La compañía
tiene 10.000 habitaciones en Canarias, con activos por valor de 2.000 millones
de euros, y ha reconocido que la quiebra de Thomas Cook y de otras aerolíneas
chárter como Monarch Airlines o Germania ha tenido un gran impacto
en las islas en los ingresos hoteleros porque en esencia "Canarias es un
destino chárter".
Sin embargo,
insiste en la confianza de HIP en las islas porque es un "mercado híperagradecido",
pues "una mínima inversión" se rentabiliza luego con mejores
tarifas por lo que presenta "un potencial tremendo" de cara al futuro.
Un deseo que,
sin embargo, choca con los elevados precios y la escasa oferta, lo que
ha llevado a la firma a buscar activos en otros países como Grecia
o Portugal. “Buscamos hoteles en los que pagar entre 100.000 y 120.000
euros por habitación. En Canarias o Baleares está difícil
y eso nos ha llevado a buscar en otros mercados”
Hernández-Puértolas
detalló que la estrategia del fondo pasa por invertir unos 2.000
millones de euros en los próximos dos años. "Ojalá
que los invirtamos todo en España", dice. No obstante, admite que
por las dificultades del mercado español han abierto su objetivo
de inversiones a otros países europeos, como Grecia, Portugal e
Italia.
Si bien el
vacacional es el principal objetivo de HIP –el 95% de sus hoteles son de
sol y playa–, no descarta invertir en hoteles urbanos en Madrid o en otras
ciudades, salvo Barcelona donde considera que tiene "precios desorbitados".
Lo cierto
es que se mostró muy crítico con las autoridades turísticas
de Barcelona, que se están convirtiendo en "recaudadores turísticos",
y aconsejó que "se deben poner las pilas" y cuidar más la
promoción de la ciudad.
A modo de conclusión,
vaticinó que el sector hotelero seguirá creciendo en los
próximos años, "pero no a doble dígito" como sucedía
hace solo unos años.
“Tenemos
4.000 millones en activos y queremos invertir otros 2.000 millones en dos
años en activos en el sur de Europa”, recalcó Alejandro Hernández-Puértolas,
consejero delegado de la gestora HI Partners, el vehículo inversor
del fondo estadounidense Blackstone en esa región europea, donde
se concentra el 15% del turismo mundial.
Hernández-Puértolas
remarcó que prevén invertir una parte importante de esos
fondos en España, ya que el 90% de su cartera (en total cuentan
con 18.000 habitaciones) está en Canarias y Baleares. A esa inversión
en obra nueva se unirá un desembolso de 520 millones en reformar
y renovar hoteles en los próximos tres años. “Hemos gastado
200 millones en los últimos ejercicios en reposicionamiento y estamos
obteniendo rentabilidades muy importantes”, recalcó en alusión
al hotel Catalina, en San Bartolomé de Tirajana, en el que han alcanzado
retornos del 21% tras la última reforma.
El socio director
de Hoteles de Azora, Javier Arús, explicó la estrategia de
inversión de su nuevo fondo, que está en negociaciones para
sumar otros 500 millones de euros, y que su objetivo es "invertir en turismo
en Europa".
Están
interesados tanto en el segmento vacacional como en el urbano, pero admite
que en ciudades como Barcelona o Madrid el factor determinante para invertir
es el precio, dada el alto coste de los establecimientos.
Por ello, han
apostado más por transformar edificios de oficinas en hostels, como
el que están llevando a cabo junto a la estación madrileña
de Atocha, que en adquirir hoteles, dentro de su estrategia de "crear producto
desde cero".
Arús
cree que el mercado hotelero español tiene suficiente potencial
para consolidar volúmenes "razonables" de inversión anuales
de entre los 2.000 y los 3.000 millones de euros, en línea con los
2.518 millones de euros registrados en 2019, según el último
informe de Colliers International, aunque lejos del récord de 2018
de 4.800 millones de euros.
Pero al igual
que HIP, también desde Azora han ampliado el foco inversor más
allá de España, a otros países europeos. Abrirán
también hostels en Lisboa y Bruselas.
El CEO de Hesperia,
Jordi Ferrer expuso con más claridad la gran competencia que hay
actualmente en el mercado hotelero español por la confluencia de
distintos factores.
Por un lado,
señaló que en la actualidad coinciden inversores de fondos
de real state, private equity, family offices, cadenas hoteleras, inversores
institucionales y a ello se le suman "tipo de interés bajísimos
o negativos" y "todo esto hace que haya mucha presión inversora"
y que sea "muy complicado cerrar operaciones".
Puso como un
ejemplo de ello lo que les ha sucedido con la adquisición de La
Manga, el resort más grande del sur de Europa con 550 hectáreas
y diez campos de fútbol. Cerrar la operación les llevó
nueve meses, desde octubre de 2018 hasta casi agosto de 2019.
Recordó
que en el último año han analizado cerca de 20 operaciones
hoteleras, unas ocho han sido vinculantes, pero solo han cerrado una. "Esto
no quiere decir que no haya oportunidades, pero hay que trabajarlas mucho",
subrayó.
Con respecto
a los objetivos de inversión de Hesperia, Jordi Ferrer explica que
siguen interesados en ser propietarios de sus hoteles y con el foco tanto
en el urbano, que representa el 60% de sus establecimientos, como en el
vacacional, un segmento que apunta que es más rentable que el urbano,
pero en cambio es más cíclico, sometido a los vaivenes de
la economía.
Coincide que
hay muchas oportunidades en Baleares y Canarias para renovar activos para
darles una mayor calidad, pero también cita destinos alternativos
como Cádiz y Murcia.
Por último,
Ferrer descartó la incorporación al accionariado de Hesperia
de nuevos inversores –"y tenemos ofertas", dice–, pero se muestra abierto
a participar en nuevas fórmulas con socios para explotar también
su conocimiento como gestores hoteleros a través de arrendamientos
de establecimientos.
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