Esta conferencia
ha puesto el foco en cómo pensar conceptualmente sobre los problemas
de las aguas subterráneas para que puede ser de gran beneficio al
desarrollar proyectos de control de aguas subterráneas, y que un
modelo conceptual sólido ayudar a reducir el riesgo de que los diseños
se desarrollen utilizando técnicas inapropiadas.
Tratar con
el agua subterránea puede ser simple cuando el modelo conceptual
está bien definido, pero las soluciones se vuelven costosas sin
ese conocimiento.
Preene pidió
a los ingenieros que se tomen el tiempo necesario para considerar cuidadosamente
los problemas de aguas subterráneas en una etapa temprana. También
pidió precaución cuando los datos utilizados para diseñar
soluciones de aguas subterráneas para trabajos de excavación
se basen en un marco de tiempo limitado.
“Los proyectos
de construcción a menudo experimentan problemas con el agua subterránea,
incluso cuando se anticipó el agua subterránea”, dijo.
Según
Preene, esto suele ocurrir cuando los datos utilizados para hacer suposiciones
se basan en una época del año diferente a cuando se lleva
a cabo la construcción, lo que da como resultado diferentes condiciones
del agua subterránea. “Puede haber una gran variación a lo
largo de las estaciones y también diferente de un año a otro”,
dijo. “Pero si los datos utilizados para crear el modelo conceptual son
incorrectos, entonces el modelado será incorrecto”.
Preene señaló
que los métodos analíticos utilizados para el modelado de
aguas subterráneas son inusuales en comparación con otros
aspectos del análisis de ingeniería civil, ya que llegan
tarde en el proceso y se confía mucho en el modelo conceptual.
Preene instó
a los ingenieros a tratar de reconocer las lagunas en los datos y las incertidumbres
en los parámetros clave. “Es mejor permitir el peor de los casos
para el agua subterránea en las etapas de diseño”, agregó.
“A menudo,
se presta demasiada atención a las obras permanentes cuando se trata
de la investigación del terreno y los datos recopilados no ofrecen
suficientes detalles para definir los desafíos durante las obras
temporales. Sugeriría que al menos un pozo tenga una profundidad
y media, si no el doble, de la profundidad de las obras permanentes planificadas”.
Preene también
sugirió que los ingenieros deben mirar más allá de
la permeabilidad del suelo y considerar la transmisividad, que se usa comúnmente
en hidrología, ya que esto brindaría una mejor comprensión
de las entradas potenciales dentro de un horizonte geológico particular.
“La incertidumbre
generalmente se maneja mediante un diseño conservador, pero es nuestro
papel como ingenieros comprender los datos para minimizar la necesidad
de conservadurismo”, concluyó.
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