Esta masa
de residuos incluye materiales inertes y minerales – hormigón –
materiales sintéticos – todo tipo de plásticos – productos
complejos – madera tratada – y productos peligrosos – amianto, etc. Téngase
en cuenta que este volumen está excluyendo tierra excavada, herramientas
y equipos técnicos industriales, etc. Esta cifra también
hay que compararla con la de los productos y equipos implantados al mismo
tiempo, es decir, en torno a 115 millones de toneladas.
El edificio
se enfrenta a un espectro muy amplio de residuos. El sector lleva varias
décadas investigando sobre su tratamiento
La Responsabilidad
Ampliada de los Productores de productos y materiales para la construcción
de edificios - REP PMCB para los comensales de la ciudad - fue instituida
por la ley relativa a la lucha contra los residuos y la economía
circular del 10 de febrero de 2020 (publicada en el Diario Oficial el 11),
conocida por el acrónimo Agec. El edificio es sólo una de
las muchas áreas a las que se refiere este texto.
Inicialmente,
este texto fijaba la puesta en marcha de esta gestión global de
los residuos de las obras de construcción el 1 de enero de 2022.
De crisis sanitaria a crisis de la construcción, el plazo se ha
aplazado al 1 de enero de 2023.
La filosofía
de la ley Agec consiste concretamente en introducir nuevos métodos
de trabajo para todo el sector de la construcción. Sus objetivos
son tanto evitar los vertidos incontrolados -e incluso organizar su eliminación-
como crear una nueva economía basada en los residuos de la construcción.
Porque muy claramente, pide a los productores de materiales y sistemas
que adopten un enfoque de diseño ecológico de los productos,
para promover la extensión de su vida útil, su reparabilidad
y permitir su reutilización. Pone un marcador en el camino muy empinado
de la economía circular en este sector durante mucho tiempo marcado
por ciclos de construcción, demolición y reconstrucción.
Más
directamente, a partir de enero de 2023, esta ley modificará profundamente
las obras de construcción. Se solicita a los proveedores de materiales
y productos de construcción que incorporen una parte de materia
prima reciclada en su producto; al final de su vida, los productos deben
poder ingresar a un canal de reciclaje; ellos mismos pueden garantizar
la devolución gratuita de los productos al final de su vida útil
y la gestión de su tratamiento, pero la ley les exige más
bien crear colectivamente organizaciones ecológicas financiadas
por una contribución para gestionar los residuos al final de su
vida útil.
Para las empresas
constructoras, todos los lotes combinados, la gestión de los residuos
al final de su vida será el punto crucial en la aplicación
de la ley Agec. Este último especifica (artículo 106) que
los presupuestos de obras de construcción, rehabilitación
o demolición mencionarán “las modalidades de retirada y gestión
de los residuos generados por la obra, así como los costes asociados.
» El texto indica que el presupuesto especificará la organización
de la recogida de residuos. Obligatoriamente clasificados en siete categorías:
madera, metales, plástico, papel y cartón, vidrio, yeso y
fracciones minerales, se dirigirán a los puntos de recogida.
De momento,
los fabricantes han conseguido poner en marcha cuatro ecoorganizaciones
que ya han sido homologadas: Valobat, Ecominero, EcoMaison (también
llamada Eco-Mobilier) y Valdelia.
Cada uno muestra
sectores de tratamiento específicos, desde residuos inertes hasta
residuos de desarrollo, algunos afirmando un deseo de ayudar a las pequeñas
empresas en particular. Todas estas nuevas estructuras están publicando
actualmente sus argumentos en Internet; están en medio de una campaña
de afiliación con proveedores de productos de construcción
y empresas constructoras confrontadas con esta nueva misión en los
sitios de construcción.
A las ecoorganizaciones
se les asignan las pesadas misiones de organizar la gestión de residuos
y la reabsorción de depósitos ilegales
En pocas semanas,
se convertirán en los conductores de la gestión de residuos.
Corresponderá a ellos cubrir todos los costes de recogida y clasificación
de los operadores de gestión de residuos. Además, la ley
les obliga a mallar el territorio con puntos de recuperación en
coordinación con las autoridades locales y los operadores de estas
instalaciones: la malla recomendada en el decreto del 31 de diciembre de
2021 es de 10 a 20 km. Las cosas se construirán con el tiempo. Finalmente,
estas ecoorganizaciones son las encargadas de garantizar los índices
de recogida fijados por decreto, así como la trazabilidad de los
residuos.
En construcción
desde hace meses, este enorme sector sufre actualmente un gran bloqueo:
la ausencia de comunicado en la lista de productos sujetos a ecocontribución,
una herramienta imprescindible para que los proveedores facturen a las
empresas que los comprarán. Sin embargo, para todos los actores
de la construcción, 2023 será el banco de pruebas para el
funcionamiento de este nuevo engranaje que la deriva podría convertirse
rápidamente en un chivo expiatorio en este período de actividad
agitada.
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