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NOTICIAS
DE LA CONSTRUCCIÓN, URBANISMO E INMOBILIARIO. |
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19 de octubre de 2020
NOTICIA
ADAPTADA AL SISTEMA EDUCATIVO inmoley.com DE FORMACIÓN CONTINUA
PARA PROFESIONALES INMOBILIARIOS. © |
¿CÓMO AFECTA A
LA FINANCIACIÓN DE LAS INFRAESTRUCTURAS QUE ESPAÑA RECHACE
70.000 MILLONES EN CRÉDITOS EUROPEOS? |
¿Qué
guía práctica soluciona este tipo de casos?
Convertir conocimiento
en valor añadido > Herramienta práctica >Guías
prácticas |
¿Qué
debe saber un profesional en un caso práctico como el de la noticia? |
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De la ayuda
europea de 140.000 millones para España, sólo se pedirán
los 72.700 de subvenciones, lo que pone en riesgo que España nunca
alcance la cifra de 140.000 millones imprescindible para el plan de infraestructuras
post covid.
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De este modo,
España se seguirá financiando vía deuda con el Banco
Central Europeo (a tipos similares) pero evita la condicionalidad a las
inversiones.
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El gobierno
español renuncia a casi la mitad de esa cifra por ahora. Exige ayudas
directas no reembolsables (subvenciones), pero no pedirá (al menos
en el corto plazo) los casi 70.000 millones en préstamos.
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La vicepresidenta
económica, Nadia Calviño, es partidaria de dejar una parte
de la ayuda de la Unión Europea, la de los préstamos, para
el siguiente Gobierno, si el actual agota la legislatura y coger ya sólo
el apartado de las subvenciones. Calviño ha afirmado que "el Gobierno
no descarta en absoluto los créditos, pero tenemos un plan para
seis años". Ha explicado que el período previsto para solicitar
las transferencias el período es hasta 2023, mientras para los créditos
hay un período previsto hasta 2026.
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En definitiva,
el programa europeo queda desvirtuado porque se pierde la condicionalidad
europea al tipo de inversión, por lo que muchos países se
endeudarán para amortizar gasto corriente en lugar de invertir en
infraestructuras y modernizar sus economías.
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España
ya quiere, para 2021-2023, las transferencias que no hay que devolver (subvenciones),
pero se niega ahora a solicitar los préstamos (que en definitiva
conllevan más deuda) asociados a los fondos europeos. España
no es el único país que ha adoptado estas medidas, Portugal
e Italia están en la misma situación, e incluso Francia puede
llegar a plantearse ceder una parte de los fondos que le corresponden vía
créditos. Hay razones de peso para ello. Una: las compras multimillonarias
del Banco Central Europeo (BCE) han reducido al mínimo las tasas
de interés que pagan todos los países sobre su deuda. Los
bonos del Tesoro de España e Italia han emitido esta semana bonos
de interés negativo - ¡ojo, cobrando por endeudarse! - por
lo que reduce los incentivos para pedir préstamos a la UE, por baratos
que sean. Dos: la condicionalidad asociada a los fondos sigue siendo un
disuasivo, así como la certeza de que Bruselas volverá a
pedir ajustes a los países que tienen su deuda por las nubes (y
el endeudamiento público en todo el Sur) está por encima
de 100 % del PIB). Y tres: ni siquiera está claro que España
tenga la capacidad administrativa para gastar todo ese dinero. El primer
ministro portugués, António Costa, ha dicho públicamente
que renuncia a los préstamos que le corresponden: exige ayudas directas
pero sólo pedirá los préstamos si es estrictamente
necesario. |
El Ministerio
de Economía aclara que por el momento solo hay planes para el 2021-2023,
y para eso bastan las transferencias. el resto está por determinar.
España empieza con ayudas no reembolsables para los próximos
tres años y añade que habrá tiempo para reclamar los
préstamos (hasta 67.300 millones) si es necesario.
Las fuentes
consultadas evitan dar explicaciones sobre los motivos de esa decisión.
Pero parece claro que el programa europeo, denominado Unión Europea
de la Próxima Generación, puede ser víctima de su
propio éxito ya que los tipos de interés en la periferia
han caído debido a la acción combinada del programa de adquisiciones
del BCE. Claramente, hay menos incentivos para pedir la parte vía
préstamos si los países emiten deuda a tipos de interés
muy bajos o incluso negativos (cobrar por endeudarse).
En definitiva,
el programa europeo queda desvirtuado porque se pierde la condicionalidad
europea al tipo de inversión, por lo que muchos países se
endeudarán para amortizar gasto corriente en lugar de invertir en
infraestructuras y modernizar sus economías.
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