El 5 de agosto,
por ejemplo, Moody's cambió la perspectiva de su calificación
Baa3 para Italia a negativa, citando los riesgos acumulados para el perfil
crediticio de Italia debido al impacto económico de la invasión
rusa de Ucrania y los acontecimientos políticos internos. Posteriormente,
la agencia de calificación cambió las perspectivas a negativas
de las calificaciones de 14 instituciones financieras italianas.
EL TEMOR
La cuestión
de fondo es que si el Banco Central Europeo (BCE) tuviese que seguir apoyando
a países como Italia o España comprando sus bonos estatales,
se aplicaría el mecanismo de protección de la transmisión
(TPI) introducido por el BCE el 21 de julio que viene con condiciones estrictas.
Como los compradores
de deuda pública no tienen claro si los gobiernos afectados aplicarán
estas medidas de recorte o en qué medida es necesario, entraríamos
en una situación que conllevaría amortiguar la volatilidad
en los diferenciales de los bonos soberanos.
LOS CONDICIONANTES
DEL BCE
El objetivo
principal del TPI es contrarrestar dinámicas de mercado desordenadas
e injustificadas que constituyen una grave amenaza para la transmisión
de la política monetaria en toda la zona del euro.
El TPI permite
al BCE comprar valores del sector público (es decir, títulos
de deuda negociables de gobiernos centrales y regionales, así como
agencias) con un vencimiento de 1 año a 10 años de países
que experimentan un deterioro en las condiciones de financiación
no justificado por sus fundamentos. La escala de compras de TPI dependerá
de la severidad de los riesgos para la transmisión de la política
monetaria.
Además,
las compras dependerán del juicio del BCE de que el país
en cuestión aplica políticas macroeconómicas y fiscales
sólidas y sostenibles.
Esta conclusión
se basará en varios criterios, tales como
1)
cumplimiento del marco fiscal de la UE,
2) AUSENCIA
DE DESEQUILIBRIOS MACROECONÓMICOS SEVEROS,
3) sostenibilidad
fiscal (es decir, deuda pública),
y 4) políticas
macroeconómicas sólidas y sostenibles.
La activación
del TPI también depende del juicio del BCE de que las compras bajo
el TPI son proporcionales al logro del objetivo principal del banco central.
A su vez, la compra terminará con una mejora duradera en la transmisión
de la política monetaria, o con una evaluación de que las
tensiones persistentes en las condiciones de financiamiento de un país
se deben a los fundamentos del país.
El BCE también
aclaró que las compras bajo el TPI se realizarían de manera
que no causaran un impacto persistente en el balance del Eurosistema y
la orientación de la política monetaria, sostenibilidad fiscal
(es decir, deuda pública), y políticas macroeconómicas
sólidas y sostenibles.
La activación
del TPI también depende del juicio del BCE de que las compras bajo
el TPI son proporcionales al logro del objetivo principal del banco central.
A su vez, la compra terminará con una mejora duradera en la transmisión
de la política monetaria, o con una evaluación de que las
tensiones persistentes en las condiciones de financiamiento de un país
se deben a los fundamentos del país.
Además,
el BCE confirmó en su reunión de julio que la flexibilidad
de reinversión del programa de compras de emergencia ante la pandemia
(PEPP) seguirá siendo la primera línea de defensa para contrarrestar
los riesgos relacionados con la pandemia en el mecanismo de transmisión.
El BCE tiene
la intención de reinvertir los reembolsos en el marco del PEPP hasta
al menos finales de 2024, mientras que la futura reducción de la
cartera de PEPP se gestionará en cualquier caso para evitar interferencias
con la postura de política monetaria adecuada. Los rescates del
programa de compra de activos se reinvertirán durante un período
de tiempo prolongado, luego de la subida de tipos de julio, y en todo caso
durante el tiempo que sea necesario para mantener unas condiciones de liquidez
amplias y una postura de política monetaria adecuada.
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