Los cambios
que se están experimentado en la población en aspectos de
carácter económico y social, potenciados por la situación
de incertidumbre bajo la pandemia del COVID-19, han acelerado esta figura
constructiva En España y pese a estar arraigada la compra de vivienda
para vivir, grandes promotores y fondos de inversión están
aumentando sus posiciones en compras de suelos orientados a este producto.
Con esta técnica,
el promotor reduce el riesgo de comercialización de viviendas destinadas
a la venta antes de finalizar la construcción y por otro lado obtienen
financiación por parte de grandes fondos, una vez obtienen la licencia
urbanística. Se trata de un producto, en términos generales,
de “llave en mano” para el financiador-propietario. Al igual que otros
segmentos como el logístico, cabe cerrar operaciones bajo las fórmulas
de “forward purchase” o “forward funding”.
Producto cuya
demanda se enfoca a hogares o familias que no puedan adquirir una vivienda,
dada la situación económica y laboral actual y futura, como
se ha comentado antes, y a grupos de población como estudiantes
universitarios, jóvenes que se incorporan al mercado laboral, adultos
independientes sin responsabilidades familiares o hijos, profesionales,
etc. temporales o fijos que quieran estar próximos a sus centros
de trabajo.
Son viviendas
con pocos metros, zonas y servicios comunes, con ubicaciones donde la red
de transporte, tiendas, supermercados, etc., esté consolidada y
permitan optimizar la gestión de estas a los fondos propietarios.
De notable transcendencia, la componente jurídica y situación
política de cada Comunidad que permita medir el riesgo sistemático
de cara a la viabilidad de cada proyecto.
En la actualidad
el número de desarrollos y proyectos iniciados o próximos
a iniciar superan en España los 2.000 millones de € con más
de 3.600 unidades aproximadamente.
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