Los aumentos
de los precios de los alimentos y los combustibles están afectando
notablemente a los consumidores.
Los precios
de las materias primas alimentarias y energéticas están vinculados
a través de los fertilizantes, cuyo uso es inevitable. Los fertilizantes
nitrogenados, que se producen a partir del aire sobre la base de un proceso
que involucra gas natural y nitrógeno, son la opción más
popular. Como resultado, el precio de los fertilizantes ha seguido la subida
de los precios de la energía.
Rusia es un
importante productor y exportador de fertilizantes, y Ucrania un granero
mundial. La guerra ha dificultado la recolección, el envío
y la siembra de la nueva cosecha, especialmente de trigo y aceite vegetal.
Durante los
meses de junio y julio, los precios de muchos productos básicos
(petróleo, trigo y cobre, por ejemplo) están cayendo al mismo
tiempo que aumentan las preocupaciones sobre una recesión.
Una economía
más débil reduciría, en teoría, la demanda
de algunas cosas. El cobre, por ejemplo, bien podría ser uno de
esos productos básicos que cae en desgracia. En una recesión,
la construcción se desacelera (el cobre se usa en el cableado y
la plomería) y otras industrias fabrican menos cosas como equipos
eléctricos, que también usan el metal.
Los expertos,
sin embargo, difieren sobre cuánto durarán estas caídas
de precios y cuánto enfriarían la inflación.
Los mercados
financieros ven una clara posibilidad de recesión en Europa (especialmente
en Alemania, el motor económico), desencadenada por la desaceleración
forzada de sectores enteros que dependen del gas natural. Esta evaluación
se refleja en el tipo de cambio EUR/USD. Si bien EE. UU. también
está sujeto a un cierto riesgo de recesión, aunque por otras
razones (las medidas de la Reserva Federal para contener la inflación).
La depreciación
de un tipo de cambio tiene diversas consecuencias. Por un lado, la situación
competitiva mejora a medida que las exportaciones se vuelven más
baratas para los compradores. Al mismo tiempo, sin embargo, las importaciones
se vuelven más caras, y este es actualmente el efecto dominante,
dada la participación de las importaciones de energía. Además,
las materias primas se negocian tradicionalmente en USD.
El llamado
diferencial de tipos de interés también es relevante para
el tipo de cambio, en este caso, la diferencia entre los tipos de interés
de la zona euro y los EE. UU. Aquí, la Reserva Federal de EE. UU.
ha implementado recientemente una serie de aumentos de tipos significativos,
mientras que el BCE tiene mucho menos margen de maniobra, por dos razones:
primero, no quiere cargar más la economía en Europa, y segundo,
no quiere alimentar una fragmentación dentro de Europa.
La fragmentación
en este contexto se refiere a los diferenciales (más altos) que
tienen que pagar los emisores de bonos del gobierno en países como
Italia o España, que luego podrían aumentar hasta el punto
de que dicha deuda ya no pueda ser financiada por los presupuestos de los
respectivos países.
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