Esta situación pone de manifiesto la necesidad crítica de expandir las capacidades de producción de cables para prevenir una sobrecarga en las redes existentes y asegurar su protección efectiva.

Ante este panorama, el Policy Exchange avisa al gobierno británico para que ofrezca oportunidades de financiación verde que incentiven la expansión de la fabricación de cables, tanto para comunicaciones digitales como para interconectores de electricidad limpia. Esta iniciativa busca no solo asegurar el suministro y la protección de los cables submarinos, sino también fortalecer la infraestructura necesaria para los centros de datos del futuro.

La claridad en las responsabilidades entre el sector privado, propietario y mantenedor de los cables, y el Ministerio de Defensa (MoD) del Reino Unido, es esencial para garantizar la seguridad de esta infraestructura. El informe sugiere que se debe proporcionar una guía legal y operativa más clara a las organizaciones privadas sobre sus obligaciones y el punto en el que la defensa de estos activos críticos recae en el MoD.

Para aquellos interesados en profundizar en la importancia de los cables submarinos y su impacto en la seguridad y operatividad de los centros de datos, se recomienda la guía práctica de inmoley.com. Este recurso proporciona una visión integral sobre cómo abordar los riesgos de sabotaje en las inversiones inmobiliarias asociadas a centros de datos, ofreciendo estrategias para mitigar los riesgos y asegurar la continuidad del servicio.

En conclusión, la protección de los cables submarinos emerge como un imperativo global para asegurar la estabilidad y seguridad de los centros de datos y, por ende, de la economía digital en su conjunto. La colaboración entre gobiernos, el sector privado y organismos internacionales será clave para desarrollar e implementar estrategias que garanticen la resiliencia de nuestra infraestructura digital frente a amenazas emergentes. La era de la información demanda una visión proactiva y medidas concretas para proteger los fundamentos de nuestra conectividad global.