El origen
del problema residía en que las concesiones portuarias andaluzas
se asientan sobre parcelas de suelo de competencia estatal y se regulan
a través de normativas de costas y puertos que han llevado a diversas
interpretaciones de cara a su aplicación. Tras varios informes jurídicos
y reiteradas consultas a la Administración central –la última
de enero de 2019–, el Estado no se ha pronunciado salvo para indicar que
cada comunidad debe interpretar la legislación vigente dentro de
sus competencias. Esa situación se había resuelto en otras
comunidades mediante regulación propia, no así en Andalucía,
que desde ahora sí cuenta con el soporte legal para dar tranquilidad.
La proposición
de ley no sólo tiene por objeto regular de forma concreta, ordenada
y desarrollada el problema existente, sino que adopta medidas de carácter
social para la regeneración y consolidación del empleo, promover
el acceso de todos los ciudadanos a los puertos y al ejercicio de los deportes
náuticos.
La aprobación
en el Parlamento de Andalucía ha sido muy bien acogida por el sector,
que ha comprobado cómo "se han atendido sus reivindicaciones" en
el nuevo marco normativo. "La modificación dota de la necesaria
seguridad jurídica a los concesionarios, que permitirá realizar
inversiones que mejoren la competitividad de los puertos andaluces e impulsar
el sistema portuario andaluz", ha remarcado Manuel Jiménez, presidente
de la Asociación de Puertos Deportivos y Turísticos de Andalucía
Marinas de Andalucía, que agrupa a 15 puertos deportivos y clubes
náuticos de la comunidad.
Desde Puerto
Banús han agradecido el esfuerzo realizado para resolver la controversia
que sufrían con las concesiones. "La nueva ley de puertos viene
a proporcionar una solución de consenso eliminando la inseguridad
jurídica de una manera ponderada y razonable", ha recalcado su consejero
delegado, Juan Muñiz Insausti. Por último, el presidente
de Almerimar, Francisco Escorial, ha valorado el que se pueda disponer
de una ley que "posibilite nuevas inversiones y genere nuevos puestos de
trabajo".
DE 2042 A 2067
La nueva norma
aclara que actualmente existen 13 concesiones relevantes que tienen un
plazo máximo de 50 años desde la entrada en vigor de la Ley
de Puertos del Estado del año 1992, fijando como límite máximo
el año 2042. Se fija también la posibilidad de ampliaciones
extraordinarias de 75 años, es decir, hasta 2067.
El texto recuerda
que con anterioridad a la entrada en vigor de la Ley de Costas de 1988
ya habían sido otorgadas «grandes concesiones de carácter
demanial para construcción y explotación de instalaciones
portuarias, estableciendo en sus títulos plazos que iban de los
50 a los 99 años». Al colisionar los derechos reflejados en
los títulos originales y lo establecido en la Ley de Costas, la
nueva norma pretende dar un nuevo marco.
Se pretende
aprovechar la presente reforma para modificar el plazo en las concesiones
demaniales, elemento esencial para la gestión del sistema portuario
andaluz. Ello, dado que las nuevas necesidades de inversión o la
competitividad de las ya otorgadas, requieren periodos de amortización
más largos, que sobrepasan los plazos concesionales de 30 años
máximos que la legislación vigente autoriza.
Además,
según se indica en la proposición de ley, se ha producido
una homogeneización de los máximos plazos concesionales portuarios
en las autoridades portuarias estatales de toda España con los existentes
en los puertos europeos con el objeto de que el sector portuario nacional
esté en igualdad de condiciones competitivas en el escenario internacional
y no sea una debilidad para la captación de inversión privada.
Ello lleva,
dentro de las evidentes diferencias de escala, a estimar oportuno repetir
esa homogeneización en los puertos autonómicos con respecto
a los del estado y de otra comunidades autónomas.
Así,
las medidas que, en este sentido, se adoptan en la proposición de
Ley van dirigidas, básicamente al incremento del plazo de las concesiones
demaniales portuarias, elevándolo al límite máximo
de 30 o 50 años, y permitir prórrogas extraordinarias a las
concesiones de puertos deportivos y de instalaciones en zonas portuarias
de uso náutico-deportivo destinadas a la prestación del servicio
a las embarcaciones deportivas y de ocio, que sean de interés estratégico
o relevante para el sistema portuario andaluz o para el desarrollo económico
del mismo, cuando la concesionaria se comprometa a llevar a cabo determinadas
actuaciones de inversión o contribución económica
relevante, y concurran razones de interés público de orden
económico, social, turístico o estratégico que así
lo aconsejen.
DERECHO TRANSITORIO
PARA CONCESIONES DE PUERTOS DEPORTIVOS.
Ello lleva
aparejada la necesidad de introducir la correspondiente norma de derecho
transitorio, que posibilite a las concesiones otorgadas con anterioridad
a la presente modificación acceder a dichas prórrogas, incluso
a aquellas concesiones no vigentes que hubieran tenido derecho a dicha
prórroga si la Comunidad Autónoma de Andalucía hubiese
legislado cuando debía hacerlo y no de forma tardía, siempre
y cuando las mismas cumplan una serie de requisitos.
EL PROBLEMA
DE LA INDEFINICIÓN EN TORNO A LA DURACIÓN DE LAS CONCESIONES
RESPECTO A LA LEY DE COSTAS ESTATAL.
La Junta de
Andalucía informó que está trabajando en la normalización
de 13 instalaciones portuarias de la comunidad -diez puertos deportivos
y tres clubes náuticos– que se encuentran “en una situación
de incertidumbre por la indefinición en torno a la duración
de las concesiones”.
Estas instalaciones
náutico-deportivas son Aguadulce, Almerimar y Club Náutico
San José, en Almería; Sotogrande, en San Roque, Cádiz;
Marina del Mediterráneo Este, en Granada; y Benalmádena,
Estepona, Marbella, Marina Mediterráneo Duquesa, Fuengirola (dos),
Puerto Banús y Club El Candado, en Málaga. En total generan
más de 500 empleos directos y gestionan más de 7.000 atraques,
cientos de locales y en algunos casos hasta apartamentos.
El Consejo
de Gobierno ha tenido conocimiento de un informe de la Agencia Pública
de Puertos de Andalucía (APPA), adscrita a la Consejería
de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio, en el
que se aborda el problema de estas concesiones. “El origen reside –se añade-
en que las instalaciones portuarias se asientan sobre porciones de suelo
de competencia estatal y se regulan a través de normativas de costas
y puertos que han llevado a diversas interpretaciones de cara a su aplicación”.
El informe
hace un repaso de esta normativa y recuerda que la Ley de Costas de 1988
establecía un límite máximo de 30 años para
las concesiones, el cual se amplió en 2013 a 75 años. Un
año después el reglamento de la norma estableció que
las licencias otorgadas antes de la Ley de Costas tenían un plazo
máximo de 30 años desde su entrada en vigor, aunque permitiendo
prórrogas conforme a la normativa de Puertos del Estado.
Tras varios
informes jurídicos y reiteradas consultas a la Administración
central -la última de enero de 2019–, “el Estado no se ha pronunciado
salvo para indicar que cada comunidad debe interpretar la legislación
vigente dentro de sus competencias. Esa situación se ha resuelto
en otras comunidades mediante una regulación normativa propia, no
así en Andalucía”.
También
destaca que la Administración andaluza no había abordado
hasta el momento esta problemática y solo en verano de 2018, en
el Parlamento, fue presentada una proposición de ley basada en respetar
el plazo previsto en cada concesión, destaca la Junta.
La tramitación
de esta proposición de ley caducó al finalizar la legislatura
y, además, reunía una serie de problemas de fondo como la
oposición expresa del Estado, un informe jurídico de la Junta
en contra por no aplicar ni la Ley de Costas ni la de Puertos; o la falta
de encaje legal del modelo planteado –similar al adoptado por Canarias–
y que tras la interpretación realizada por Estado vía Comisión
Bilateral dejaba fuera a concesiones como la de Puerto Banús.
Esta situación,
añade el informe elevado al Consejo de Gobierno, “está afectando
gravemente al sector, porque les impide realizar previsiones a corto y
largo plazo”, ya que la finalización de estas concesiones “podría
acarrear la pérdida de cientos de empleos directos e indirectos
y la paralización económica por la pérdida de actividad”.
Por último,
la Administración autonómica precisa: “A ello se suma que
la APPA debería asumir la gestión directa mientras se tramitan
las nuevas concesiones, para lo que no dispone de los recursos humanos
y materiales suficientes, sumado todo ello a los perjuicios económicos
ante posibles reclamaciones de las concesionarias y de terceros por el
uso de atraques o inmuebles con contratos en vigor”.
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