Frente a estos
proyectos están las inversiones en energías renovables. El
problema de este tipo de inversiones es que hasta que se avance en el almacenaje
de la energía en baterías, necesitan ser apoyadas por otro
tipo de energías.
Los combustibles
sintéticos como el hidrógeno o el metanol proporcionan una
fuente de energía de respaldo para generar energía en momentos
en que las energías renovables no pueden funcionar porque el viento
no sopla o el sol no aparece.
Las plantas
de energía 'limpias' alimentadas con gas que funcionan con combustibles
sintéticos proporcionan electricidad cuando las energías
renovables no lo hacen.
En el año
2000, Alemania llegó a un acuerdo con los cuatro operadores de centrales
nucleares para cerrar las centrales nucleares del país después
de haber generado una cierta cantidad de electricidad. Sin embargo, en
2011, tras el desastre nuclear de Fukushima, el Bundestag, el parlamento
federal alemán, decidió cerrar rápidamente ocho centrales
nucleares y cerrar las nueve restantes en momentos específicos.
Las últimas tres centrales nucleares se apagarán a finales
de 2022.
Pero tras la
crisis de Ucrania y el cierre del gaseoducto Nord Stream 2 dificultan este
objetivo.
El gasoducto
entre Rusia y Alemania se completó en septiembre pasado pero todavía
no ha entrado en operación.
Nord Stream
2 tiene la capacidad de suministrar suficiente gas natural de Rusia a 26
millones de hogares en Europa.
Funcionando
a su máxima capacidad, podría contribuir en gran manera a
resolver la escasez de gas y los altos precios del consumo de energía.
Nord Stream
2 es un gasoducto de 1.200 kilómetros que atraviesa el mar Báltico
para transportar gas desde la costa rusa cerca de San Petersburgo hasta
Lubmin en Alemania.
Fue completado
en septiembre. La gigante empresa de energía estatal de Rusia Gazprom
pagó la mitad y empresas occidentales como Shell y ENGIE de Francia
están pagando el resto.
Nord Stream
2 hace un recorrido paralelo a un gasoducto existente, Nord Stream, que
ha estado en operación desde 2011.
Conjuntamente,
estos dos gasoductos podrían despachar 110.000 millones de metros
cúbicos de gas a Europa cada año. Eso equivale a más
de un cuarto de todo el gas que la Unión Europea consume anualmente.
Esto no deja
de crearle un problema a Alemania, ya que es el cliente más grande
del gas ruso en Europa y ha estado esperando el nuevo suministro.
Políticamente,
Estados Unidos y Reino Unido, conjuntamente con Polonia y Ucrania, vecinos
de Rusia, se oponen enérgicamente a Nord Stream 2. Temen que una
vez empiece a operar, Rusia tendría aún más control
dominante sobre el suministro de gas a Europa.
No hay que
olvidar que en 2006, Rusia interrumpió el suministro de gas que
atravesaba a Ucrania debido a una disputa financiera entre ambos países.
La medida causó una aguda escasez de energía durante el invierno
en el centro y este de Europa.
Se teme que
Rusia podría interrumpir el suministro de gas en el futuro por razones
políticas.
Mientras tanto
Alemania sigue manteniendo las centrales eléctricas de carbón.
En Francia,
el presidente Emmanuel Macron este alentando el renacimiento de la industria
nuclear francesa para la transición a una economía de carbono
cero neto. Recientemente apuntó a comenzar la construcción
de seis plantas nucleares para 2028 y pidió la opción de
construir ocho más.
Francia es
una potencia nuclear. A día de hoy, un total de 56 centrales nucleares
proporcionan alrededor del 70 % del suministro eléctrico de Francia.
Pero la flota es vieja y actualmente 10 plantas están cerradas por
mantenimiento.
Se está
construyendo un nuevo reactor en la ciudad noroccidental de Flamanville,
pero se ha enfrentado a graves contratiempos. Se suponía que se
completaría en 2012 a un coste de 3.000 millones de euros, pero
no se abrirá hasta al menos 2023 y la factura se disparará
a casi 13.000 millones de euros.
El Reino Unido,
como Francia, está considerando la extensión sus centrales
nucleares.
UNA CRISIS
ENERGÉTICA SIMILAR A LA DE LOS AÑOS 70
Si en el peor
de los casos, el gas ruso deja de fluir a Europa por completo, las medidas
para reemplazar el suministro no serán suficientes, según
un estudio del grupo de expertos Bruegel con sede en Bruselas que se publicó
pasado mes.
Concluye que
hay dos desafíos para Europa: encontrar un reemplazo para el suministro
de gas ruso y frenar la demanda interna para capear la tormenta, económica
y socialmente.
Uno de los
autores, el investigador principal de Bruegel, Simone Tagliapietra, dijo
que Europa podría encaminarse hacia un escenario de crisis del petróleo
al estilo de los años 70.
“Ciertas fábricas
podrían necesitar operar en un programa de producción más
corto o cerrarse por completo”.
Y es posible
que los gobiernos deban establecer un plan de emergencia para priorizar
a los destinatarios del gas, por ejemplo, para "calefacción en viviendas
residenciales o para producir electricidad" para evitar apagones.
¿Qué
pasa si el suministro de gas ruso se detiene en los próximos meses?
De cara al
futuro, hay tres escenarios:
Si Rusia y
todos los demás proveedores continúan suministrando a los
niveles actuales, el almacenamiento en toda la UE alcanzaría un
mínimo de aproximadamente 320 teravatios-hora (TWh) en abril de
2022.
Si Rusia corta
el suministro a principios de febrero, el almacenamiento alcanzaría
un nivel mínimo de 140 TWh en abril de 2022.
Si además
de que Rusia corta el suministro, el clima es extremadamente frío,
el almacenamiento en toda la UE estará vacío a fines de marzo
de 2022.
¿PUEDE
EL SISTEMA EUROPEO DE GASODUCTOS SOSTENER ENTREGAS ADICIONALES DE GAS?
España,
por ejemplo, es un centro de terminales de importación de GNL (gas
natural licuado; gas que se ha enfriado hasta licuarse para facilitar y
garantizar la seguridad del almacenamiento y el transporte).
Como resultado,
la región puede importar 40 TWh por mes, pero solo puede consumir
30 TWh. El reto es transportar el gas sobrante al resto de Europa, dado
que los gasoductos existentes permiten un trasvase máximo de 5 TWh
al mes.
Además,
el sistema de oleoductos de Europa central y oriental está diseñado
para llevar las importaciones del este a los consumidores finales.
A pesar de
la inversión en capacidades de flujo inverso y nuevos gasoductos,
si llegara demasiado gas del oeste, los cuellos de botella de los gasoductos
podrían impedir entregas suficientes a las partes más orientales
de la UE.
¿QUÉ
OTRAS OPCIONES DE SUMINISTRO ESTARÍAN DISPONIBLES?
En principio,
la infraestructura existente permite volúmenes de importación
adicionales de Noruega y el norte de África, y volúmenes
adicionales de GNL, que en conjunto podrían desplazar las importaciones
actuales de Rusia. Pero si tener la infraestructura es una cosa, tener
el gas es otra.
Noruega ya
anunció que está entregando todo lo que puede a la UE y que
los mercados globales de GNL están muy ajustados; Argelia dijo algo
similar.
La producción
doméstica de gas de la UE es limitada, tanto en los Países
Bajos como en otros lugares.
Washington
está negociando actualmente con Qatar sobre el suministro de gas
a Europa.
Qatar es uno
de los mayores productores mundiales de GNL. Vende las tres cuartas partes
de su producción a países asiáticos y proporciona
alrededor del cinco por ciento del gas a Europa.
¿QUÉ
SUCEDERÍA A LA INDUSTRIA EUROPEA SI EL SUMINISTRO DE GAS RUSO SE
DETIENE DURANTE AÑOS?
Hacer funcionar
la economía europea durante varios años sin el gas ruso sería
un gran desafío.
En 2021, las
exportaciones de gas natural ruso a la UE ascendieron a alrededor de 1.700
TWh; esto tendría que ser reemplazado si Rusia detuviera por completo
sus exportaciones de gas natural a Europa.
La UE tiene
una capacidad de importación sobrante de aproximadamente 1.800 TWh
de proveedores alternativos a Rusia. En teoría, esto podría
permitir que la UE reemplazase completamente los flujos rusos.
Pero sería,
en el mejor de los casos, muy costoso y, en el peor, física y políticamente
imposible.
En este escenario,
es posible que se apueste en Europa por minireactores nucleares de apoyo
a las energías renovables, tal y como está sucediendo en
el Reino Unido.
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