El objetivo
del estudio fue comprender la capacidad de recuperación de la cadena
de suministro de semiconductores e identificar estrategias que las empresas
y el gobierno federal podrían emplear para mejorarla.
La gran mayoría
de las fábricas de semiconductores se encuentran en Taiwán,
China continental y Corea del Sur. El plazo de entrega de la producción
de un lote de chips, el tiempo entre el inicio de la producción
y la finalización de la fábrica, varía de 20 a 60
días, según la planta y la complejidad del circuito integrado.
Estos chips se envían posteriormente a instalaciones de ensamblaje
y prueba, casi todas en Asia, para producir varios componentes; estos procesos
pueden tomar de 30 a 40 días. Finalmente, los componentes se utilizan
en una variedad de piezas, módulos y sistemas (p. ej., en los módulos
de control de la carrocería de los vehículos, módulos
de iluminación electrónica, sistemas de entrada sin llave,
inversores, frenos, dirección asistida y sistemas de infoentretenimiento),
que luego se ensamblan en productos terminados.
Para mitigar
la dependencia de EE. UU. de la producción extranjera de chips,
el Congreso aprobó la Ley CHIPS y Ciencia , que el presidente Joe
Biden promulgó en agosto, y el Departamento de Comercio dio a conocer
su estrategia para “reconstruir el liderazgo estadounidense en la industria
de semiconductores” a principios de septiembre, que incluye establecer
y expandir la producción nacional de chips de vanguardia, crear
un suministro suficiente y estable de semiconductores de tecnología
más antigua e invertir en investigación y desarrollo para
garantizar que la tecnología de semiconductores de próxima
generación se desarrolle y produzca en los Estados Unidos. Se espera
que la ley estimule la construcción de media docena de instalaciones
de fabricación de semiconductores en los Estados Unidos. Tales medidas
aumentarán y asegurarán el suministro de semiconductores,
que son importantes no solo para la economía sino también
para la seguridad nacional.
Según
un estudio publicado en la revista Harvard Business por David Simchi-Levi,
profesor de sistemas de ingeniería en el Instituto de Tecnología
de Massachusetts y director del Laboratorio de ciencia de datos del MIT,
Feng Zhu estudiante de doctorado en el Laboratorio de ciencia de
datos del MIT y Matthew Loy gerente de compras de América
del Norte en DENSO, es importante que Estados Unidos y Europa no se concentren
solo en chips avanzados.
Es importante
que los formuladores de políticas consideren algo más que
nodos de proceso de vanguardia en las fábricas. (Un nodo de proceso
es una operación que fabrica una generación o arquitectura
específica de circuitos semiconductores). Gran parte de la inversión
que están discutiendo los legisladores se centra en nodos de tecnología
de procesos avanzados, como los que fabrican chips con elementos de transistores
de 7 nanómetros (nm) o menos. Pero garantizar el suministro de chips
de generaciones anteriores (45 a 65 nm) a industrias como la automotriz
y aeroespacial, así como a la militar, es fundamental. Estos nodos
tecnológicos son responsables de la mayoría de los chips
utilizados por la industria automotriz.
Continuarán
los riesgos significativos para las cadenas de suministro si los chips
semiconductores producidos en América del Norte o Europa necesitan
viajar de regreso a Asia para ensamblarse y probarse. Con esto en mente,
se debería proporcionar a la industria incentivos para desarrollar
estas capacidades en los Estados Unidos o en Europa.
Añade
el informe que los resultados de las nuevas políticas de localización
en Estados Unidos o Europa también podrían aplicarse a las
cadenas de suministro de otros productos, como el de las baterías
y los imanes utilizados en los vehículos eléctricos (EV).
EL PERTE ESPAÑOL
Proyecto Estratégico
para la Recuperación y Transformación Económica de
Microelectrónica y Semiconductores (PERTE Chip) en el marco del
Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
El PERTE Chip
tiene como objetivo reforzar las capacidades de diseño y producción
de la industria de la microelectrónica y los semiconductores en
España desde una perspectiva integral y favorecer la autonomía
estratégica nacional y de la UE en este sector, en línea
con lo previsto en la Ley Europea de Chips recientemente propuesta por
la Comisión Europea.
El PERTE Chip
se desarrollará en torno a cuatro ejes estratégicos, abarcando
toda la cadena de valor de la industria en distintas fases: concepción,
diseño y producción de chips y dinamización de la
industria electrónica y de tecnologías de la información
y comunicación (TIC), para que actúe como generadora de demanda
de los microchips producidos, e impulso al ecosistema emprendedor de semiconductores.
Esta visión integral ejercerá un efecto multiplicador para
el conjunto de la economía española.
Está
previsto que este proyecto estratégico movilice una inversión
pública de 12.250 millones de euros hasta 2027, financiado con fondos
europeos en el marco del Plan de Recuperación, y activará
a su vez un importante volumen de inversión privada.
También
desplegará mecanismos de colaboración público-privada
para promover las inversiones necesarias y se desarrollará de forma
coordinada entre las administraciones públicas, la industria, las
universidades y los centros de investigación.
La escasez
de semiconductores a escala mundial desencadenada por los cuellos de botella
en el suministro derivados de la pandemia ha puesto de manifiesto en Europa
la necesidad de acelerar la autonomía en la fabricación de
chips.
España
está muy bien posicionada en diversos activos estratégicos:
en el desarrollo de arquitecturas alternativas como RISC-V, donde el Centro
Nacional de Supercomputación – Barcelona Supercomputing Center,
es un centro de referencia internacional; en fotónica integrada,
donde nuestro país es considerado a nivel mundial a través
del papel que desempeñan las Universidades Politécnica de
Valencia, Vigo y Madrid; en el ámbito del desarrollo de chips cuánticos,
con el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO), el Centro Superior
de Investigaciones Científicas (CSIC), así como con el proyecto
Quantum Spain, en el que participan 25 centros ubicados en 14 Comunidades
Autónomas, como las universidades de Granada, Sevilla, Zaragoza,
País Vasco o Islas Baleares, por señalar algunas.
Además,
el crecimiento de la demanda de semiconductores en sectores tractores como
la automoción (en el que España es el segundo productor de
vehículos de la UE), la fabricación de máquinas herramientas
(somos el tercer productor y exportador de UE y noveno del mundo) o los
electrodomésticos, justifican las economías de escala necesarias
para desarrollar estas actuaciones. Este incremento se acelerará
en los próximos años y se sumarán otros ámbitos
como las telecomunicaciones, la industria aeroespacial, el transporte ferroviario,
defensa y la construcción de infraestructuras.
Con el objetivo
de impulsar la capacitación, diseño y producción de
la industria de semiconductores y microelectrónica en España,
se pondrán en marcha once actuaciones en torno a cuatro ejes estratégicos,
que engloban toda la cadena de valor para la producción de microchips:
-
Refuerzo de la
capacidad científica. Con actuaciones para fortalecer la I+D+i sobre
microprocesadores de vanguardia y arquitecturas alternativas y la fotónica
integrada, desarrollar chips cuánticos y lanzar una línea
de financiación para reforzar el Proyecto Importante de Interés
Común Europeo (IPCEI) de Microelectrónica y Tecnologías
de la Comunicación. Se prevé una inversión de 1.165
millones de euros para el periodo 2022-2027.
-
Estrategia de
diseño. Incluye actuaciones que potenciarán la capacidad
española en el diseño de microprocesadores mediante la creación
de: empresas fabless de diseño de microprocesadores de vanguardia
y arquitecturas alternativas; líneas de pilotos de pruebas; red
de capacitación en materia de semiconductores. Se destinarán
1.330 millones de euros para este eje.
-
Construcción
de plantas de fabricación. Para dotar la capacidad de producción
nacional de semiconductores en la fabricación de tecnología
de vanguardia (por debajo de 5 nm) y de gama media (de más de 5
nm). La inversión pública presupuestada es de 9.350 millones
de euros.
-
Dinamización
de la industria de fabricación TIC. Contempla actuaciones como la
creación de un fondo de capital centrado en los chips para financiar
startups, scaleups y pymes innovadoras del sector de semiconductores nacional,
con una dotación pública inicial de 200 millones de euros.
También se dirige a fortalecer la producción interna de productos
electrónicos –que utiliza los microchips como input- para que ejerza
de sector tractor sobre la industria de los semiconductores y absorba parte
de su producción. El presupuesto estimado asciende a 400 millones
de euros.
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