Por
ello, hay herramientas matemáticas que, a menudo, se pasan por alto
y que podrían ser más adecuadas para identificar estos factores
clave. Una de estas técnicas es el Modelado de Elemento Analítico
(AEM, por sus siglas en inglés). Aunque es una técnica más
reciente en comparación con otros métodos numéricos,
tiene aplicaciones en diversos campos, desde la hidrología del agua
subterránea hasta el análisis de conducción de calor
y la deformación por fuerza.
La AEM se basa
en el principio matemático de la superposición, y se destaca
por su capacidad para ofrecer condiciones límite internas y externas
extremadamente flexibles. Esta adaptabilidad es esencial, permitiendo ajustes
rápidos y sencillos en la construcción del modelo, facilitando
su expansión o refinamiento sin tener que alterar las condiciones
límite o rediseñar la malla computacional.
Esta técnica
ha sido probada desde finales de la década de 1970 y, gracias a
las contribuciones de expertos en la materia, ha evolucionado para abordar
problemas más complejos y variados, ampliando su aplicación
en el campo de la hidrogeología.
Dado su adaptabilidad
y rapidez, la AEM está ganando popularidad en diversas aplicaciones,
desde la modelación a escala regional del flujo de agua subterránea
hasta el diseño de remedios de aguas subterráneas in situ.
Contar con
herramientas variadas y eficaces es esencial para simular y evaluar cómo
se comporta un régimen de flujo de agua subterránea. Por
tanto, como profesionales, es fundamental explorar todas las herramientas
disponibles y escoger la mejor para cada proyecto. La AEM, con sus ventajas
en modelado rápido y decisiones bien informadas, merece ser considerada.
Para aquellos
interesados en profundizar en las técnicas modernas de ingeniería
del agua, la guía práctica inmoley.com de ingeniería
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