La Comisión
Europea y España deberán celebrar, además de todas
las reuniones ya previstas, un evento anual con la participación
de los responsables de la ejecución del plan de recuperación
con el objetivo de discutir la complementariedad, sinergia y coherencia
entre la ayuda y su aplicación del citado plan y los demás
programas de la Unión.
Además,
cada año, la Comisión Europea debe rendir cuentas al Parlamento
Europeo y al Consejo Europeo con un informe sobre el progreso realizado
con los planes de recuperación y resiliencia y el volumen de ingresos
asignados.
España
tiene la intención de adelantar los fondos, gastando el 77 por ciento
de sus subvenciones durante los próximos tres años y sin
consenso con la oposición, a diferencia de Italia, donde el gobierno
de unidad nacional ha alcanzado un consenso en torno a sus planes.
Si todo va
bien, la mayor parte de los fondos llegarán en 2022. Incluyen €
3 mil millones en fondos públicos para la iniciativa del automóvil
eléctrico, un programa de € 7 mil millones para aumentar la
eficiencia energética de los edificios y € 3,5 mil millones
para ayudar a 1 millón de pequeñas y medianas empresas a
digitalizarse.
En conjunto,
el plan español tiene 416 hitos y objetivos acordados con Bruselas,
tres cuartas partes de ellos en el período hasta 2023.
Para el desembolso
de las subvenciones, la Comisión Europea tiene que superar una prueba
de fuego. Los países frugales critican que la condicionalidad del
programa de la UE, que incluirá préstamos por valor de 70.000
millones de euros en 2024-26 después de la cantidad equivalente
de subvenciones para los primeros tres años, es muy lasa, por lo
que las subvenciones se desperdiciarían.
Adriaan Schout,
investigador principal del Instituto Holandés de Relaciones Internacionales
y ex asesor del gobierno holandés, dijo al Financial Times que el
plan de España se compara desfavorablemente con el de Italia bajo
el primer ministro Mario Draghi. “España impresionó hace
una década con la forma en que se reestructuraron sus bancos. Sin
embargo, eso fue hace una década y hace una crisis. Italia ahora
ha ganado velocidad con Draghi y el plan de reforma nacional es más
concreto en lo que respecta a hitos".
Zsolt Darvas,
del grupo de expertos Bruegel en Bruselas, dice al Financial Times que
España solo recibirá desembolsos de dinero de la UE si cumple
con los hitos de reformas laborales, de pensiones y otras que se han establecido
en conjunto con la comisión. “Lo que será realmente crucial
será examinar los detalles de las reformas y las inversiones para
ver si están haciendo lo que realmente se supone que deben hacer
o si solo están cumpliendo los hitos”, dice Darvas. "Es más
difícil evaluar el alcance transformador que si cumplen con los
hitos".
Claramente
España se juega mucho porque en 2023 es previsible que el Banco
Central tenga que recortar sus compras de deuda pública de la eurozona.
En un país sobreendeudado, el mayor riesgo es tener que salir a
los mercados a financiarse.
Fuentes consultadas
nos comentan que la falta de consenso en España es un grave problema
en las comparaciones con otros países como Europa. También
lo es la adjudicación en exclusiva de los fondos desde el gobierno,
lo que podría general riesgos de clientelismo. Con estos dos puntos
en contra, si no hay consenso con los agentes sociales, será muy
difícil para Europa garantizar la solvencia de las reformas y lo
importante no es cumplir los hitos, lo importante es asegurarse el cambio
del modelo económico de España.
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