Una valoración
similar ha expresado Andrés Horcajada, CEO de LOCARE y Consejero
y Fundador de TECTUM, para quien “las ventas de activos build to sell se
van a ralentizar, lo que, lógicamente, para a impulsar el build
to rent”. El CEO de Locare ha recordado que la situación actual
difiere de manera radical de la de 2008, “por lo que es muy posible que
la actividad que mejor resista dentro del inmobiliario sea el build to
rent “.
Por su parte,
Andrés Pan de Soraluce, Director General de la División Inmobiliaria
de ACCIONA ha insistido en esta misma línea de argumentación
al afirmar que “la crisis va a acentuar una tendencia natural más
conservadora, más favorable al alquiler de una vivienda en detrimento
de su compra”. El directivo de Acciona está convencido de que “esta
crisis va a propiciar un cambio en los hábitos en favor del alquiler,
con lo que reduciremos la brecha con respecto a las ratios de nuestros
vecinos europeos”.
No obstante
su optimismo, los tres ponentes no han querido ocultar los principales
obstáculos a los que se enfrenta la eclosión del build to
rent, derivados, sobre todo, de un marco regulatorio que adolece de indefinición,
lo que propicia la sensación de cierta inseguridad jurídica,
“Algunas de las recientes medidas adoptadas por el Gobierno están
pecando de falta de realidad, seguramente porque la premura con la que
hay que tomar decisiones en esta crisis está lastrando su redacción”,
ha puntualizado Andrés Horcajada. En este sentido, la estabilidad
regulatoria es clave, tal y como ha mantenido Andrés Pan de Soraluce.
“Si ahora mismo existiera la voluntad por parte de la Administración
de favorecer la estabilidad regulatoria, en muy poco tiempo este sector,
y no solo el build to rent, volvería a ser un motor de la reactivación
de la economía nacional”.
Un juicio que
también comparte Esther Escapa, para quien el factor de incertidumbre
que en la actualidad está lastrando el desarrollo de formulas de
inversión alternativas como el build to rent, “puede llegar a tener
un impacto muy importante en la confianza de los inversores, con independencia
de cuáles sean los fundamentales del sector”. En palabras de Andrés
Pan de Soraluce, “hay mucha liquidez latente y si nosotros, como país,
somos capaces de ofrecer seguridad jurídica, España tiene
una oportunidad histórica para atraerla, en especial de inversores
institucionales orientados al build to rent”.
Para revertir
este peligro latente es necesario, en opinión de los tres ponentes,
un mayor compromiso por las administraciones competentes, en especial en
todo lo referente a la discriminación entre privados y patrimonialistas,
la agilización en la tramitación de licencia y la generación
de suelo. “Necesitamos que la Administración ponga suelo en favor
de la iniciativa privada con el objetivo de que podamos sacar al mercado
viviendas en alquiler a precios accesibles”. Una urgencia cada vez más
acuciantes ante la rigidez de los márgenes del promotor. “Me cuesta
ver a los promotores reduciendo sus márgenes, que tradicionalmente
son muy ajustados. La desproporción en este sector se encuentre
en el precio del suelo”, ha asegurado Esther Escapa, que ha insistido en
que la prioridad de los operadores especializados en build to rent “es
ofrecer a sus futuros inquilinos productos residenciales que sean capaces
de pagar”.
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