El informe
de Economía y Desarrollo 2017 (RED 2017) constituye un esfuerzo
por entender los retos más críticos que las ciudades de Iberoamérica
enfrentan actualmente para su desarrollo. Para ello se resalta el concepto
de accesibilidad como medida fundamental de bienestar en las ciudades.
La accesibilidad se refiere a la capacidad que tienen los hogares y las
firmas de alcanzar las oportunidades que ofrece la ciudad. Por el lado
de las familias, las oportunidades de obtener empleos bien remunerados,
de tener una vivienda de calidad y de disfrutar de los servicios y de las
amenidades urbanas.
Los determinantes
esenciales de la accesibilidad urbana son la regulación del uso
del suelo (que determina dónde se localizan las firmas y las familias
en la ciudad), la oferta e infraestructura de transporte (que determina
cómo se mueven las personas y las mercancías al interior
de la ciudad) y el mercado de vivienda (que determina la calidad de las
viviendas, así como su disponibilidad y su precio).
Estos tres
elementos definen la estructura del RED 2017: el Capítulo 2 estudia
los aspectos relacionados con la densidad urbana y la regulación
del uso del suelo, el Capítulo 3 analiza la movilidad en las ciudades
y el Capítulo 4 estudia los mercados de vivienda. El reporte concluye
con un Capítulo adicional que subraya la importancia de contar con
esquemas de gobernanza metropolitana para la coordinación de políticas
de desarrollo urbano cuyos retos, con frecuencia, superan los límites
administrativos de las ciudades.
Si bien los
determinantes de la accesibilidad se estudian por separado en cada Capítulo,
no son independientes entre sí. La regulación del uso del
suelo, por ejemplo, fomenta el desarrollo de uno o varios centros de actividad
económica, y por lo tanto afecta el tamaño y el nivel de
densidad de la ciudad; la infraestructura de movilidad está correlacionada
con la ubicación y el tamaño de las viviendas; y las rigideces
del mercado inmobiliario influyen en la formación de asentamientos
informales y, en consecuencia, en la estructura urbana. La interdependencia
de estos aspectos se discute a fondo en el Capítulo 2.
El foco puesto
en el concepto de accesibilidad aparta la atención del debate sobre
si las ciudades deben ser compactas o pueden seguir creciendo en extensión.
La accesibilidad urbana, de hecho, no está atada necesariamente
a ninguna estructura urbana específica, y puede lograrse con distintas
formas de ciudad, que reflejen diversos niveles de concentración
de la población y del empleo.
Además
de esta introducción, este Capítulo incluye otros cuatro
apartados.
En “Patrones
de urbanización de largo plazo” se establecen los hechos estilizados
que sugieren que, a pesar de que se ha urbanizado aceleradamente en las
últimas décadas, Iberoamérica no ha experimentado
un desarrollo congruente con su trayectoria de urbanización. El
“Marco conceptual” destaca la importancia de la accesibilidad urbana como
medida de bienestar.
El cuarto apartado
ofrece un diagnóstico agregado, en el que se comparan algunas características
de las ciudades de Iberoamérica con las de urbes de otras regiones
del mundo.
EJEMPLO
Un estudio
de la OCDE en 13 países de la región identifica una serie
de brechas en la gobernanza de las políticas de agua y destaca la
importancia de siete dimensiones: i) brechas administrativas que surgen
de las diferencias entre la división administrativa de la ciudad
y el área hidrológica; ii) brechas de políticas que
reflejan la fragmentación sectorial entre distintos ministerios
y agencias; iii) brechas de objetivos entre instituciones con propósitos
diferentes que generan trabas para una colaboración más efectiva;
iv) brechas de capacidad que se dan sobre todo a nivel local; v) brechas
de financiación; vi) brechas de información entre las partes
involucradas; y vii) brechas de transparencia. Las primeras tres se relacionan
primordialmente con aspectos de coordinación, las dos siguientes
se vinculan con restricciones de capacidades y de financiación,
y las últimas dos reflejan más bien aspectos asociados a
la transparencia y la legitimidad de los arreglos institucionales.
Aunque en la
mayoría de las ciudades latinoamericanas coexisten varias de estas
brechas, en general los principales problemas se concentran en las brechas
de coordinación, tales como la existencia de solapamientos en las
responsabilidades y funciones entre diferentes organismos, y la falta de
responsabilidades claras que reducen la transparencia y el involucramiento
de todos los actores relevantes en los procesos de consulta y definición
de políticas. Por ejemplo, mientras que asegurar la participación
de los actores relevantes es considerado un problema muy importante en
7 de los 13 países latinoamericanos estudiados, solo uno de los
16 países de la OCDE para los que se dispone de la misma información
reporta el mismo grado de problemática.
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