Uno
de los principales atractivos para el vendedor es la liquidez que este
modelo puede proporcionar. Al vender un activo inmobiliario, una empresa
puede liberar capital que había estado inmovilizado, lo que puede
ser especialmente útil en momentos de aprietos financieros. Además,
este enfoque permite a la empresa recuperar liquidez sin necesidad de incurrir
en deudas adicionales, lo que puede ser esencial para acelerar planes de
expansión o enfrentar circunstancias económicas desafiantes.
Más
allá de la liquidez, el sale and leaseback ofrece otras ventajas
significativas para el vendedor. Permite un control operativo continuo,
ya que la empresa sigue ocupando el inmueble. También brinda flexibilidad
en cuanto a qué activos monetizar, permitiendo que las empresas
optimicen su cartera según su estrategia a largo plazo.
Para el comprador,
este modelo presenta una atractiva propuesta de valor. Principalmente,
ofrece una fuente de ingresos estables y a largo plazo. El comprador recibe
rentas regulares del arrendatario y, al final del contrato, puede optar
por vender o alquilar el inmueble a otra parte. Además, el inmueble
en sí mismo tiene un valor intrínseco, lo que lo convierte
en una inversión segura.
En el panorama
actual, diversas empresas, desde supermercados hasta fabricantes de vehículos
de lujo, han adoptado el sale and leaseback como una herramienta financiera.
Esta tendencia refleja la creciente aceptación y confianza en este
modelo como una solución viable para la gestión del capital.
En conclusión,
el sale and leaseback se presenta como una solución atractiva para
las empresas que buscan financiamiento alternativo y flexibilidad. Permite
a las empresas liberar capital, mantener el control operativo y optimizar
su estrategia inmobiliaria, mientras que los inversores disfrutan de ingresos
estables y un activo con valor intrínseco.
|