La gestión
de riesgos en la construcción implica identificar, evaluar y mitigar
los posibles riesgos y amenazas que puedan surgir durante el proceso de
construcción, incluyendo desastres naturales como terremotos, inundaciones,
incendios forestales, entre otros. La gestión de desastres en la
construcción implica la implementación de medidas preventivas,
como el diseño y construcción de estructuras resistentes
a desastres naturales, el uso de tecnología avanzada para monitorear
y alertar sobre posibles amenazas, y la capacitación y concientización
de los trabajadores sobre cómo actuar en caso de un desastre. También
implica la planificación y preparación para la respuesta
y recuperación después de un desastre, como la evaluación
de daños, la reparación de estructuras dañadas, y
la coordinación con las autoridades locales y otros actores involucrados.
Japón
es un país que ha desarrollado protocolos y procedimientos exhaustivos
para gestionar los riesgos de desastres naturales en la construcción.
Esto se debe a su ubicación geográfica propensa a terremotos
y tsunamis. Los estándares de calidad en la construcción
en Japón son rigurosos y se enfocan en la resistencia sísmica
de los edificios y estructuras. Además, los OEM (Original Equipment
Manufacturers) en Japón tienen protocolos especiales que les permiten
desplegar rápidamente sus maquinarias y equipos en caso de un desastre,
como parte de su gestión de desastres.
La gestión
de desastres en la construcción es un concepto fundamental en Japón,
donde se han desarrollado protocolos y procedimientos exhaustivos para
hacer frente a situaciones de crisis. Un ejemplo notable es cómo
Japón ha logrado mitigar los impactos de terremotos, en contraste
con otros países que han sufrido graves consecuencias en términos
de pérdida de vidas humanas y daños materiales.
Un caso emblemático
es el terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter que azotó
a Turquía y al norte de Siria, cobrando la vida de más de
57.000 personas. En contraste, en noviembre de 2014, Japón enfrentó
un terremoto de magnitud similar cerca de la ciudad de Nagano, pero no
se reportaron muertes y la vida de los lugareños continuó
en gran medida sin problemas. Esto se atribuye en gran parte a los estrictos
estándares de calidad en la construcción local y a los protocolos
de gestión de desastres implementados por los fabricantes de maquinaria
de construcción en Japón.
En Japón,
los fabricantes de maquinaria de construcción, también conocidos
como Original Equipment Manufacturers (OEM), cuentan con protocolos especiales
que estipulan el despliegue inmediato de sus máquinas en caso de
una catástrofe como parte de los programas sistemáticos de
gestión de desastres. Esto significa que las maquinarias están
preparadas y listas para ser utilizadas de inmediato en caso de una emergencia,
lo que permite una respuesta rápida y eficiente en situaciones de
crisis.
La gestión
de desastres en la construcción en Japón no se limita solo
a la prevención, sino también a las secuelas de los desastres.
Después de un terremoto, tsunami u otro desastre natural, se llevan
a cabo procedimientos de evaluación de daños y reparación
de infraestructuras de manera rápida y eficiente. Esto garantiza
que las comunidades afectadas puedan recuperarse lo antes posible y volver
a la normalidad.
La experiencia
de Japón en la gestión de desastres en la construcción
ha sido un ejemplo para otros países que enfrentan desafíos
similares, como el cambio climático, el aumento del nivel del mar
y otros desastres naturales. Por ejemplo, en casos de inundaciones en Alemania,
incendios forestales en Australia y California, y otros desastres, se ha
buscado aprender de las mejores prácticas implementadas en Japón.
En resumen,
la gestión de desastres en la construcción es un enfoque
integral en Japón, que abarca desde la prevención hasta la
respuesta y recuperación. Los protocolos y procedimientos implementados
por los fabricantes de maquinaria de construcción y otros actores
involucrados han demostrado ser efectivos para mitigar los impactos de
desastres naturales en la construcción de infraestructuras. Otros
países pueden aprender de la experiencia de Japón en este
campo y aplicar mejores prácticas para mejorar su capacidad de respuesta
y recuperación en situaciones de crisis.
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