PERMUTAS DE
INCUMPLIMIENTO CREDITICIO (CDS)
Un Credit Default
Swap (CDS) es un instrumento de cobertura contra un incumplimiento crediticio,
por lo que ofrece un seguro ante evento de crédito de la entidad
o gobierno. Se obtiene con motivo de protección de bonos de un emisor
que pueda declararse en suspensión de pagos.
La adquisición
de dicho instrumento conlleva el pago de una prima obteniendo el compromiso
por parte del emisor de la realización del pago del capital asegurado.
Para la adquisición de un CDS no es requisito indispensable la posesión
del bono que sirva como subyacente del contrato.
Las permutas
de incumplimiento crediticio son los derivados de crédito más
importantes e incluyen dos categorías principales, los contratos
de referencia individual y los contratos de índices.
Una permuta
de incumplimiento crediticio de referencia individual es un acuerdo bilateral,
fuera de balance, entre dos contrapartes en las que una de ellas, el vendedor
de protección, ofrece a la otra parte, el comprador, un seguro frente
al riesgo de crédito sobre un importe determinado del valor nominal
de bonos (principal nocional) en relación con la ocurrencia de un
evento de crédito que afecte a un tercero (entidad de referencia,
activo de referencia) durante un plazo especificado, a cambio de pagos
de primas.
FINALIDAD DE
COBERTURA QUE VIENEN A CUMPLIR LOS CDS RESPECTO A LOS BANCOS: DIVERSIFICACIÓN
DE RIESGOS.
Aviso: Esto
es lo que más debe preocupar en la financiación inmobiliaria,
porque en la crisis de 2008 el crédito estaba concentrada en el
sector inmobiliario.
El equipo de
gestión de riesgos puede advertir que el banco tiene demasiado concentrado
su riesgo con un determinado prestatario o industria en particular. A partir
de aquí el Banco puede reducir parte de este riesgo mediante la
compra de un CDS. En la medida en que el prestatario no es parte del contrato
de CDS, la contratación del CDS le permite al Banco alcanzar sus
objetivos sin afectar la diversidad de su cartera de préstamos o
de relaciones con los clientes.
Del mismo modo,
el banco puede vender un CDS – el intercambio de los operadores en su condición
de comprador?vendedor de cobertura son permanentes? con idéntica
finalidad de diversificar su cartera mediante la obtención de la
exposición a un sector en el que el banco vendedor no tiene ninguna
base de clientes.
LOS PRECEDENTES
DE LA CRISIS FINANCIERA DE 2008
Las condiciones
en los mercados financieros internacionales experimentaron un brusco deterioro
en el verano de 2007, provocado por la preocupación acerca de las
exposiciones de instituciones financieras al segmento de mayor riesgo de
los mercados hipotecarios de Estados Unidos ?el denominado mercado hipotecario
de alto riesgo o subprime? y a instrumentos financieros relacionados. A
medida que se ajustaron las valoraciones de los riesgos, las perturbaciones
financieras se propagaron a otros segmentos de los mercados, lo que dio
lugar al abandono de activos con riesgo en todo el mundo ?particularmente
de aquellos vinculados a la financiación estructurada? en favor
de activos «refugio» como la deuda pública. Las cotizaciones
bursátiles cayeron, los niveles de volatilidad aumentaron, los diferenciales
de crédito registraron un acusado incremento y la demanda de liquidez
se intensificó, lo que dio lugar a que los bancos centrales inyectaran
volúmenes sustanciales de liquidez adicional en los mercados. La
incertidumbre era especialmente elevada en los mercados monetarios a corto
plazo, como puso en evidencia el notable aumento de la aversión
al riesgo en el mercado de pagarés de empresa respaldados por activos
(ABCP, en sus siglas en inglés) y las subidas, carentes prácticamente
de precedentes, de los tipos de interés interbancarios del mercado
monetario. Al mismo tiempo, los mercados de transferencia del riesgo de
crédito también resultaron afectados y los costes de cobertura
de este riesgo experimentaron un acusado ascenso, particularmente en sectores
específicos como el sector bancario y el de otras instituciones
financieras. Aunque cada país y cada segmento de mercado resultaron
afectados en distinta medida, el alcance de las turbulencias en los mercados
financieros fue verdaderamente global, y los participantes en el mercado
no diferenciaron entre los distintos prestatarios o lo hicieron de manera
desigual.
Las turbulencias
registradas en los mercados financieros continuaron produciéndose
en 2008, impulsadas, por una parte, por los anuncios de pérdidas
de diversos bancos internacionales importantes que, en general, fueron
superiores o muy superiores a lo previsto y, por otra, por la publicación
de información que señalaba un nuevo deterioro de las condiciones
en los mercados de la vivienda e hipotecarios (subprime) de Estados Unidos.
A este respecto,
la preocupación por la liquidez que dominó la fase inicial
de las perturbaciones fue acompañada de manera creciente por la
inquietud acerca del riesgo de crédito, y lo que comenzó
como una crisis de liquidez pareció convertirse en una crisis de
solvencia de destacadas instituciones financieras. Tras la introducción
de nuevas e importantes medidas en marzo de 2008, especialmente en Estados
Unidos, cierta sensación de normalización retornó
a los mercados financieros internacionales, aunque la incertidumbre se
mantuvo en niveles elevados en diversos segmentos de mercado, en particular
en los mercados de crédito y en los de financiación estructurada.
Existe un amplio
consenso de que la financiación estructurada desempeñó
un destacado papel en el desarrollo y la propagación de las turbulencias
financieras.
Las turbulencias
financieras pusieron de manifiesto algunas deficiencias asociadas al uso
de la financiación estructurada que pueden resumirse de la siguiente
manera.
En muchos casos,
las entidades de crédito infravaloraron sus exposiciones a productos
financieros estructurados y a vehículos «fuera de balance»
específicos que desempeñan un destacado papel en este tipo
de financiación. Por otra parte, determinadas entidades de crédito
realizaron cuantiosas inversiones en productos financieros estructurados,
al mismo tiempo que mantenían grandes exposiciones a instrumentos
de financiación estructurada específicos como obligaciones
garantizada por deuda (CDO, en sus siglas en inglés), pero sin comprender
lo suficiente su impacto sobre los niveles de capital y de liquidez de
sus entidades.
CATEGORÍAS
PRINCIPALES DE INSTRUMENTOS DE FINANCIACIÓN ESTRUCTURADA.
La primera,
dominada por las técnicas de titulización, desempeñó
un destacado papel en el desencadenamiento y la propagación de las
turbulencias, e incluye los bonos de titulización hipotecaria (mortgage-backed
securities, MBS), los pagarés de empresa respaldados por activos
(asset-backed commercial paper, ABCP) y las obligaciones garantizadas por
deuda (collateralized debt obligations, CDO) de flujo de caja.
La segunda
categoría incluye instrumentos derivados que han sido más
importantes en el seguimiento de la crisis, tanto para los participantes
en el mercado como para los responsables políticos. Los principales
instrumentos de esta categoría son las permutas de incumplimiento
crediticio (credit default swaps, CDS), de las que se presentan ejemplos
de contratos de referencia individual y de índices y CDO sintéticos.
LAS AGENCIAS
DE CALIFICACIÓN CREDITICIA
Las agencias
de calificación crediticia desempeñan un papel fundamental
en la financiación estructurada. Estas agencias, como Standard &
Poor’s, Moody’s Investors Service y Fitch’s Investors Service, proporcionan
calificaciones a productos financieros estructurados que son esenciales
en el proceso de valoración externa de estos instrumentos.
Las calificaciones
constituyen un indicador del riesgo de crédito (y de otros riesgos)
de los instrumentos y dependen de la solvencia de las entidades emisoras,
SPV y SPE. En este contexto, una diferenciación habitual es la que
se realiza entre la calificación de grado de inversión (IG,
en sus siglas en inglés) y las calificaciones inferiores a grado
de inversión (HY, en sus siglas en inglés). Según
las calificaciones crediticias utilizadas normalmente en los mercados financieros,
los instrumentos de financiación estructurada con calificación
de grado de inversión son los que han recibido una calificación
BBB o superior por parte de Standard & Poor’s y de Fitch’s Investors
Service, y Baa u otra calificación mejor por Moody’s Investors Service,
mientras que los instrumentos con calificación inferior a grado
de inversión tienen peores calificaciones.
Los instrumentos
más importantes de los derivados de crédito «puros»
son las permutas de incumplimiento crediticio (CDS), junto con otros instrumentos,
además de los CDO sintéticos, como las denominadas letras
vinculadas al incumplimiento crediticio (CLN), permutas de rendimiento
total (TRS) y opciones sobre diferenciales de crédito (CSO) proporcionaron
información de gran utilidad sobre la evolución de las tensiones
en los mercados financieros. Esto es aplicable, en particular, a los derivados
de crédito denominados permutas de incumplimiento crediticio (CDS).
Estos derivados han sido fundamentales para realizar un seguimiento de
las presiones sobre segmentos específicos de mercado a través
de los índices de CDS, que son representativos de un grupo de empresas,
así como de la incertidumbre existente en torno a la solvencia y
la viabilidad de determinados bancos comerciales y de inversión
y de empresas de seguros, a través de los contratos de CDS de referencia
individual sobre ellos.
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