Una opción
que podría producir beneficios considerables es especificar materiales
con bajo contenido de carbono. Muchos materiales de la construcción
tendrán Declaraciones de Producto Ambiental (EPD) que son Evaluaciones
de Ciclo de Vida verificadas y deben, como mínimo, proporcionar
información sobre el carbono incorporado al producto durante todo
su proceso de elaboración.
Pero el mayor
reto es la obligación de prever la demolición del edificio
si riesgos medioambientales. Se debe considerar todo el ciclo de vida de
un edificio, lo que significa diseñar para la demolición
al comienzo del proceso de diseño. Esto podría significar
la creación de conexiones simples y reversibles entre componentes
mediante las cuales asegurarse de que los componentes no estén soldados
o pegados, o incluso minimizando la cantidad de componentes y materiales
diferentes utilizados en conjunto.
Es vital mantener
un buen registro de información de todos sus materiales para que
quien reciba el material al final del ciclo de vida del producto de construcción
comprenda el producto cuando se transmita. Con el BIM se pueden marcar
los elementos con sus propiedades estructurales, como el grado y el tamaño.
Cuanto menor sea el número de materiales involucrados, más
sencillo será este proceso y mayor probabilidad de que se logre
la reutilización de estos productos.
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