En Suecia
existe una regla similar: los alquileres deben coincidir con los de apartamentos
comparables en todo el país. Esto ha provocado una escasez de apartamentos
de alquiler, porque no hay dinero para construirlos. El Instituto Universitario
Europeo ha calculado que los alquileres suecos deberían aumentar
un 70 por ciento para dar a los promotores inmobiliarios un retorno del
5 por ciento de su inversión.
La vivienda
en Berlín es más barata que en Hamburgo o Múnich,
y mucho más barata que en Londres o París. Los alquileres
relativamente bajos de la ciudad y la floreciente escena de las empresas
emergentes atrajeron a expatriados y alemanes de otras regiones. Antes
de la pandemia, la población de Berlín crecía en 40.000
por año. Los alquileres se duplicaron en una década.
Desde la reunificación,
la ciudad ha vendido aproximadamente 200.000 apartamentos a inversores
privados, muchos en el antiguo Berlín Oriental.
Deutsche Bank
calcula que al país en su conjunto le faltan alrededor de un millón
de hogares. Los alquileres han aumentado un 35 por ciento en la última
década. El precio medio de una vivienda nueva se ha duplicado.
La mitad de
la población alemana vive de alquiler. Dos tercios de los 23 millones
de apartamentos de alquiler en Alemania son propiedad de pequeños
propietarios. El tercio restante es propiedad de corporaciones de vivienda
pública y grandes empresas de inversión.
La “gran coalición”
saliente de demócratas cristianos y socialdemócratas maximizó
los alquileres, aumentó los subsidios de alquiler de 145 a 190 euros
al mes para parejas y asignó 5.000 millones de euros al gobierno
estatal para construir 1,5 millones de viviendas.
Según
la prensa alemana, la resistencia proviene de los ayuntamientos, que se
muestran reacios a sacrificar los espacios verdes. Especialmente para viviendas
“asequibles”, que tienen el estigma de ser viviendas para personas pobres.
Esto también
es un desafío en los Países Bajos, que tiene muchas más
viviendas sociales que Alemania. Uno de cada tres hogares holandeses es
propiedad de una asociación de vivienda. En Amsterdam, la proporción
es una de cada dos. Los apartamentos de alquiler privados comprenden menos
del 10 por ciento del mercado. Sin embargo, la demanda de vivienda sigue
superando la oferta en las ciudades holandesas, mientras que los municipios
rurales y los pueblos pequeños tardan en expandirse.
Una ventaja
que tiene Berlín sobre Ámsterdam es el espacio. Tiene cuatro
veces el tamaño de la capital holandesa. Especialmente en el antiguo
Berlín Oriental, hay espacio para construir.
En el Reino
Unido tienen el mismo problema pero han aplicado un enfoque más
realista: si necesitamos un millón de viviendas qué hacemos
que no empezamos a construirlas. Los métodos modernos de construcción
MMC se han visto como una forma de ayudar a resolver la crisis de la vivienda
ya que se estima un potencial de mejora del 30% en la velocidad de construcción
de nuevas viviendas mediante la adopción de la innovación,
con una reducción potencial del 25% en los costes, así como
el potencial de avances en la mejora de la calidad y la eficiencia energética.
Si los métodos
modernos de construcción se utilizasen más ampliamente en
el futuro, debería ser posible construir hasta cuatro veces más
casas con la misma mano de obra en el sitio, lo que significa que el tiempo
de construcción en el sitio podría reducirse a más
de la mitad.
Los métodos
modernos de construcción aportan varios beneficios a la construcción
de viviendas: mayor velocidad y menores costes de mano de obra, junto con
una construcción de mejor calidad y un aumento general de la confiabilidad.
Todo esto
debería hacer de la construcción MMC una opción muy
atractiva tanto para promotores como para gobiernos que buscan incentivar
la creación de nuevo parque de viviendas.
La construcción
MMC también significa que los constructores de viviendas pueden
depender menos de la necesidad de un suministro constante de empleados
calificados, que se han vuelto cada vez más difíciles de
satisfacer en las últimas décadas.
Si los proyectos
se planifican a fondo, los métodos modernos de construcción
tienen el potencial de aliviar la escasez de mano de obra cualificada en
la industria de la construcción, así como mejorar el desempeño
ambiental de los edificios, durante y después de la construcción.
En España,
el problema del alquiler y la vivienda es más complejo y hay que
partir de dos realidades:
1.
Hay infravivienda que se va a subvencionar para rehabilitar, pero que técnicamente
no es rentable. Sería más rentable derruirlas y construir
con mayor altura generando más vivienda para alquiler. En muchos
casos, la rehabilitación es más costosa que la reedificación
ampliando la edificabilidad.
2. Los fondos
inmobiliarios no quieren invertir en vivienda en alquiler por falta de
rentabilidad e inseguridad jurídica. Es mucho más rentable
invertir en oficinas.
3. Hay viviendas
vacías porque la falta de seguridad jurídica del alquiler
es tan grande que los inversores (la mayoría particulares) prefieren
no ocuparlas antes que pasar por un calvario judicial en caso de impago.
4. La limitación
forzosa de rentas traerá mucha litigiosidad y la sufrirán
las Comunidades Autónomas y a los ayuntamientos, que son los que
tendrán que aplicar la ley de vivienda.
5. Una ley
de vivienda que sea aplicable en unas comunidades autónomas y no
en otras afecta a la unidad de mercado, tan demanda desde Europa.
6. No hay
fondos públicos para construir vivienda nueva. Es necesaria la colaboración
público privada. Los inversores exigirán seguridad jurídica
y rentabilidad para invertir. La mayoría de los fondos inmobiliarios
prefieren invertir en oficinas. Es mucho más rentable y da menos
problemas.
La falta de vivienda
no se puede limitar al alquiler, ni resolver con ideologías. Sin
acuerdos no se puede garantizar la seguridad jurídica a futuro.
Europa debe
coordinar una política común de vivienda que sea realista:
(i) rehabilitar lo que merezca la pena y genere mayor oferta de vivienda,
(ii) garantizar mayor rentabilidad a los inversores inmobiliarios que en
su mayoría prefieren oficinas y (iii) dar mayor seguridad en los
procedimientos judiciales.
Si el problema
es poner en el mercado miles de nuevas viviendas a niveles accesibles,
¿a qué estamos esperando? La edificación industrializada
y construcción NMC permitirían tener estas viviendas en meses.
Eso es realismo
y se llama colaboración público- privada, pero que será
más privada que pública porque no hay ni fondos públicos
ni capacidad de gestión pública de vivienda.
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