El pasado
año se dictó sentencia al respecto de una causa interpuesta
por un trabajador contra la empresa Masa Puertollano S.A. Cuando esta informó
al trabajador, que llevaba acumulando contratos temporales durante 15 años
(entre 2000 y 2015 se ocupó de las tareas de mantenimiento de la
central termoeléctrica de Puertollano), de que rescindía
su contrato y lo indemnizaba con la cuantía establecida para los
trabajadores temporales (en este caso de algo más de 20.000 euros),
este denunció a la empresa alegando que se trataba de un despido
improcedente apelando a su antigüedad.
Sin embargo,
en primera instancia, el Juzgado de lo Social número 2-bis de Ciudad
Real en 2016 dictó sentencia favorable a la empresa considerando
el despido como procedente. Un fallo que, ante el recurso interpuesto por
el trabajador, provocó su revocación un año después
por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La
Mancha, que lo declaraba improcedente, y condenaba a la empresa a la readmisión
del trabajador o al abono de una indemnización de casi 72.000 euros.
Ante el recurso
de casación interpuesto por Masa Puertollano S.A. al Tribunal Supremo
para la unificación de doctrina, rechaó el recurso y mantuvo
la condición de improcedente del despido y la cuantía de
la indemnización. En el texto de la sentencia, el Tribunal asegura
que “dentro de las enormes tasas de temporalidad de nuestro país
se evidencia que la modalidad del contrato para obra o servicio determinado
es el que alcanza un índice más elevado de utilización”.
Y añade que “quienes ofrecen servicios a terceros desarrollan su
actividad esencial a través de la contratación con estos
y, por tanto, resulta ilógico sostener que el grueso de aquella
actividad tiene el carácter excepcional al que el contrato para
obra o servicio busca atender”.
La revisión,
por tanto, de la relación existente entre toda empresa principal
y empresa contratista se enfrenta a un cambio de paradigma que juega en
contra de la automatización de las contrataciones temporales, y
que, según celebran las organizaciones que velan por los trabajadores,
va a permitir una disminución de la precarización y un aumento
de su estabilidad
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