La Unión
Española Fotovoltaica (UNEF) ha elaborado un informe sobre el potencial
de aportación del sector fotovoltaico a la recuperación económica
y las medidas necesarias para fortalecerla que próximamente presentará
al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Una vez se
levanten las actuales medidas de contención, para mitigar el efecto
de destrucción de empleo y tejido productivo causado por la COVID-19,
es necesario llevar a cabo planes de recuperación que fomenten una
rápida vuelta a la normalidad de la economía y en los cuales
el proceso de transición ecológica sea la principal palanca
para la recuperación económica.
“La energía
fotovoltaica debe tener un rol protagonista en la recuperación,
no solo por los beneficios que aporta al sector eléctrico, al ser
renovable, competitiva y fácil de implementar, sino por su aportación
al conjunto de la economía y la sociedad” ha señalado Arancha
Martínez, Presidenta de UNEF.
La aportación
del sector fotovoltaico a la economía: tejido industrial, empleo
y ventaja competitiva para la industria
El sector fotovoltaico
tiene una fuerte base industrial y España cuenta con empresas que
disponen de tecnología propia que se sitúan entre las primeras
del mundo en los elementos con mayor valor añadido de la cadena
de valor de un proyecto fotovoltaico, que suman más del 65% de su
coste medio (electrónica de potencia, diseño, especistas,
estructuras, integración en edificios, promotores). Además,
nuestro país cuenta con empresas líderes a nivel mundial
en la fabricación de componentes fotovoltaicos, como los inversores,
y en el segmento de los seguidores solares, de las diez mayores compañías
del mundo cuatro son españolas.
Como consecuencia,
el sector fotovoltaico tiene un considerable impacto en la economía
nacional, con una contribución al PIB de más de 5.000 millones
de euros en 2018, cuando el sector tenía una actividad moderada,
comparado con 2019, que fue el mejor año de la historia del sector
fotovoltaico en nuestro país. En 2019 España fue el mercado
líder en el sector fotovoltaico a nivel europeo y el sexto a nivel
mundial, con un récord de capacidad instalada tanto en el segmento
de grandes plantas, con 4.200 MW de nueva capacidad, como en el de autoconsumo,
con 459 MW.
Respecto a
la huella de empleo, en el momento del comienzo de la emergencia por COVID-19,
el sector fotovoltaico daba empleo a alrededor de 60.000 personas, entre
empleo directo, indirecto e inducido. Tanto el segmento de las plantas
fotovoltaicas en suelo, como el segmento del autoconsumo, suponen además
la creación de riqueza y empleo capilar en las zonas de la España
vaciada, contribuyendo a la reactivación de las economías
locales.
Además,
gracias a su alto grado de competitividad en el precio de la energía
generada, la fotovoltaica puede dotar a la industria española de
una ventaja competitiva en el precio de la electricidad con respecto a
sus competidores de los países de nuestro entorno.
11 medidas
a tomar para fortalecer la aportación a la recuperación económica
de las plantas en suelo y del autoconsumo
En el segmento
de plantas fotovoltaicas en suelo, planteamos las siguientes propuestas:
•
La celebración de subastas renovables, como el elemento clave que
permita cumplir con los objetivos del PNIEC. Un nuevo modelo de subasta
(que marque un precio por la energía generada y pay-as-bid) permitiría
poner en marcha el sector con rapidez contribuyendo a la recuperación
de la actividad general del país.
• La revisión
del marco regulatorio de acceso y conexión estableciendo un procedimiento
claro y transparente para la obtención de los permisos y que elimine
comportamientos especulativos sin suponer una barrera de entrada para pequeños
productores. El nuevo procedimiento debe ser además exigente en
plazos para aclarar la situación real del mercado.
• La reducción
de plazos de tramitación administrativa, elemento clave para acelerar
el desarrollo de los proyectos, Para ello debe aumentarse la digitalización,
que se permita cierta simultaneidad en los trámites con las distintas
administraciones, particularmente entre la solicitud de la autorización
administrativa, el cambio de uso del suelo y la licencia de obra, y los
dictámenes de ciertos organismos, así como que éstas
cuenten con suficiente personal cualificado. Solo con la simultaneidad
se podría obtener una reducción de 6-8 meses en los tiempos.
• La definición
de una política de desarrollo industrial asociada a la energía
fotovoltaica, para capturar las mayores rentas en términos de empleo
y crecimiento económico derivadas de la nueva capacidad a introducir
por el PNIEC. Como parte de esta estrategia, se debería fomentar
la innovación y desarrollo incluyendo la captación de fondos
europeos y la participación en programas comunitarios. Así,
los fondos estructurales pueden emplearse para apoyar proyectos innovadores
y de demostración.
En el segmento
del autoconsumo, donde es muy importante actuar en el corto plazo para
que no se pierda el tejido empresarial y los empleos que estaban empezando
a formarse, proponemos las siguientes medidas:
•
Incentivación fiscal de carácter temporal, amortización
acelerada de las instalaciones para las empresas que instalen autoconsumo
e IVA reducido para los clientes domésticos.
• Reducción
del término fijo de la factura eléctrica para que no sea
una barrera para la transición energética. En este sentido,
entendemos necesaria una reforma de la fiscalidad ambiental que aplique
el principio de quien contamina paga, internalizando en el precio de los
combustibles fósiles su contenido en carbono y fomentando así
la electrificación.
• Simplificación
y digitalización de las tramitaciones administrativas del autoconsumo.
Para las instalaciones sobre cubierta proponemos realizar la tramitación
por la vía de la comunicación previa, como ya se hace en
varias comunidades autónomas, eliminando el requisito de licencia
de obras.
• Lanzamiento
cuanto antes de un programa de apoyo a los proyectos innovadores y de demostración
con fondos estructurales. En el caso de Ceuta y Melilla, debido a sus especiales
características de energía cara y sin posibilidades de llevar
a cabo plantas en suelo, proponemos que estos fondos se puedan utilizar
también para las instalaciones de autoconsumo convencionales, para
que no se queden al margen del proceso de transición ecológica.
• Revisión
del Código Técnico de Edificación, incorporando mayores
obligaciones a la instalación de autoconsumo.
• Reforma
de la Ley de propiedad horizontal para facilitar la realización
de instalaciones de autoconsumo colectivo, aún minoritarias.
• Campaña
de promoción por parte de las administraciones públicas que
traslade a los consumidores el mensaje de que el autoconsumo es una opción
viable para su suministro y que, gracias a la competencia económica
de la fotovoltaica, permite el ahorro en la factura.
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