De momento
se han paralizado las inversiones previstas para la modernización
de centros justo antes de la pandemia. Los gestores de centros comerciales
están realizando planes específicos para minimizar los gastos
de los centros comerciales, garantizando en cualquier caso la operativa
de las actividades abiertas. Asimismo, se ha reducido a mínimos
las decisiones sobre proyectos en curso, que se retomarán en función
del momento en que la actividad tienda a normalizarse.
En definitiva,
el sector de centros comerciales está en un período de transición,
cuyos nuevos argumentos centrales serán unas alianzas mucho más
estrechas entre gestores e inquilinos, una ominicanalidad cada vez más
digitalizada y eficiente y un control milimétrico y actualizable
al segundo de la afluencia y tránsito de los clientes finales por
cada centro.
La oferta comercial
en su conjunto requiere de capacidad de anticipación y liderazgo
de los centros comerciales va a verse reforzada y dinamizada sustancialmente
a medio y largo plazo.
No todos los
centros y parques comerciales son comparables. En un mercado amplio y complejo,
los términos localización, tamaño, calidad y gestión
son elementos necesarios para la segmentación de los mercados.
Solo entre
una cuarta y una quinta parte de los centros comerciales españoles
son dominantes. Solo ellos cuentan con el mejor mix de inquilinos, superficies
amplias y se acercan a la plena ocupación. Parece claro que solo
lo mejor tendrá éxito en este mundo ultracompetitivo hacia
el que vamos. La gestión profesional del gestor de centros comerciales
no es una opción. La relación entre inversor, minorista y
cliente final tendrá que ser renovada día a día por
equipos de alta calidad.
La inversión
en centros comerciales ha dejado de ser un concepto estrictamente financiero
para convertirse en un modelo diferencial, eficiente y exclusivo de acercamiento
al comercio y al ocio de la nueva normalidad.
En este escenario,
la profesionalización del gestor de centros comerciales es esencial.
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