El nuevo código
de contratación establece menos restricciones a la subcontratación,
la obligación de aplicar ajustes ante aumentos significativos de
precios y se introduce la contratación integrada. Veamos específicamente
qué es.
En primer lugar,
se introduce la subcontratación en cascada, es decir, se permite,
de acuerdo con las normas europeas, que la estación contratante
aplique criterios discrecionales de evaluación, caso por caso.
Se añade
entonces la obligación de incluir cláusulas de revisión
de precios, en caso de que los costes de las materias primas aumenten en
más de un 5%, por lo que se prevé un reconocimiento a la
empresa del 80% de los costes incurridos adicionalmente.
Además
de estos cambios, también se introduce un tipo de contrato anteriormente
prohibido por el código anterior. El nuevo código de contratación
permite la contratación integrada, con excepción del mantenimiento
ordinario.
Es la posibilidad
de combinar en una misma licitación tanto el proyecto como la ejecución
de la obra anteriormente no permitida. Sin embargo, todo debe respetar
principios de viabilidad, tanto a nivel urbanístico como económico.
Además
de estos aspectos, hay que tener en cuenta que, como ya ocurre con otro
tipo de trámites, la digitalización tendrá una importancia
fundamental, de cara a agilizar los trámites. En este contexto,
se garantiza el acceso cívico generalizado.
Esto significa
que todos los ciudadanos podrán acceder digitalmente a la documentación
relativa a la licitación, dentro de los límites establecidos
por la ley. Además de estas intervenciones, se establecerán
infraestructuras prioritarias y se dará mayor prioridad a sectores
especiales. Esto incluye servicios públicos, como los de distribución
de agua, energía o el sector del transporte.
LAS PRINCIPALES
CRÍTICAS AL NUEVO CÓDIGO DE CONTRATACIÓN
Con base en
las próximas aprobaciones, el nuevo código de adquisiciones
entrará en vigencia a partir del primer día de abril de 2023,
mientras que a partir del primer día de julio del próximo
año, el código anterior será cancelado.
Esta intervención
permitirá a Italia respetar los compromisos adquiridos con Europa,
sin embargo, no faltan las críticas en torno a estos cambios. De
hecho, los sindicatos denuncian en particular una liberalización
excesiva de algunos procedimientos a través de la simplificación
de la burocracia.
Por lo tanto,
estaría en riesgo la seguridad y los salarios de los trabajadores,
por lo que las obras de construcción serían menos controlables
y con menos protección para los salarios.
Por lo tanto,
si por un lado el nuevo código de contratación introduce
una simplificación general de las normas, por otro lado puede provocar
una liberalización demasiado amplia.
Además,
ha habido una flexibilización de los procedimientos anticorrupción,
como lo demuestra la ANAC, la Autoridad Nacional Anticorrupción.
Se solicitan más criterios de transparencia al respecto.
El nuevo código
avanzaría, por tanto, como prioridad, según las previsiones,
a dar mayor confianza en la actuación de la administración
pública, y hacia la oportunidad en la consecución de resultados
a través de la reducción de la burocracia.
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