Si el gobierno
quiere reducir esta fase es porque las seis nuevas EPR deben construirse
cerca de las plantas existentes, como Penly en Normandía. Hay muchas
autorizaciones administrativas, excepciones relacionadas con la biodiversidad,
la protección de la biodiversidad y las especies protegidas que
se podrán reducir varios meses.
Por lo tanto,
el Estado quiere acelerar el despliegue de nuevos EPR. Sobre todo porque
el consumo de electricidad en Francia aumentará un 40% para 2050,
pronostica RTE, el gestor de la red eléctrica francesa.
El proyecto
de ley presentado el miércoles pretende "ahorrar tiempo", mediante
la simplificación de los trámites administrativos: por ejemplo,
los sitios estarían exentos de la licencia de obras porque el control
de cumplimiento lo llevarían a cabo los servicios estatales. Y los
trabajos en edificios no destinados a recibir sustancias radiactivas pueden
realizarse antes de cerrar la consulta pública.
Emmanuel Macron
podría poner así la primera piedra antes de que finalice
su mandato en 2027, incluso si la puesta en marcha de la primera EPR no
puede hacerse antes de 2035, o incluso "para 2037" según la estimación
de una auditoría gubernamental.
Francia, que
depende de la energía nuclear para cerca del 70% de su electricidad,
decidió en 2015 diversificar sus fuentes de suministro cerrando
14 de sus 58 reactores (dos ya han cerrado), ante un cambio anunciado por
el presidente a finales de 2021.
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