Solo durante
el verano de 2021, medio millón de hectáreas se incendiaron
en Europa. Por lo tanto, el número de superficies quemadas supera
a los años 2019 y 2020. Para responder a esta alarmante amenaza,
la Unión Europea está reforzando actualmente su capacidad
para ayudar a los países afectados por incendios, así como
para fortalecer la prevención y recuperación de incendios.
Por ejemplo, la Unión Europea ha estado abordando los incendios
forestales en su recientemente adoptada Estrategia de Biodiversidad de
la UE para 2030, y la propuesta de Estrategia Forestal de la UE para 2030.
Los ciudadanos
a menudo se dirigen al Parlamento Europeo para preguntar cómo responde
el Parlamento al problema de los incendios forestales y qué medidas
puede tomar la Unión Europea.
En los últimos
años, varios países del mundo se han enfrentado a incendios
forestales particularmente intensos y generalizados. En 2021, los incendios
forestales afectaron gravemente a California, Turquía y México,
además de los puntos críticos anuales de Europa, como el
Mediterráneo.
La protección
de los bosques en la Unión Europea (UE) cae principalmente dentro
de la competencia nacional de los gobiernos de los países de la
UE. En el caso de España, se añaden las competencias autonómicas
y municipales.
Hay varias
formas en que la UE contribuye a prevenir y ayudar en caso de incendios
forestales, tanto a través de la financiación de la UE como
de los mecanismos de la UE.
El Parlamento
Europeo ha pedido repetidamente a la Comisión Europea ya los países
de la UE que hagan más para proteger los bosques. La Comisión
ha introducido mecanismos de protección y una estrategia forestal
para 2030.
En una resolución
de septiembre de 2018, el Parlamento destacó que la gestión
forestal sostenible e inclusiva y el uso responsable de los productos básicos
forestales constituyen el sistema natural más eficaz y económico
para la captura y el almacenamiento de carbono.
En una resolución
de enero de 2020, sobre el Pacto Verde Europeo, el Parlamento instó
a la Comisión a "presentar una nueva y ambiciosa estrategia forestal
de la UE para reconocer adecuadamente el papel importante, multifuncional
y transversal que los bosques europeos, el sector y la gestión forestal
sostenible tienen en la lucha contra el cambio climático y la pérdida
de biodiversidad».
En una resolución
de septiembre de 2020, sobre el papel de la UE en la protección
y restauración de los bosques del mundo, el Parlamento instó
a la UE y a los países de la UE a reconocer que la protección
de los bosques autóctonos proporciona un beneficio excepcional en
la mitigación del cambio climático y a reiniciar las negociaciones
para un bosque internacional.
En una resolución
de junio de 2021, el Parlamento acogió con satisfacción la
nueva estrategia forestal de la UE y subrayó la importancia de fortalecer
la gestión forestal sostenible.
Una comunicación
de la Comisión Europea de 2019 establece acciones para proteger
y restaurar los bosques fuera de la UE. Los bosques primarios requieren
atención especial ya que son únicos e insustituibles, tienen
altas reservas de carbono, características ecológicas únicas
y protegen la biodiversidad. La UE tiene como objetivo trabajar en asociación
con los países productores para reducir las presiones sobre los
bosques y fortalecer la cooperación internacional para detener la
deforestación y la degradación forestal.
Con respecto
a los bosques dentro de la UE, una comunicación de la Comisión
Europea de 2021 (conocida como la "nueva estrategia forestal de la UE para
2030") persigue los objetivos de biodiversidad y neutralidad climática
consagrados en el Pacto Verde Europeo y la estrategia de biodiversidad
de la UE para 2030. La estrategia tiene como objetivo mejorar la cantidad
y calidad de los bosques de la UE, por ejemplo:
• ofrecer educación
y capacitación a las personas que trabajan en industrias basadas
en los bosques y hacer que estas industrias sean más atractivas
para los jóvenes,
• promover
la gestión forestal sostenible,
• mejorar
el tamaño y la biodiversidad de los bosques, incluida la plantación
de tres mil millones de árboles nuevos para 2030,
• desarrollar
una sólida agenda de investigación e innovación para
mejorar nuestro conocimiento sobre los bosques.
La Unión
Europea apoya activamente proyectos de prevención de incendios forestales
a través de su Fondo de Desarrollo Regional. Además, el Fondo
de Solidaridad de la Unión Europea proporciona apoyo para ayudar
a los países de la UE a hacer frente a los grandes desastres naturales,
como los incendios forestales.
El Mecanismo
de Protección Civil de la Unión Europea garantiza el rápido
despliegue de recursos y personal a cualquier país del mundo que
solicite asistencia durante crisis como los incendios forestales. En el
centro de este mecanismo se encuentra el Centro de Coordinación
de la Respuesta a Emergencias, que supervisa los riesgos de incendios forestales
y las emergencias en toda Europa. Este centro cuenta con el apoyo de los
servicios de seguimiento nacionales y europeos, incluido el Sistema Europeo
de Información sobre Incendios Forestales.
En 2019, para
fortalecer el mecanismo, la UE estableció una nueva reserva europea
de capacidades. Conocido como rescEU , incluye aviones y helicópteros
de extinción de incendios. Para la temporada de incendios forestales
de 2022, Croacia, Francia, Grecia, Italia, España y Suecia pusieron
un total de 12 aviones de extinción de incendios y 1 helicóptero
a disposición de otros países de la UE en caso de emergencia.
El cambio climático
también está extendiendo la temporada de incendios forestales
varios meses, lo que aumenta la probabilidad de más emergencias
por incendios forestales para las comunidades europeas en el futuro. Al
mismo tiempo, la expansión de las zonas de incendios hacia el norte
ha creado nuevas vulnerabilidades para muchos Estados miembros, en particular
Suecia, Finlandia y Dinamarca.
En primer lugar,
la prevención tiene que ser la prioridad principal. Las medidas
de resiliencia eficientes que reducen el riesgo de incendios forestales
y otros riesgos relacionados con los bosques son la mejor apuesta para
beneficiar a los ciudadanos y al medio ambiente en las áreas propensas
a los incendios forestales. Hasta la fecha, la UE ha ofrecido un importante
apoyo financiero a las comunidades locales para ayudar a desarrollar medidas
de prevención. Y a través del Servicio de Gestión
de Emergencias Copernicus, se están monitoreando los riesgos en
el campo. Pero se necesitarán acciones adicionales si queremos abordar
las crecientes amenazas de incendios forestales este año. Por eso,
se publican una serie de directrices prácticas sobre la prevención
de incendios forestales, que facilitan una mejor comprensión de
las medidas de prevención y las respuestas en tierra.
En segundo
lugar, la preparación es otro elemento clave para una operación
de respuesta rápida y eficaz, sabiendo que el peligro no siempre
se puede prevenir. Pero la preparación lleva tiempo para todos los
involucrados. Crear reservas y capacidades, por ejemplo, es un esfuerzo
de muchos años. Por eso son tan importantes las acciones anticipatorias
y la previsión, porque nos permiten empezar a prepararnos hoy para
los posibles acontecimientos del mañana. En este sentido, la Comisión
Europea se reune con las autoridades nacionales para identificar los riesgos
para la temporada de incendios forestales. También están
colaborando con expertos en incendios forestales para evaluar los niveles
de preparación a nivel regional y local.
Y en tercer
lugar, cuando ocurren incendios forestales, es importante que se responda
de manera oportuna. Necesitamos estar listos para ayudar y ofrecer apoyo
en cualquier momento. Parte de nuestra respuesta incluye la flota de extinción
de incendios de rescEU, lista para ser desplegada en momentos de emergencias
críticas y desastres. Esto complementa los recursos existentes ubicados
sobre el terreno.
LA FINANCIACIÓN
EUROPEA DE LA PREVENCIÓN DE INCENDIOS FORESTALES
Los distintos
fondos europeos han sido una fuente de financiación importante para
España desde nuestro ingreso en la CEE a mediados de la década
de 1980. La modernización de infraestructuras, la transformación
del sector agrícola o el apoyo a la formación para el empleo
son algunas de las diversas cuestiones para las que el apoyo de Europa
ha supuesto y supone un soporte fundamental en nuestro país. Aunque
en mucha menor medida que en otros sectores, la actividad forestal no es
ajena a esta situación. Desde el FEDER se han financiado forestaciones
y tratamientos selvícolas, generalmente vinculados con la restauración
hidrológica, aunque es cierto que van en disminución y suponen
una parte menor de estos programas operativos. La prevención de
incendios de forma estricta viene siendo recogida desde hace décadas
primero por FEOGA-Orientación y después por FEADER.
A nivel europeo
se asigna una cantidad FEADER a cada Estado miembro de la UE para cada
período de financiación. A su vez, en España la cantidad
nacional se reparte por programas de desarrollo rural (PDR), diecisiete
autonómicos y uno nacional. A este dinero FEADER que cofinancia
los programas se debe añadir un porcentaje de dinero nacional, que
en los programas regionales es mayoritariamente de procedencia autonómica,
con una participación menor del Estado. El porcentaje máximo
de cofinanciación de FEADER es variable según el nivel de
desarrollo de la región y la medida de que se trate, encontrándose
entre el 85 % y el 53 %.
El reglamento
que regula FEADER (Reglamento UE 1305/2013) define una serie de medidas
y submedidas, la mayor parte centradas en el sector agrícola, otras
abiertas tanto al sector agrícola como el forestal (formación
y asesoramiento de propietarios, creación de agrupaciones de productores,
inversiones en infraestructuras…) y algunas exclusivas para el sector forestal.
Cada administración responsable de un programa decide cuáles
incluir y cuánto presupuesto dedicar a cada una para conseguir los
objetivos que definen la estrategia del PDR.
Dentro del
Reglamento se establecen condiciones muy generales para cada uno de los
distintos tipos de intervenciones forestales, las llamadas submedidas,
que componen la medida forestal. Una de estas submedidas es la «prevención
de daños causados a los bosques por incendios, desastres naturales
y catástrofes«. A estas condiciones genéricas España
les añade una serie de elementos comunes recogidos en el Marco Nacional
de Desarrollo Rural, que deben ser respetados por cada PDR. El Marco no
trata de imponer limitaciones, sino de armonizar cuestiones como los requisitos
para que un documento sea considerado equivalente a un plan de gestión
forestal, o la recopilación de la información de los trabajos
realizados.
A partir de
aquí, cada administración diseña su programa, decidiendo
si incluye la medida forestal, cuánto dinero destina a esta medida
y cuáles de las submedidas serán las elegidas. Actualmente
los dieciocho programas españoles incluyen la medida forestal, siendo
la prevención de daños la única submedida que todos
coinciden en programar, lo que ya da una idea de su importancia. Cada administración
desarrolla una serie de detalles que pueden ser muy diferentes de un programa
a otro, como por ejemplo si el programa financiará actuaciones llevadas
a cabo por la administración o si estará abierto a la concesión
de ayudas a particulares que lo soliciten, los tipos de actuaciones, las
condiciones para que estas actuaciones puedan ser financiadas, la cuantía
máxima en el caso de ayudas a particulares, etc.
Una vez que
el programa está diseñado la Comisión Europea tiene
la última palabra, y puede hacer observaciones y solicitar modificaciones
antes de dar su conformidad. En el proceso de negociación para la
aprobación de cada PDR las medidas forestales no suelen ser una
de las cuestiones de mayor peso, por lo que no es extraño que algo
permitido en un programa resulte vetado en otro. En definitiva, de la expresión
inicial genérica de apoyo por FEADER a la prevención de incendios
se puede llegar finalmente a una realidad muy distinta en cada territorio,
sobre el cuánto supone y el cómo se produce ese apoyo.
En el proceso
de negociación de cada PDR las medidas forestales no suelen ser
una de las cuestiones de mayor peso, por lo que no es extraño que
algo permitido en un programa resulte vetado en otro. En definitiva, se
puede llegar finalmente a una realidad muy distinta en cada territorio,
sobre el cuánto supone y el cómo se produce ese apoyo.
La submedida
de prevención de incendios suele incluir una serie de actuaciones
clásicas, incluidas en mayor o menor medida por casi todos los PDR,
como fajas y áreas cortafuegos, tratamientos selvícolas preventivos
o infraestructuras preventivas en sentido amplio (red viaria, puntos de
vigilancia, comunicaciones, puntos de agua, bases para medios aéreos
y terrestres, etc.). Otro tipo de actuaciones, como la sensibilización
o el empleo del ganado con fines preventivos, son menos frecuentes y solo
se incluyen en algunos programas.
Un caso discutido
con frecuencia es la admisibilidad por FEADER de la adquisición
de vehículos y maquinaria. Las inversiones en equipos como pueden
ser bulldozer, que tienen aplicación en labores de prevención
pero que pueden ser destinados también a operaciones de extinción,
son vetados por el reglamento y la Comisión, cuyo criterio no permite
el apoyo por FEADER a la extinción.
El alcance
de estas actuaciones de prevención es limitado, restringiéndose
a las zonas de mayor riesgo, y centrándose en intervenciones facilitadoras
de la extinción, debido a lo limitado de los recursos disponibles
y a la imposibilidad física de alcanzar todo el territorio. Los
necesarios cambios en el paisaje, que reduzcan la continuidad y la carga
de combustibles a escalas comarcales y no sólo al nivel del monte
que recibe tratamientos, deben afrontarse por actuaciones que vayan más
allá del actual enfoque de la prevención. Es de sobra conocido
que el aprovechamiento de los montes es una vía sencilla y económica
de controlar los combustibles forestales. Sin embargo, tanto el reglamento
FEADER como la Comisión Europea ponen limitaciones a las inversiones
con finalidad productiva, de modo que el apoyo a las industrias forestales
que generen demanda de productos se ciñe a la primera transformación
y a pequeña escala.
Los necesarios
cambios en el paisaje, que reduzcan la continuidad y la carga de combustibles
a escalas comarcales y no sólo al nivel del monte que recibe tratamientos,
deben afrontarse por actuaciones que vayan más allá del actual
enfoque de la prevención. Sin embargo, tanto el reglamento FEADER
como la Comisión Europea ponen limitaciones a las inversiones con
finalidad productiva
Para el período
de financiación 2021-2027 cambiaron las formas, al existir un único
plan estratégico nacional frente a los dieciocho PDR actuales. Aunque
cada comunidad autónoma seguirá decidiendo cuáles
son las actuaciones que elige para su territorio, y cuánto dinero
destina a ellas, es posible que la articulación de las medidas en
un único documento pueda resultar en una mayor coherencia entre
las distintas regiones.
De este modo,
existe una mayor flexibilidad para las actuaciones forestales, y será
cada Estado el que defina sus límites, siempre sometido a la posterior
aprobación de la Comisión. Aquí se presenta una oportunidad
si las administraciones autonómicas y estatal, de manera conjunta,
se deciden por un plan estratégico que impulse los aprovechamientos
o bien que continúe el actual modelo de prevención.
Igualmente,
el peso cuantitativo de las medidas forestales en el total del presupuesto
FEADER dependerá de las decisiones que las administraciones españolas
tomen.
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