A
medida que se implementan estos requisitos, es vital que los administradores
de activos inmobiliarios comprendan y se alineen con los principios ESG
(ambientales, sociales y de gobernanza). Además, los edificios residenciales
deberán alcanzar al menos la clase de eficiencia energética
E para 2030 y D para 2033. Además, el uso de combustibles fósiles
en los sistemas de calefacción para edificios nuevos y edificios
que se sometan a reformas integrales no estará permitido a partir
de la fecha de transposición de la nueva Directiva, que se prevé
que se apruebe en 2024.
Además,
el paquete "Fit for 55" propone un cambio revolucionario: la reforma del
sistema de comercio de derechos de emisión de la UE (EU ETS). La
Directiva 2023/959 ha establecido un nuevo sistema de comercio de emisiones
para los edificios (EU ETS II), que tiene como objetivo acelerar la reducción
de emisiones rentables en el sector inmobiliario, especialmente en la edificación
existente.
El EU ETS II
introduce un mercado de carbono para edificios, que pone un precio a las
emisiones de carbono de los edificios para incentivar la reducción
de estas emisiones y promover la transición hacia edificios más
sostenibles y eficientes energéticamente. Este sistema establece
límites máximos de emisiones y comercio de derechos de emisión
para los edificios que consumen mucha energía.
Esta normativa,
que deberá ser aplicada por los países europeos a partir
de 2027, plantea muchas preguntas sobre cómo se implementará
en la práctica. ¿Quién establecerá el límite
máximo de derechos de emisión de los edificios? ¿Cómo
se asignarán esos derechos de emisión a los distribuidores
de combustibles? ¿Cómo se llevará a cabo el comercio
de derechos de emisión adicionales o excedentes de CO2 entre edificios?
¿Cómo se verificará y controlará el cumplimiento
de las obligaciones? ¿Habrá sanciones para los edificios
que superen sus límites? Todo esto requiere un sistema eficaz de
seguimiento, notificación y verificación de las emisiones.
Esta transformación
representa una oportunidad para los actores del sector inmobiliario para
ser proactivos y crear servicios que respondan a estas nuevas obligaciones
y necesidades. A medida que el precio de la tonelada de CO2 se convierte
en una nueva variable en la gestión de activos y el desarrollo de
proyectos, las empresas de consultoría, valoración e inversión
en el sector inmobiliario necesitarán adaptarse y evolucionar. No
hay duda de que esta es una era de grandes cambios y oportunidades para
el sector inmobiliario.
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