La comisión
dijo que también quiere ver medidas a más largo plazo para
preparar a la UE para tales posibles choques de precios, incluida la aceleración
de la inversión en fuentes de energía renovable y el desarrollo
de la capacidad de almacenamiento de energía. Los funcionarios de
la UE han dicho que el bloque en su conjunto tiene actualmente una capacidad
de almacenamiento para más del 20% de su uso anual de gas, pero
no todos los países miembros tienen instalaciones de almacenamiento.
La comisión
dijo que también consideraría desarrollar un programa conjunto
de adquisiciones para las reservas de gas, una idea propuesta recientemente
por España. La UE depende en gran medida del gas importado, principalmente
de Rusia.
CIERRES TEMPORALES
DE LA INDUSTRIA
La siderúrgica
Sidenor cierra 20 días. Lo mismo harán Fertiberia, Ferroatlántica
y Asturiana de Zinc
La factura
de Sidenor, por ejemplo, se ha triplicado en el último año
(de 60 a 260 euros el megavatio hora) y el impacto en los costes ha sido
significativo: un 25% más, según los datos de la empresa.
Por eso la acerera detendrá la producción durante 20 días.
Fertiberia
ha detenido de forma temporal su actividad en la planta de Palos de la
Frontera (Huelva). El elevado precio del gas, que se utiliza para producir
amoniaco, urea y fertilizantes, ha sido el causante de la decisión.
La medida empezó el pasado 1 de octubre y está previsto que
se prolongue inicialmente un mes. La empresa aprovechará para adelantar
algunos trabajos de mantenimiento de la planta. El resto de sus instalaciones
productivas y logísticas (13 fábricas repartidas por España,
Portugal y Francia) mantienen una actividad normal.
En Cantabria,
el presidente de esta comunidad, Miguel Ángel Revilla, confirmó
a principios de octubre el cierre de uno de los cuatro hornos de la planta
de la empresa del sector metalúrgico Ferroatlántica en Boo
de Guarnizo. Según la Cadena SER, el grupo está estudiando
trasladar la producción a sus plantas de Francia y Noruega, y dejar
la planta española como centro de operaciones. La fábrica
cántabra gasta en electricidad en un mes cinco millones de euros
más que la noruega.
También
la dirección de Asturiana de Zinc ha informado al comité
de empresa de que elabora un plan para reducir la producción en
determinadas horas del día debido al aumento de los costes energéticos,
que provocan que la actividad no sea rentable en determinadas franjas horarias.
De momento, la medida no implicará ajustes laborales.
La patronal,
la Asociación de Empresas Grandes Consumidoras de Energía
(AEGE), ha pedido compensaciones y exenciones. Según cálculos
de la asociación, sus empresas asumen unas cargas que en otros países
no existen: estiman que a finales de agosto pagaban el megavatio hora a
96,82 euros, 34 euros más caro que en Alemania y 55 euros más
que en Francia, una diferencia que mina la competitividad de las firmas
españolas.
En junio, el
Gobierno aprobó una compensación adicional de 100 millones
de euros para ayudar a la industria electrointensiva a hacer frente a los
sobrecostes por emisiones de CO?. Con esos nuevos fondos, las compensaciones
suman 179 millones, una cantidad que el sector sigue considerando insuficiente
por dos motivos: primero porque está por debajo del techo de 220
millones que permite Bruselas y, segundo, porque es muy inferior a la que
desembolsan Alemania y Francia.
Estas compensaciones
se unen al paquete de medidas urgentes y transitorias que el Gobierno aprobó
en septiembre para mitigar el encarecimiento de la electricidad. El plan
diseñado por el Ejecutivo incluye haber disminuido el IVA al 10%
y suspendido el impuesto a la generación eléctrica?, con
la reducción del impuesto especial sobre la electricidad del 5,11%
al 0,5%; obligar a las grandes eléctricas a subastar energía
a largo plazo para achicar el mercado mayorista y recortar, de forma temporal
hasta marzo de 2022, una parte de “los beneficios extraordinarios sobrevenidos”
de las centrales que no emiten CO?, que obtienen ingresos extra de la cotización
disparada del gas, ya que todas las plantas se retribuyen al precio que
marca la tecnología más cara que entra al sistema para cubrir
la demanda.
RESERVAS ESPAÑOLAS
DE GAS
Las reservas
españolas de gas están almacenadas en tres depósitos
naturales. Uno de ellos, el almacenamiento Gaviota, se sitúa a 2.150
metros de profundidad en el mar Cantábrico, a la altura del municipio
vasco de Bermeo. Otro bajo tierra firme en Serrablo, localidad del Pirineo
aragonés, y el tercero en Yela, provincia de Guadalajara. Se trata
de antiguos yacimientos ahora utilizados como almacén. Esta situación
empeoró al tener que cerrar el almacén Castor a la altura
de Amposta por los movimientos sísmicos.
Por el contrario,
Francia, Alemania e Italia, disponen de mayores reservas estratégicas
al tener más almacenes.
NUCLEAR
Hace dos años,
los líderes de la UE acordaron que la energía nuclear podría
ser parte de los esfuerzos del bloque para convertirse en carbono neutral
para 2050. Sin embargo, la UE aún tiene que decidir si los proyectos
nucleares pueden incluirse en la llamada taxonomía, un sistema de
clasificación que intenta definir qué actividades económicas
pueden calificarse para una inversión sostenible.
• Sin embargo,
la Comisión confirmó que la situación de la energía
nuclear está sujeta a las opiniones de otros dos grupos de expertos
. El grupo de expertos del artículo 31 de Euratom y el comité
científico sobre salud, medio ambiente y riesgos emergentes (Scheer)
están llevando a cabo una revisión del informe del CCI. La
Comisión dijo que estas revisiones "completarán la evaluación
científica" y finalizarán en junio de 2021.
Francia solicitó
recientemente la inclusión de la energía nucleoeléctrica
en el marco de la taxonomía antes de fin de año, liderando
la carga con otros nueve países de la UE: Bulgaria, Croacia, República
Checa, Finlandia, Hungría, Polonia, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia.
El grupo se
enfrenta a una fuerte oposición de Alemania y otros cuatro países
que quieren que la energía nuclear no sea elegible para la financiación
verde, citando el principio de la UE "No causar daño significativo".
El principio tiene como objetivo garantizar que todos los proyectos financiados
por el fondo de recuperación pandémica no perjudiquen los
objetivos ambientales del bloque.
En una carta
de opinión conjunta esta semana, los ministros de los 10 países
insistieron en que la energía nuclear es segura y puede servir como
respuesta a la actual crisis energética.
Macron ha dicho
que Francia invertirá mil millones de euros en energía nuclear
para fines de esta década, unos cinco años antes de las mejores
estimaciones anteriores. “El objetivo número uno es tener reactores
nucleares innovadores a pequeña escala en Francia para 2030 junto
con una mejor gestión de residuos”, dijo.
Su plan es
desplegar una serie de los denominados pequeños reactores modulares
para satisfacer la creciente demanda de energía.
Estos producen
entre 10MW y 300MW de electricidad, en comparación con el rango
actual de 900-1.450MW producido por los reactores convencionales, y son
más fáciles de construir. Básicamente, llegan en forma
de kit para el montaje in situ.
Los defensores
del medio ambiente, convencidos de que Macron estaba de su lado, están
decepcionados por el cambio de sentido hacia la energía nuclear.
“Cada euro
invertido en energía nuclear es un euro que no se invierte en otras
energías”, dijo el diputado verde Matthieu Orphelin. "Una carrera
precipitada y permanente hacia la energía nuclear no nos salvará".
La primera
planta de energía nuclear en Francia se inauguró en 1962.
Actualmente hay 56 reactores operativos en 18 plantas en todo el país.
En 1974, justo
después de la primera crisis del petróleo, el gobierno francés
decidió ampliar la capacidad de energía nuclear en un esfuerzo
por mejorar lo que se conoce como seguridad energética bajo el plan
Messmer, que lleva el nombre del primer ministro de la época, Pierre
Messmer. Su objetivo era construir alrededor de 80 plantas nucleares para
1985 y un total de 170 para el 2000. Las primeras tres plantas, en Tricastin,
Gravelines y Dampierre, comenzaron el mismo año y Francia instaló
56 reactores durante los siguientes 15 años.
Francia obtiene
alrededor del 70 por ciento de su electricidad de la energía nuclear.
La política reciente del gobierno, al menos hasta el discurso de
Macron, era reducir la dependencia nuclear del país al 50 por ciento
para 2035.
Aproximadamente
el 17 por ciento de la electricidad de Francia se genera utilizando combustible
nuclear reciclado.
Francia es
el mayor exportador neto de electricidad del mundo: gana más de
3.000 millones de euros al año vendiendo electricidad en el extranjero.
Sus principales clientes son Italia, España, Reino Unido, Alemania,
Suiza y Luxemburgo.
Pero en períodos
de alta demanda, debido a la forma en que está configurada la red
de energía en Francia, se convierte en un importador neto de electricidad
en el mercado spot internacional, a menudo de alto precio.
Los defensores
de la energía nuclear señalan el hecho de que es un medio
relativamente limpio de producción de electricidad. Las emisiones
de dióxido de carbono de la generación de electricidad en
Francia son bajas porque más del 80 por ciento de la electricidad
de Francia proviene de fuentes nucleares o hidroeléctricas. Los
ambientalistas, sin embargo, señalan los riesgos potenciales de
la energía nuclear.
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