Bruselas quiere
evitar que en el futuro se repita esa situación y en sus presupuestos
para 2021-2027 cuenta ya con una partida de 9.000 millones en subsidios
para financiar, entre otras cosas, proyectos de infraestructuras de transporte,
de energía o digitales. La Comisión ofrece, además,
un sistema de avales que puede llegar a movilizar hasta 20.000 millones
de euros de créditos en condiciones favorables a través del
Banco Europeo de Inversiones o del Banco Europeo de Reconstrucción
y Desarrollo.
Un ejemplo
de esta política europea es la modernización de la línea
de ferrocarril entre Belgrado y la frontera de Macedonia del Norte. El
tramo forma parte de un proyecto considerado crucial para la integración
económica de la zona y parecía a punto de caer en manos de
la inversión china. El llamado Corredor X parte de Salzburgo (Austria)
y atraviesa los Balcanes hasta su destino final en Tesalónica (Grecia).
La UE está ya involucrada en varios tramos, con financiación
para los preparativos técnicos, además del de Belgrado a
Macedonia del Norte.
Esta semana,
la Unión Europea (UE) volvió a manifestar su preocupación
por los peligros de pedir préstamos a China para financiar y construir
importantes proyectos de infraestructura.
El Director
Gerente Adjunto para las Américas, Servicio Europeo de Acción
Exterior, Javier Nino Pérez, durante una sesión de preguntas
y respuestas en la Universidad de Guyana, no estuvo de acuerdo con quienes
dicen que China ofrece mejores condiciones. “El proyecto chino no se trata
tanto de construir algo juntos como de aprovechar el espacio, los vínculos
comerciales y los proyectos de infraestructura de beneficios comerciales.
Este es un elemento que tenemos que tener en cuenta”, dijo.
El Sr. Nino
Pérez recordó que China había invertido "fuertemente"
en una autopista de 600 kilómetros en Montenegro, pero cuando ese
país no pudo pagar el préstamo, el contrato de 10 años
preveía que China se apoderara físicamente de partes del
país. "Hay mucha lectura entre líneas que uno debe hacer
al comprender y evaluar la inversión china", dijo.
A diferencia
de la UE que ofrece subvenciones, dijo que China ofrece principalmente
préstamos que deben reembolsarse económica, políticamente
o en términos de infraestructura.
El Director
Gerente Adjunto para las Américas, Servicio Europeo de Acción
Exterior dijo que, si bien China y la UE cooperan y discuten muchas áreas,
incluido el cambio climático, las disputas comerciales, la agenda
digital y la inversión en proyectos de infraestructura, eran "rivales
sistémicos" en la forma en que ven democracia, derechos humanos,
libertades democráticas, estado de derecho, buen gobierno, derechos
de las minorías, derechos religiosos y puntos de vista de género.
"Somos rivales
porque, al final del día, la UE va a definir un modelo social que
persistirá durante las próximas décadas ... Este es
un tema en el que China es claramente un rival", dijo.
En febrero
Javier Niño Pérez acudió a la comisión de Exteriores
del Parlamento Europeo para hablar sobre las relaciones de la Unión
Europea con Latinoamérica. Allí instó a los miembros
de la comunidad a profundizar su presencia en la región para enfrentar
el avance de China, al entender que la potencia asiática “no es
exigente en temas de derechos humanos”, lo que le facilita la conclusión
de tratados comerciales en la región e implica para la Unión
Europea más dificultades de competirle.
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