Los ayuntamientos
y los gobiernos regionales son responsables del control del sellado en
la superficie. En este caso (norte Europa) no estaba bajo control, algo
que sorprende que suceda en los países más avanzados de Europa.
Además la infraestructura no se ha actualizado a pesar de las advertencias
de cambio climático. Y lo que es más grave, los sistemas
de alerta temprana tampoco se usaron correctamente, ni siquiera en la segunda
fase de las tormentas al desplazarse hacia el sur y centro de Europa.
Estos son factores
individuales, pero en conjunto, significa que estos enormes deslizamientos
de tierra, que las masas de agua se han acumulado, concentrado y acelerado.
Debería
haber una reunión europea de urbanistas para consensuar un libro
blanco de planeamiento urbanístico ante inundaciones que diese base
a una futura directiva europea.
En el futuro
se necesitan mejores sistemas de alerta temprana y nuevas reglas de conducta
en caso de inundaciones
En la superficie,
el agua debe poder filtrarse rápidamente, es decir, deben transformarse
en ciudades esponja. El exceso de agua no debe sobrecargar el sistema de
alcantarillado, lo que significa que tenemos que poder drenarlo rápidamente.
Si examinamos
las últimas inundaciones en el sur de España y su efecto
en el metro, nos encontramos con los problemas de construcción sobre
antiguos cauces. En este caso el problema es similar, construcción
sobre meandros que eran zonas naturales de desahogo del río en caso
de crecidas.
Técnicamente,
el desagüe requiere de cuencas de agua cercanas, por ejemplo, áreas
verdes grandes y estables para recibir las crecidas de los ríos.
La ingeniería hidráulica debe anticiparse con la construcción
de diques, respetar las distancias de ríos e incluso estaciones
de bombeo para reaccionar rápidamente en tales situaciones.
En la práctica
en lamentable comparar lo deseable con la realidad, por ejemplo los poco
hidrantes antiincendios (legalmente obligatorios) en pueblos y urbanizaciones,
así como la poca disciplina urbanística autonómica
sobre la ejecución de estos planes antiincendios recogidos en la
normativa regional española.
En definitiva,
tenemos que aprender a no construir contra la naturaleza, sino con la naturaleza,
es decir, a mantener distancias, distancia respetuosa, pero también
una distancia que por supuesto ha sido determinada y que está determinada
por simulación, a través de sistemas como el BIM. Si las
cuencas hidrográficas no resultan responsables de su inacción,
a pesar de los análisis de riesgos de inundación de que disponen,
será difícil trasladar toda la culpa a los municipios y gobiernos
regionales.
Y esto a pesar
de que técnicamente no se pueden todavía definir las distancias
en todos los ámbitos, realmente depende de la ubicación,
de los datos meteorológicos y del Big Data de control de desastres.
En el caso de Europa, los datos han sido inservibles por los niveles de
agua han superado siete veces más, pero aún así, los
expertos urbanistas han reconocido que las distancias de seguridad antiinundaciones
deberían aumentar al menos diez veces. Esto económicamente
tendría un coste expropiatorio inasumible incluso para los países
más ricos de Europa.
El urbanismo
tiene mucho que decir en la fase de planificación de nuevos edificios
y en la concepción de las ubicaciones. Los edificios no pudieron
soportar estas masas de agua y los deslizamientos de tierra y estas enormes
cargas que se han descargado, es decir, hay que revisar la calidad de los
materiales y las medidas de refuerzo para construir en tales lugares.
En Alemania
se empieza a pedir que por lo menos se deban empezar a construir los edificios
de tal manera que puedan resistir hasta que se puedan evacuar de forma
rápida y segura.
Este es también
un aspecto que se tiene en cuenta en el cálculo de la carga: cuánto
tiempo permanece un edificio en pie hasta que se evacúa a las personas.
Esto es curioso
que no exista cuando existe para los incendios. Si hay un incendio, hay
pautas muy claras en cuanto a cuánto tiempo debe durar el techo,
cuánto tiempo debe durar un soporte, cuánto tiempo debe permanecer
una pared exterior en su lugar hasta que hayamos evacuado a las personas.
Ahora hay que
hacer lo mismo para el cálculo de la carga, en lo que se refiere
al agua.
Los modelos
climáticos nos dicen que estos extremos hídricos aumentarán
en el futuro, que ocurrirán de manera más violenta, más
concentrada y con mayor frecuencia. Ante este riesgo ya son muchas las
voces que Europa debe empezar a multar a los países incumplidores,
igual que lo hace con los vertidos de aguas no depuradas. Sólo desde
Europa se puede forzar el cambio de modelo del planeamiento urbanístico
antiinundaciones.
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