El economista
jefe de Experian Reino Unido, Mohammed Chaudhri, dijo:
“Durante los
últimos seis meses, se han producido enormes cambios en Europa que
han impactado en el entorno operativo económico de la construcción.
“La guerra
de Ucrania y los múltiples impactos e incertidumbres que provoca,
el aumento de las tasas de interés, el endurecimiento del mercado
financiero y los problemas continuos con la disponibilidad y los costos
de los materiales de construcción están jugando un papel
importante.
“El pronóstico
de noviembre de Euroconstruct encontró que casi todos los factores
que afectan la demanda de construcción son negativos, incluyendo
la economía, los precios al consumidor, las tasas de interés
y la confianza del consumidor. Parece que podría ser un período
difícil de ajuste para la industria, antes de volver al crecimiento
en 2024".
Gran parte
de las perspectivas negativas proceden de los sectores residenciales de
obra nueva y rehabilitación. La era de las bajas tasas de interés
condujo a un auge de la vivienda de nueva construcción en toda Europa,
pero la situación ha cambiado sustancialmente en los últimos
seis meses, según la investigación.
Las ventas
de viviendas se han desacelerado, la confianza del consumidor ha caído
y ahora hay un exceso de oferta en muchos países.
El resultado
es que la perspectiva de crecimiento para la nueva construcción
residencial del próximo año se ha vuelto negativa, cayendo
un 3,4% respecto a la previsión anterior.
Italia tiene
el mejor desempeño en Europa, con un nivel de crecimiento del 12,1%,
impulsado en parte por los subsidios de la UE.
El Reino Unido,
actualmente una de las economías con peor desempeño en Europa,
se enfrenta a un ciclo de crecimiento negativo de la producción
de la construcción en 2023 (-0,4 %) junto con Alemania, que se enfrenta
a un crecimiento negativo o nulo hasta 2025 (-0,4 %).
La construcción
también se contratará en contrato en ocho países,
la mayoría en Suecia y Finlandia, según Euroconstruct. En
ambos países, la producción de la construcción ha
sido alta, por lo que la disminución marca parcialmente un retorno
a un volumen de construcción más normal.
ESPAÑA
El sector de
la construcción en España no es inmune a la recesión,
pero tampoco se encuentra entre los que están a la espera de caer.
En el mercado
de la edificación, la atmósfera que se percibe entre los
promotores es de más preocupación por la evolución
de los costes (suelo, materiales, mano de obra, incidencia de la Ley de
Vivienda) que por la evolución de la demanda (la mayor incertidumbre
hace ganar atractivo al inmobiliario como inversión refugio). En
el contexto residencial, se espera que algunos nichos auxiliares (venta
a extranjeros, venta de segundas residencias) recuperen los niveles habituales,
sin olvidar que gracias al NGEU se reactivará la construcción
de vivienda pública. Se volverá a la producción de
2019 a finales del 2022 y todavía queda margen para continuar la
senda expansiva, aunque a menor ritmo que en el anterior informe: durante
el periodo 2022-24, la media anual de crecimiento se sitúa en el
3,5%
La previsión
para la edificación no residencial es idéntica que para la
vivienda la nueva planta, pero es preciso señalar que se trata de
un mercado que ha quedado más afectado por las distorsiones del
coronavirus. Esto significa que, en el caso que se llegue al 3,5% de crecimiento
anual previsto, será preciso esperar a mediados del 2023 para recuperar
los niveles de producción del 2019. Los nichos de mercado más
dinámicos continuarán siendo los mismos que se identificaron
en informes anteriores: la logística y las oficinas.
En la rehabilitación
de edificios se observa suficiente potencial como para situar la previsión
al 4,8% anual promedio durante el periodo 2022-24. Del 2022 en adelante
se confía en el efecto catalizador de los estímulos a la
rehabilitación residencial contenidas en el Plan de Recuperación,
particularmente bien dotados. Pero su materialización no está
exenta de riesgo. Las ayudas están condicionadas a disminuir el
consumo de energía, lo cual es atractivo pero requiere inversiones
significativas que podrían disuadir a parte de la demanda. La oferta
también podría resentirse si finalmente no hay suficientes
especialistas.
La ingeniería
civil está siendo perturbada por el alza de costes, tanto en las
obras en curso (adjudicadas a unos precios que ya se han desconectado de
la realidad) como en la obra futura (el riesgo disuade a muchas constructoras
de presentar ofertas). Pero por la parte positiva, durante 2021 se ha asistido
a una remontada de la licitación en la que confluyen tanto la obra
local previa a las elecciones 2023, como la obra estatal que no solo se
normaliza tras el paréntesis de 2020, sino que se refuerza gracias
al arranque de los fondos NGEU. Como además el sector de las infraestructuras
partía de unos niveles 2019 particularmente bajos, la previsión
es la más expansiva y llega al 6,9% anual promedio a lo largo del
periodo 2022-24.
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