En la era
de la ecosostenibilidad y la emergencia climática, el reciclaje
es una práctica universal. Hasta tal punto que los vertederos urbanos
pueden transformarse en preciosas minas donde recuperar materiales que
todavía son útiles. En este contexto, gana terreno la práctica
de la minería urbana, que tiene como objetivo gestionar y utilizar
los residuos de la ciudad como fuente de abastecimiento de materia prima
(en un período en el que los costos son cada vez más altos
y más bajos).
Es una parte
importante de la economía circular capaz de independizar a las comunidades
de los recursos naturales y de disminuir la explotación de las minas
tradicionales, así como de las poblaciones que viven cerca de ellas.
El potencial de la minería urbana es prometedor porque a través
de esta innovación tratamos no solo de gestionar los residuos de
hoy, sino también de anticipar y explotar el valor contenido en
los residuos del mañana.
Las llamadas
minas urbanas contienen los mismos materiales que las naturales. Los productos
que terminan en los basureros de la ciudad no son más que el último
paso de una cadena productiva que comenzó con la extracción
de recursos en las minas. En particular, los desechos electrónicos,
conocidos en la jerga como “e-waste” , representan bien esta continuidad:
dentro de los teléfonos inteligentes, las computadoras y otros dispositivos
tecnológicos hay cobre, litio y hasta oro, que se obtuvieron de
la minería tradicional. La recuperación de estos componentes,
cabe precisar, es sólo una parte de la minería urbana.
Si bien la
minería urbana se ocupa de la recuperación de chatarra, el
término también incluye los procesos de monetización
y la recuperación de cualquier material presente en los flujos de
desechos. Este grupo incluye residuos de demolición y construcción
como metales, caucho, cartón, papel y madera; residuos sólidos
urbanos desde la reorientación de plásticos y metales a compostaje
e incluso neumáticos (gracias a la recuperación de metal
y caucho). Ahora que las industrias se han dado cuenta de que la economía
circular puede ser rentable, el sector de la minería urbana se está
dando a conocer como parte integral del necesario futuro verde de las metrópolis.
Una primera
explicación del creciente interés mundial por la minería
urbana tiene que ver con el progresivo agotamiento de las reservas de materia
prima. De hecho, la era de los recursos baratos y fáciles de extraer
está llegando a su fin. Además, cada vez es más difícil
extraer las reservas restantes de materia prima. A esto se suma el hecho
de que la rentabilidad de los procesos de reciclaje ha mejorado notablemente
en los últimos años.
«Así
como se ha vuelto más rentable generar electricidad con energía
solar que con combustibles fósiles, del mismo modo es más
barato obtener metales tanto a través de la minería urbana
como a través de la extracción tradicional: reciclar ya hoy
requiere menos energía por kilogramo de metal producido en comparación
a la producción tradicional”, destaca el informe sobre los beneficios
de la minería urbana elaborado por el instituto alemán de
investigación científica Fraunhofer ISI.
Entre los aspectos
positivos de la extracción urbana también se encuentra el
menor impacto en los países en desarrollo. En África se tiran
cada año cerca de mil millones de teléfonos móviles,
y allí también llega gran parte de los residuos electrónicos
de otros continentes. Estudiosos alemanes han calculado recientemente que
en todo el mundo quedan por recuperar alrededor de cincuenta millones de
toneladas de residuos eléctricos y electrónicos. En definitiva,
la minería urbana ayuda a reducir las montañas de desechos
electrónicos vertidos en países africanos, donde los jóvenes
arriesgan su salud para recuperar el metal de viejos dispositivos electrónicos.
Un beneficio
adicional de la minería urbana es que hace que algunos "metales
raros" como el europio y el terbio vuelvan a estar disponibles. Una cantidad
significativa de estos materiales preciosos se extrae exclusivamente en
China y se exporta solo en pequeñas cantidades. Es por eso que hoy
entre el treinta y el cuarenta por ciento de la demanda de ese tipo de
metal raro ya es satisfecha por la minería urbana.
Según
los analistas, en los próximos quince años habrá nada
menos que tres mil millones de nuevos consumidores con el poder adquisitivo
necesario para adquirir dispositivos tecnológicos. Ya se sabe que
las minas tradicionales no contienen materiales extraíbles para
satisfacer toda la demanda. También por eso, la minería urbana
se está convirtiendo en una condición necesaria: la novedad
aborda el tratamiento de los residuos electrónicos de una forma
mucho más sostenible respecto a lo que sucedía hasta hace
poco tiempo, con todas las consecuencias positivas que de ello se derivan
para los ciudadanos y para el planeta.
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