Sin embargo,
a pesar de estos esfuerzos, las disparidades sociales internas en las ciudades
han seguido acrecentándose en los últimos años e incluso
se han agravado. Las grandes ciudades han funcionado como focos de atracción
de actividad económica, cultural y científica, con grandes
desequilibrios territoriales y porcentajes muy elevados de población
excluida. Han surgido barrios que han visto incrementar los desequilibrios
territoriales por cambios en las estructuras económicas y sociales
y la globalización. Se trata de ámbitos donde coinciden altas
tasas de población desocupada, población envejecida e inmigrantes,
en ocasiones con convivencia conflictiva entre grupos sociales, con problemas
de obsolescencia de la edificación y escaso atractivo de los espacios
públicos. Esta situación contrasta con la de los barrios
centrales que han experimentado una transformación hacia lugares
más atractivos para el turismo, para las actividades económicas
de centralidad, el ocio y la cultura, a lo que han contribuido las operaciones
de remodelación física de considerable inversión pública.
A su vez, el proceso de descentralización de las grandes ciudades
ha derivado en el surgimiento de nuevos polos regionales y metropolitanos
de actividad y de residencia para población joven, que han contribuido
a que las periferias urbanas acentúen el proceso de declive.
La cuestión
fundamental que inspira los nuevos planteamientos para la regeneración
de barrios proviene de la recomendación expresada de manera determinante
en la Carta de Leipzig sobre Ciudades Europeas Sostenibles (2007), en relación
a la necesidad de hacer un mayor uso de políticas integradas de
desarrollo urbano y de prestar especial atención a los barrios menos
favorecidos en el contexto global de la ciudad.
Ello hace referencia
al desarrollo de procesos en que se coordinen los aspectos espaciales,
que conllevan actuaciones para la mejora del medio ambiente físico,
con el desarrollo de políticas educativas, sociales y
de empleo que mejoren la competitividad y crecimiento de los barrios a
la vez que contribuyen a reducir las desigualdades entre los mismos.
En el municipio
de Madrid, las áreas identificadas como vulnerables en el año
2016, donde se deben concentrar los esfuerzos de la rehabilitación,
suponen un total de 109 ámbitos con una superficie de 3.546 Has
que afectan 1.198.326 habitantes, lo que representa el 38 % de la población
municipal. (INFORME ADJUNTO).
Según
José María Ezquiaga, profesor de Urbanismo de la Universidad
Politécnica de Madrid (UPM) y antiguo decano del Colegio de Arquitectos
de Madrid, en declaraciones al periódico el Español, hay
una serie de barrios de Madrid, entre los cuales están Puente de
Vallecas, Tetuán, Valdeacederas, Usera, etc., que se fueron creando
a principios del siglo XX, antes de la Guerra Civil, como urbanizaciones
espontáneas, sin plan urbanístico, alrededor de las principales
carreteras que salían de Madrid. “Puente de Vallecas era la carretera
de Alcalá, Usera la de Andalucía y Tetuán la de Francia,
pero hay muchas más”, señala. Estos barrios se crearon originariamente
con viviendas para la clase obrera emigrante española de la época.
“En muchos casos, el emigrante compraba el suelo, barato porque no tenía
plan ni infraestructuras de ningún tipo, y autoconstruía
su vivienda; eso explica también por qué las calles son tan
estrechas”, apunta José María Ezquiaga.
El segundo
gran movimiento migratorio hacia Madrid llegó durante la posguerra.
“Ante la avalancha de población que abandonaba el medio rural y
venía a trabajar a Madrid y la alta natalidad que había,
de repente se hizo necesario dar vivienda a toda esa nueva población
de clase obrera que no tenía demasiados recursos, y había
que hacerlo de una forma rápida”, describe Antonio Giraldo, urbanista
y miembro del grupo socialista en el Congreso de los Diputados.
Ahí
surgieron los grandes polígonos de vivienda social que terminaron
de unir Madrid con los pueblos cercanos como eran Carabanchel, Vicálvaro,
Vallecas o Fuencarral. El pueblo grande se convirtió en una metrópoli.
“Los primeros, de los años 40 y 50, eran viviendas diminutas (de
35-60 m2) que en muchos casos siguen intactos”, apunta el profesor de la
UPM.
Además,
en los años 50 y 60 se levantaron barrios de chabolas por todo el
cinturón de la capital. “Varias decenas de miles de chabolas puras,
estilo favela, pero fueron realojados gracias a un gran operaciónque
se hizo al comienzo de la democracia”, describe José María
Ezquiaga. En ese momento, se dio la paradoja de que los chabolistas que
pasaron a estar en unas viviendas más dignas que sus antecesores
que habían ocupado Puente de Vallecas, Carabanchel, Usera, etc.
“Estamos
pagando los errores de algo mal hecho hace casi un siglo y que se ha ido
perpetuando”, asegura José María Ezquiaga.
“A largo
plazo tenemos que tomar medidas contra él porque nos pasa como en
el siglo XIX, cuando un barrio enfermaba de cólera lo hacía
la ciudad entera”, advierte José María Ezquiaga. Por tanto,
ahonda, “no es un problema de un grupo social, mayores o inmigrantes, sino
de toda la comunidad porque la salud no tiene barreras”.
De hecho, el
profesor de la UPM y también Premio Nacional de Urbanismo, recuerda
todo este debate estuvo muy de moda en los años 30, con la tuberculosis,
cuando los médicos insistían en que la vivienda (luz, ventilación,
habitabilidad, etc.), es un tema clave para la salud. “Empezó toda
esta revolución que ha dado lugar a las casas contemporáneas
luminosas, con ventilación, etc., pero después de los antibióticos,
parece que dejó de importar tanto”, lamenta.
Una de las
claves de la expansión de la pandemia en los barrios al sur de la
M-30 es el hacinamiento. Para luchar contra él, José María
Ezquiaga propone favorecer vivienda pública en alquiler para “esponjar”
los barrios. “La clave es esponjar, que donde viven dos familias en una
casa, una de ellas tenga la oportunidad de alquilar otra vivienda distinta”,
explica.
REHABILITACIÓN
DE VIVIENDAS DEL PLAN ARRUR
Desde junio
de 2020, los vecinos de Fuencarral, Usera, San Blas, Vicálvaro y
Barajas ya pueden solicitar las ayudas a la rehabilitación de viviendas
del Plan ARRUR
El 18 de junio
entraron en vigor las nuevas ayudas a la rehabilitación para la
ciudad de Madrid del Plan Estatal de Vivienda 2018-2021, conocidas como
ARRUR. Los vecinos que residen en seis barrios de la capital pueden solicitar
desde ese día estas subvenciones en la EMVS, que es la entidad gestora
que las tramita. Se trata de los barrios de Poblado Dirigido de Fuencarral
(Fuencarral-El Pardo), Meseta de Orcasitas (Usera), Poblado Dirigido de
Orcasitas (Usera), Simancas (San Blas-Canillejas), Ambroz (Vicálvaro)
y barrio del Aeropuerto (Barajas), donde residen 23.000 familias.
Otros tres
barrios de Madrid, Colonia de Vallecas (Puente de Vallecas), Gran San Blas
(San Blas-Canillejas) y la Colonia Loyola y Virgen de la Inmaculada (Carabanchel),
también pueden solicitar estas ayudas desde febrero, ya que en estas
zonas entraron antes en vigor. La inversión total del Programa ARRUR
supera los 41 millones de euros. Las áreas beneficiadas albergan
más de 4.900 edificios y casi 42.000 viviendas. La estimación
inicial es que las ayudas lleguen a 1.400 viviendas. Este previsto que
el programa genere más de 2.300 empleos entre directos e indirectos.
Para informar
de estas subvenciones y de otras, el Ayuntamiento de Madrid ha firmado
un protocolo de colaboración con la Federación de Cooperativas
de Viviendas de la Comunidad de Madrid (Concovi), el Colegio Profesional
de Administradores de Fincas de Madrid (CAFMadrid) y la Asociación
Española de Promotores Públicos de Vivienda y Suelo (AVS)
para que estas entidades colaboren en la divulgación de los distintos
planes de ayudas a la rehabilitación que actualmente pueden solicitar
los vecinos de la capital. El protocolo lo ha firmado Mariano Fuentes,
delegado del Área de Desarrollo Urbano; Álvaro González,
concejal delegado de Vivienda; Juan Francisco Casares, presidente de Convovi;
Isabel Bajo, presidenta del CAFMadrid, y Jerónimo Escalera, presidente
de AVS Madrid. Al acto también ha asistido el consejero delegado
de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS), Diego Lozano.
El objetivo
de este protocolo es que Concovi, CAF y AVS, que tienen un contacto fluido
con las asociaciones vecinales, colaboren con el Ayuntamiento, en concreto
con el Área Delegada de Vivienda, en la divulgación y asesoramiento
de los distintos planes de rehabilitación, así como en la
concienciación del papel activo que debe jugar hoy en día
la regeneración del parque residencial de la capital.
"La firma de
este convenio es un paso más en la acción de Gobierno del
Área de Desarrollo Urbano hacia la regeneración y la rehabilitación
del parque residencial madrileño. Para nosotros, y así nos
lo fijamos como objetivo, la rehabilitación es una prioridad urbanística
por los enormes beneficios sociales y económicos que genera para
los vecinos, los barrios y la ciudad en su conjunto. Con este convenio
facilitamos la vida a todos los madrileños que quieran informarse
sobre los distintos planes y ayudas vigentes a través del asesoramiento
de las entidades firmantes. Nuestro Ayuntamiento, como siempre hemos dicho,
debe ser una administración eficiente que acompañe a los
madrileños en lugar de ponerles trabas”, ha señalado el delegado
del Área de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes.
Para el concejal
delegado de Vivienda, Álvaro González, “es importante que
se conozcan de manera ágil y sencilla todos los planes de rehabilitación
que tenemos en marcha. Por eso queremos agradecer a Concovi, CAF y AVS
su colaboración asesorando a los vecinos sobre las condiciones de
todas estas ayudas y la documentación que deben aportar si quieren
solicitarlas. Este es otro buen ejemplo de la colaboración público-privada,
que en este caso redunda en el beneficio de los madrileños”.
COMUNIDAD AUTÓNOMA
DE MADRID
El Consejo
de Gobierno de la Comunidad de Madrid aprobó en 2019 la firma de
18 convenios para la rehabilitación de las áreas de regeneración
y renovación urbana de 18 barrios en 23 municipios de la región,
que permitirán reformas en 4.207 viviendas. Esta operación
requerirá la colaboración de los propios vecinos, los consistorios
afectados, el Ejecutivo regional y el Ministerio de Fomento.
Los acuerdos
suponen la realización de obras de mejora de la calidad y sostenibilidad
del medio urbano por importe de 66.130.826,01 euros, que se financian conjuntamente
por las administraciones públicas intervinientes y por parte de
los vecinos que reformen sus viviendas, correspondiendo al Plan Estatal
de Vivienda 26.911.816,01 euros; a los ayuntamientos, 10.444.510,00 euros,
y a los particulares, 28.774.500,00 euros.
Estos convenios
se enmarcan en el programa de Áreas de Regeneración y Renovación
Urbanas (ARRUR), que permite la financiación conjunta de la rehabilitación
de edificios; viviendas, incluidas las unifamiliares como es el caso de
varios de los barrios de esta operación; la urbanización
y reurbanización de espacios públicos; y, en su caso, de
la edificación en sustitución de edificios o viviendas
demolidos en estas áreas previamente delimitadas.
Los acuerdos
atañen en Madrid capital a los barrios de Ambroz, en el distrito
de Vicálvaro; Colonias de Vallecas, en Puente de Vallecas; Gran
San Blas y Simancas en el distrito de San Blas-Canillejas; Colonia Loyola
y Virgen de la Inmaculada, en el distrito de Carabanchel; Poblado dirigido
de Fuencarral, en Fuencarral-El Pardo; y Poblado dirigido de Orcasitas
y Meseta de Orcasitas, en Usera.
Los otros municipios
con barrios implicados en esta importante operación de renovación
del parque de viviendas, edificios y espacios urbanos son: la zona centro
de Alcobendas; San José de Valderas, en Alcorcón; Las Aves,
en Aranjuez; la estación y la zona del casco, en Coslada; del Arroyo
en Fuenlabrada; barrio de las Margaritas y Fátima en La Alhóndiga,
de Getafe; barrio de la Estación, en Navalcarnero; Covivar, en Rivas-Vaciamadrid;
Torrejón residencial, en Torrejón de Ardoz; y la zona
denominada Valle del Lozoya, que engloba a los municipios de Braojos, Buitrago
del Lozoya, Cabanillas de la Sierra, Canencia, Gascones, Horcajo de la
Sierra-Aoslos, Navalafuente, Piñueca-Gandullas, Robregordo, La Serna
del Monte, Somosierra, Valdemanco y Villavieja del Lozoya.
Las actuaciones
que son objeto de subvención en este proyecto incluyen desde la
mejora de las condiciones estructurales y funcionales de los edificios
a la habitabilidad de las viviendas. Igualmente, se introducirán
medidas dirigidas al ahorro y la eficiencia energética como el aislamiento
en fachadas, carpinterías y cristalerías, calefacción
y refrigeración y agua caliente. Además, se incorporarán
las energías renovables y se llevará a cabo la adaptación
a medidas de evacuación, seguridad y protección contra incendios.
También
forman parte del proyecto las mejoras en eficiencia energética de
las instalaciones comunes de ascensores e iluminación del edificio
o de la parcela, generalizando por ejemplo la iluminación LED, la
instalación de sistemas de control de encendido y la regulación
del nivel de iluminación y aprovechamiento de la luz natural.
Se subvencionarán
mecanismos que favorezcan el ahorro de agua, así como la implantación
de redes de saneamiento separativas en el edificio y de otros sistemas
que favorezcan la reutilización de las aguas grises y pluviales
en el propio edificio o en la parcela, o que reduzcan el volumen de vertido
al sistema público de alcantarillado.
PLANES ESPECIALES
DEL AYUNTAMIENTO DE MADRID
En diciembre
de 2018, el Área de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento
de Madrid ha redactado Planes Especiales para la Mejora de la Calidad Ambiental
de espacios urbanos deteriorados en sesenta barrios de la periferia de
la ciudad, que suman una superficie total de 647 hectáreas.
Los ámbitos
de intervención se encuentran en los distritos de Fuencarral-El
Pardo, Carabanchel, Latina, Usera, Villaverde, Puente de Vallecas, Villa
de Vallecas, Moncloa-Aravaca, San Blas, Ciudad Lineal, Moratalaz, Vicálvaro
y Hortaleza.
Los Planes
Especiales proponen actuaciones sobre los espacios libres de edificación
para mejorar el paisaje urbano, señala en una nota de prensa el
Consistorio madrileño.
Estos barrios
forman parte del mapa de Áreas Preferentes de Impulso a la Regeneración
Urbana (APIRU), elaborado a través del Plan Madrid Recupera.
El objetivo
del Plan Madrid Recupera es contribuir al desarrollo integral de los barrios
mediante la mejora de la movilidad, el espacio público, la rehabilitación
de edificios y la difusión de la centralidad hacia la periferia.
Los suelos
ubicados en 53 de los 60 barrios donde se prevé intervenir, pertenecen
a la Comunidad de Madrid, mientras que en los siete ámbitos restantes
los terrenos son de propiedad privada.
En el caso
de los terrenos privados, el Ayuntamiento iniciará procesos para
formalizar cesiones pendientes de materializar de planeamientos anteriores,
dado que la obtención de los suelos es un paso necesario para la
creación de espacios públicos al servicio de la ciudadanía.
Hasta ahora,
se ha redactado un Plan Especial para los 53 ámbitos propiedad de
la Agencia de Vivienda Social y siete planes para cada barrio seleccionado
con suelos de titularidad privada.
Los Planes
Especiales ya redactados se han centrado en barrios como Gran San Blas,
Orcasitas, Entrevías, Palomeras, Manoteras o La Elipa, además
de otras colonias como Urpisa, Virgen de la Inmaculada, Valdezarza, Puerto
Chico o Quinta del Pilar, en su mayoría levantados en la periferia
urbana, con edificaciones de escasa calidad y con espacios libres muy deficitarios.
Se trata de
un primer paso de una actuación más amplia que se extenderá
a otros ámbitos y que se desarrollaría en fases sucesivas,
para completar la regularización de los suelos y la mejora de barrios
en el conjunto del municipio.
Estas primeras
actuaciones servirán para ensayar acciones jurídicas para
que el Ayuntamiento pueda disponer del suelo con el fin de poder acometer
las obras de renovación y urbanización.
Dentro de este
proceso de atención integral a los barrios más desfavorecidos,
el Área de Desarrollo Urbano Sostenible está trabajando en
un Plan Especial que afecta a barrios en los que la Agencia de Vivienda
Social (antes IVIMA) levantó viviendas públicas en los años
cincuenta y sesenta y que ocupan 582 hectáreas de suelo urbano consolidado,
de los que más de 190 hectáreas son espacios libres de edificación.
En 1993 se
suscribió el primero de los trece convenios de cooperación
entre el entonces IVIMA y la Gerencia Municipal de Urbanismo del Ayuntamiento
de Madrid para la recepción y cesión de obras de urbanización
de polígonos del IVIMA a favor del Ayuntamiento. El último
de los convenios se firmó en 2007.
Las obras de
urbanización se llevaron a cabo con criterios acordes a los tiempos,
hoy muchas veces desfasados, pero no se materializó la cesión
de los espacios libres. A día de hoy presentan un estado de conservación
y urbanización bastante deficitario.
El objetivo
del nuevo Plan Especial para la Mejora de la Calidad Ambiental en estos
ámbitos de propiedad de la Agencia de Vivienda Social es la materialización
de aquellos compromisos de cesión, con la inscripción de
los espacios libres en el Patrimonio Municipal del Suelo.
Esto posibilitará
la mejora de la urbanización y la accesibilidad, la creación
de espacios de relación para los vecinos, y la determinación
clara de las obligaciones de conservación y urbanización
entre las administraciones y los particulares.
Por ejemplo,
la Colonia de Pan Bendito, situada en el distrito de Carabanchel, levantada
en los años 1957 y 1963, y compuesta por grandes manzanas, presenta
una elevada proporción de espacio libre peatonal cuya titularidad
es de la Comunidad de Madrid.
En el año
2000, se hizo una rehabilitación de toda la trama urbana y de los
espacios interbloques.
Sin embargo,
a día de hoy, la escasa conservación de los espacios libres
pone de relieve la necesidad de una nueva intervención para dignificar
la imagen del barrio.
El Ayuntamiento
está trabajando en la obtención de la titularidad de los
suelos para poder acometer las obras necesarias que demandan los vecinos.
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