Como vector
económico, la rehabilitación energética en edificios
genera de forma inmediata un volumen importante de puestos de trabajo,
al tiempo que reduce las emisiones y mejora la calidad de vida de los ciudadanos.
El plan de rehabilitación anunciado por el Gobierno español
antes de la pandemia contemplaba la movilización de 45.000 millones
de euros en ahorro y eficiencia energética en inmuebles, incluida
una previsión de actuación sobre 1,2 millones de viviendas
y la creación de entre 42.000 y 80.000 empleos cada año hasta
2030.
La renovación
energética de inmuebles es la partida económica más
importante dentro del capítulo de eficiencia energética y,
además de otros beneficios sociales y medioambientales, es la línea
de actividad que más empleo genera por millón de euros invertido
(entre 24 y 27 puestos de trabajo creados o mantenidos al año, según
la CEOE).
Empleos, además,
que no se pueden deslocalizar, tienen un alto componente de innovación
y digitalización, y se crean en una amplia gama de sectores productivos:
no sólo en la construcción y sus industrias auxiliares, sino
también en la fabricación de equipos de calefacción
y climatización, el desarrollo y la producción de herramientas
y mecanismos de medición, la domótica, la instalación,
la producción de materiales de aislamiento, la arquitectura y la
ingeniería, entre otros.
El Green Deal
propone duplicar el actual porcentaje anual de rehabilitación en
toda la Unión Europea. Sin embargo, en España, para alcanzar
las 300.000 viviendas al año rehabilitadas que se propone como velocidad
de crucero a partir de 2030, debe multiplicarse por diez el actual ritmo
de rehabilitación, y además debe profundizarse en la naturaleza
energética de las intervenciones.
España
cuenta con la voluntad política, la tecnología, el tejido
empresarial y los recursos privados para cubrir las necesidades de financiación
que los fondos públicos no pueden cubrir.
Tenemos la
oportunidad de aprovechar el potencial de la rehabilitación energética
para afrontar de forma unida estos dos grandes retos a los que nos enfrentamos:
la recuperación económica tras la pandemia y la lucha contra
la emergencia climática.
Los firmantes
de Rehabilitar el Futuro, aplaudimos la firme decisión con la que
las administraciones públicas están situando la lucha contra
el cambio climático en el centro de sus políticas.
En este sentido,
el proyecto de Ley de Cambio Climático que el Gobierno ha remitido
al Congreso de los diputados es ambicioso en sus objetivos y eleva hasta
un mínimo del 35% (con respecto a la línea de base conforme
a normativa comunitaria) el ahorro en el consumo de energía primaria
que se tiene que producir por la aplicación de medidas de mejora
de la eficiencia.
Una vez establecidos
los objetivos, es necesario el desarrollo de las políticas que permitan
alcanzarlos. Es hora de pasar de la emergencia climática a la emergencia
legislativa; de las palabras y compromisos, a los hechos y los medios.
Por ello, los
firmantes de este manifiesto hacemos un llamamiento a la Administración
para que acelere la creación de un marco de actuación que
permita convertir en realidad el enorme potencial de la eficiencia energética
de edificios y, para ello, proponemos el desarrollo de veinte líneas
de actuación:
1.
El reconocimiento explícito del carácter de interés
general prioritario de la eficiencia energética de las edificaciones
y su plasmación explícita en la Ley de Cambio Climático
y Transición Energética.
2. La creación
del pasaporte energético, que agilice las licencias administrativas
para reformas energéticas, en consonancia con el Plan Estatal de
Vivienda 2018-2021.
3. La introducción
de bonificaciones impositivas y desgravaciones que incentiven la mejora
de la eficiencia energética de las viviendas y, en particular, las
actuaciones dirigidas a la reducción de su demanda energética.
4. La inclusión
de la eficiencia energética dentro de las obligaciones de conservación
de los edificios residenciales en multipropiedad y el carácter preferente
de los créditos derivados de su financiación.
5. La creación
de un marco jurídico que facilite mecanismos financieros de colaboración
público-privada para la rehabilitación de edificios, que
permitan acometer estas actuaciones sin recurso a los presupuestos públicos
ni desembolso inicial para los propietarios, como por ejemplo el Programa
para la Activación de Capital Ecológico (PACE), que funciona
de forma eficiente en otros países.
6. El fomento
y el apoyo de iniciativas que permitan la agregación de proyectos
de eficiencia energética en carteras de proyectos, convirtiendo
así estas carteras en productos más fácilmente financiables
gracias a su mayor volumen y estandarización.
7. La regulación
de la hipoteca verde para la financiación de renovaciones energéticas
en edificios.
8. La implantación
de un sistema de auditoría de eficiencia energética de los
edificios que lleve aparejado obligaciones de conservación y mejora
(ITV energética).
9. La habilitación
del Fondo Nacional de Eficiencia Energética como vehículo
facilitador de reformas energéticas en vivienda social, sectores
vulnerables y en pobreza energética.
10. La puesta
en marcha de mecanismos de mercado para la certificación y monetización
de Certificados de Eficiencia Energética y su utilización
como alternativa de contribución en especie al Fondo Nacional de
Eficiencia Energética.
11. Inclusión
del sector de edificación en el comercio de derechos de emisión
de gases de efecto invernadero, de forma que se ponga en valor la decisiva
contribución a la descarbonización de la eficiencia energética
en edificios, e inscripción de los edificios en el Registro de huella
de carbono de la Oficina Española de Cambio climático que
recoge los esfuerzos en el cálculo, reducción y compensación
de las emisiones de gases de efecto invernadero.
12. La creación
de ventanillas municipales únicas para la agilización, impulso,
comunicación y gestión de programas locales de renovaciones
energéticas.
13. Apostar
por los programas de capacitación y cualificación laboral
urgente y por la certificación de las empresas capacitadas para
llevar a cabo proyectos de eficiencia energética, así como
el fomento del ecoetiquetado en los productos a utilizar en los proyectos
de rehabilitación energética, que indican información
sobre los aspectos ambientales de un producto de construcción a
lo largo de todo su ciclo de vida.
14. La ejemplaridad
de la Administración Pública al hacer efectivo el compromiso
nacional de renovación anual de un 3% de su parque edificatorio
y elevarlo a un 6%.
15. La creación
de un Banco Verde especializado en la canalización eficiente de
fondos públicos y catalización de capital privado en financiación
de proyectos de eficiencia energética y activos de energía
distribuida. En paralelo, o como medida adicional, se propone la creación
de un Fondo de Garantías.
16. El impulso
y apoyo a la proliferación de comunidades energéticas, la
facilitación de venta de servicios de demanda y flexibilidad, la
agrupación de activos de energía distribuida en mini-redes
y una mayor democratización del sistema energético.
17. La promoción
de la implantación de Sistemas de Gestión Energética
como vehículo fundamental para mejorar de manera continua la eficiencia
energética en las empresas y sus edificaciones
18. Potenciación
de la coordinación horizontal interministerial, y entre los distintos
niveles de la administración estatal, autonómica y municipal.
19. Incorporación
de mecanismos financieros equilibradores que faciliten que la transición
ecológica y económica sea también una transición
justa, reduciendo la pobreza energética.
20. La creación
de una Comisión de Seguimiento, integrada por asociaciones del sector,
con el objetivo de apoyar, asesorar y difundir las medidas plasmadas en
la Ley de Cambio Climático y Transición Justa relacionadas
con la edificación.
Todas estas acciones
orientadas a la total descarbonización del parque inmobiliario y
del sector de la edificación hasta 2050 deben desarrollarse en sintonía
con la evolución del marco general de sostenibilidad (incluyendo
aspectos sociales y ambientales que vayan más allá de lo
energético), de economía circular y de liderazgo energético
del ciudadano.
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