De cara al
futuro, se espera que el crecimiento en el volumen de proyectos de infraestructura
continúe en 2021, a medida que se alivien las restricciones y los
gobiernos busquen estimular sus economías.
Un ejemplo
de una posible recuperación impulsada por la infraestructura es
el plan multimillonario “Build Back Better” propuesto por el presidente
de los EE. UU., Joe Biden, que tiene como objetivo reparar gran parte de
la infraestructura física del país, como carreteras, puentes
y aeropuertos, al tiempo que invierte cantidades significativas en nuevos
desarrollos de Internet de banda ancha y proyectos de energía verde.
Desde una perspectiva
global, se espera que los desarrollos ecológicos sean una vez más
uno de los principales impulsores del crecimiento de la infraestructura,
impulsado por la creciente demanda de energía renovable y los esfuerzos
gubernamentales para cumplir los objetivos de reducción de carbono.
Entre los ejemplos
mundiales de importantes estrategias de infraestructura orientadas a la
sostenibilidad se incluyen el plan European Green Deal de 1 billón
de euros, que prevé una inversión masiva en proyectos sostenibles
para garantizar que el bloque sea climáticamente neutro para 2050,
y la Iniciativa de China Bealt and Road, a través de su plan Green
Silk Road .
Según
el Global Infrastructure Hub, una iniciativa del G20, el mundo se enfrenta
a una brecha de $ 400 mil millones en inversión en infraestructura
este año, una cifra que podría crecer acumulativamente a
$ 15 billones para 2040 si continúan las tasas actuales de gasto.
Se espera que
los mercados emergentes sean un motor clave de crecimiento para la inversión
en infraestructura global en los próximos años.
IBEROAMÉRICA
Un informe
del Banco Interamericano de Desarrollo traza el rumbo de una masiva transformación
de la infraestructura en América Latina y el Caribe mediante avances
en eficiencia, uso de las tecnologías digitales, y un cambio de
enfoque hacia la calidad y la asequibilidad de los servicios al consumidor
en lugar de las estructuras.
Aumentos relativamente
menores en la eficiencia de los servicios mediante un incremento de la
digitalización y otras acciones pueden impulsar el crecimiento en
5,7 puntos porcentuales durante un período de 10 años. Para
América Latina y el Caribe, eso representa alrededor de US$325.000
millones en ingresos adicionales durante ese decenio.
Las mejoras
en la infraestructura reducirán las desigualdades y ayudarán
a las poblaciones vulnerables que se han visto particularmente afectadas
por la pandemia de COVID-19. En la medida en que se produce un aumento
en la eficiencia en los servicios y una caída en los precios, los
ingresos de los sectores más pobres se elevarían un 28 por
ciento más en promedio que los ingresos de los sectores más
acomodados durante esos 10 años, sostiene el informe.
“La infraestructura
será un componente crítico de nuestros esfuerzos por impulsar
las economías y reducir las desigualdades tras la pandemia”, dijo
Eric Parrado, Economista Jefe del BID. “Los presupuestos serán restringidos,
por lo que debemos invertir de manera inteligente y sostenible. Nuestro
informe recomienda áreas en las que las políticas gubernamentales
pueden promover innovaciones y aportar una visión de la infraestructura
que esté orientada a los servicios”, añadió.
La región
adolece de profundas brechas en infraestructura frente a las economías
más desarrolladas. Iberoamérica ha invertido un 2,8
por ciento de su PIB en infraestructura durante la última década,
la mitad que los países emergentes de Asia.
ASIA
Según
las proyecciones de la compañía de seguros Swiss Re, de los
$ 66 mil millones en gastos de infraestructura esperados entre 2021 y 2040,
unos $ 43 mil millones provendrán de los mercados emergentes. Gran
parte de esto será impulsado por Asia emergente (incluida China),
que representará $ 35 mil millones en gastos de infraestructura
durante el período.
También
se espera que la región experimente un aumento en los proyectos
de infraestructura en el corto plazo.
Después
de que Covid-19 provocara una contracción del 8,5% en el mercado
de la construcción del sur y sureste de Asia en 2020, la firma de
análisis de datos del Reino Unido GlobalData ha proyectado que el
sector experimentará un repunte significativo en 2021.
Un país
que considera la infraestructura como un importante motor de crecimiento
económico es Filipinas. Si bien muchos proyectos bajo el plan insignia
"Construir, Construir, Construir" se retrasaron el año pasado, el
gobierno ha intentado revitalizarlos en 2021.
También
se espera que el desarrollo de infraestructura en toda la región
cuente con el apoyo de instituciones internacionales. En marzo, el Fondo
Verde para el Clima anunció que asignaría 300 millones de
dólares al programa de recuperación verde gestionado por
el Banco Asiático de Desarrollo, que proporcionará asistencia
técnica y préstamos en condiciones favorables a 20 proyectos
de energía verde en el sudeste asiático.
|