Claro que
siempre hay que diferenciar entre unos negocios y otros dentro del sector
de las SOCIMIS. Por segmentos, un 11,2% del residencial está en
manos de inmobiliarias cotizadas frente al 88% que explota el negocio de
oficinas, retail, logística y hoteles. Ha sido la primera
una de las más resilientes en época de pandemia. Gloria Folch,
Consejera de Advero Properties SOCIMI reconoce que en el segmento de “residencial
asequible” el que ellos se dirigen “no se ha visto afectado, no hemos tenido
caídas de rentas sino que nos hemos mantenido en niveles de ocupación
altos porque la vivienda se ha convertido en algo esencial”.
Ya no vale
hablar de SOCIMIS inmobiliarias sino que hay que diferenciar a qué
clase de activo nos referimos porque el impacto en la crisis ha sido diferente
y, la salida, también lo será. Javier Basagoiti, presidente
de ASOCIMI asegura que esto va por sectores pero “como tónica general
ha habido, desde que se declaró el estado de alarma el 15 de marzo
de 2020, incumplimiento de la renta de forma generalizada. Esto en ciertos
sectores ha producido desequilibrios importantes de los contratos. Desde
la asociación llevamos muchos meses tratando de llegar a acuerdos
incluso antes de que el legislador dijera algo”. Un experto que pone el
punto sobre la Ley de Socimis que funciona bien pero “que nos ata en ciertas
cosas y nos da unas peculiaridades que nos pueden llegar a perjudicar en
otras”.
A nivel normativo
es importante destacar que las socimis son un híbrido , el
régimen no es puramente mercantil, fiscal ni de sociedad cotizada
sino “una mezcla de las tres cosas que tienen que estar coordinadas haciendo
difícil flexibilizar ciertas cosas en un escenario de pandemia como
el que tenemos actualmente”; asegura Enrique Nieto, socio de Uría
Menéndez. Esto ha hecho que se haya permitido a todas las
sociedades de capital retrasar la publicación de cuentas, algo de
que lo que sí se podrían beneficiar las SOCIMIS, pero no
podrían dejar de distribuir el dividendo ni de aprobar su distribución
en el primer semestre porque lo exige la norma fiscal. Esto pone de manifiesto
que “no había alineación entre las distintas normas que les
afecta y esto además entra en juega con la normativa propia de las
entidades cotizadas”.
Esta Ley de
Socimis se ha mantenido estable (desde su creación en 2009
y su posterior flexibilización en 2012) y se ha ido
desarrollando a través de consultas vinculantes. Ahora lo
que hay sobre la mesa es una propuesta de modificación de tipo impositivo
para que tributara el beneficio no distribuido, algo que no se incluyó
en los Presupuestos Generales del Estado pero que sí está
en el Proyecto de ley de medidas de lucha contra el fraude fiscal que “podría
entrar en vigor en febrero y marzo, está previsto que afecte a las
Socimis para este ejercicio aunque el impacto no es tan relevante como
pueda parecer”, admite Nieto.
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