El recurso
aflorado por Cardial en 2017 se encuentra a una profundidad media de 1.600
metros de profundidad con una temperatura media estimada de 100 grados
centígrados. Las pruebas realizadas sobre el terreno ya certificaron
70 grados a 490 metros con un aumento de gradiente 10 grados cada 100 metros.
La energía natural descubierta y que ahora se pone en explotación
es posible gracias a la existencia de un mar subterráneo de miles
de hectáreas de extensión, que se encuentra bajo la comarca
de Níjar. El agua, que no es de uso convencional, agrícola
o humano por la composición mineral de ese subsuelo, es calentada
de manera natural por la actividad volcánica de la zona que si bien
se extinguió hace miles de años, mantiene un recurso natural
intacto, absolutamente explotable e inagotable. La gestión de recursos
consiste en un ciclo cerrado que conforme extrae agua la devuelve al yacimiento
una vez se aprovecha su energía calorífica, reiniciando así
el proceso natural.
La primera
planta de la red que Cardial comienza a construir en toda la zona de producción
agrícola de Níjar, supondrá una inversión que
superará los 4.000.000 de euros y no sólo generará
el empleo propio de ingeniería, construcción, gestión
y mantenimiento que conllevan esta instalación, sino que al proporcionar
a los cultivos una energía limpia, sin emisiones de ningún
tipo y que alarga el periodo productivo o campaña agrícola,
así como el volumen de producción por metro cuadrado de invernadero,
tendrá un efecto directo sobre el modelo económico actual.
A una profundidad
promedio de 1.600 metros, se encontró por primera vez un recurso
hídrico con una temperatura promedio de 100 grados centígrados.
Pero aquellas
exploraciones permitieron descubrir un mar subterráneo de miles
de hectáreas de extensión. Está bajo la comarca de
Níjar. El agua que contiene contiene minerales, por lo que no es
apta para uso humano ni agrícola, pero sí útil para
ser calentada de forma natural. Gracias al otro elemento existente: la
actividad volcánica interna.
Aunque se extinguió
hace miles de años, sigue siendo un recurso intacto, explotable
e inagotable, ya que se utiliza en un ciclo cerrado. El agua caliente se
extrae para su uso y luego se devuelve al depósito para reiniciar
el proceso.
Tras el sondeo,
Cardial ha construido la red de distribución y canalización
para que la energía geotérmica pueda llegar a los invernaderos.
En estos, “a finales de otoño es cuando más necesario es
el control de los saltos de temperatura para los cultivos”, explica la
empresa.
Los agricultores
que cuenten con este calentamiento natural “serán pioneros en comprobar
las bondades de este modelo que permite un mejor rendimiento de las plantaciones
en una proporción estimada de kilos por hectárea”. Además
de alargar el periodo productivo y el volumen de producción por
metro cuadrado, no se producen emisiones contaminantes de CO2 a la atmósfera.
“Solo es comparable
con los invernaderos de vidrio sellado, con la diferencia de que el coste
del consumo energético es mucho menor y se cumplen las certificaciones
de calidad ambiental más exigentes”, destacan desde Cardial.
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