Ante
este panorama, se hace un llamado urgente a los profesionales del sector
y a los gobiernos para adoptar medidas con el objetivo de reducir estas
emisiones. Si no se toman acciones inmediatas, se prevé que para
2050, las emisiones de la construcción representarán el 49%
del total mundial.
Los expertos
proponen diversas soluciones. Una de ellas es priorizar la reconstrucción
y renovación de edificaciones existentes antes de embarcarse en
nuevos proyectos. Además, se sugiere transitar hacia el uso de materiales
con bajo contenido de carbono, renovables y sostenibles, como la madera,
bambú y biomasa. Implementar regulaciones que fomenten su uso y
a la vez protejan los ecosistemas es fundamental. Adoptar estos materiales
podría generar una reducción en emisiones acumuladas de hasta
un 40% para 2050.
En países
desarrollados, se debe incentivar la renovación de edificios existentes
hacia estructuras más eficientes. Por otro lado, en naciones en
desarrollo, donde la urbanización es rápida, es esencial
aplicar códigos energéticos basados en rendimiento para nuevas
edificaciones.
Se estima que,
para 2030, se necesitarán 300 millones de hogares adicionales para
atender al crecimiento de la población urbana. Ante esta demanda,
es imperativo un programa ambicioso de decarbonización. Las ciudades
tienen un papel crucial: muchas ya están implementando techos verdes
y muros vegetales para disminuir las emisiones de carbono y promover la
biodiversidad urbana. El informe sugiere que esta iniciativa se vuelva
obligatoria a través de legislación.
Para aquellos
interesados en profundizar en las estrategias y soluciones para la decarbonización
en la construcción, la guía práctica de inmoley.com
ofrece una perspectiva completa y detallada sobre cómo afrontar
este desafío de manera efectiva.
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