En edificación
no residencial tampoco se percibe que el empeoramiento de las expectativas
económicas esté disuadiendo a inversores y promotores. Hay
unanimidad en que 2019 volverá a ser otro año de intensa
actividad inmobiliaria, pese a que ya hace tiempo que se agotaron las grandes
ofertas que incitaron a los inversores más madrugadores a darle
una segunda oportunidad a España.
El stock no
residencial de gama alta escasea, lo cual explica la aceleración
en la puesta en marcha de nuevos proyectos que se ha venido produciendo
en los dos últimos años y que además afecta, con mayor
o menor intensidad, a todos los nichos de este mercado. Esta cartera de
proyectos, que de momento aún continúa aumentando, pone las
bases para no temer por el futuro a corto plazo de la producción,
para la que se prevén avances del 6% en 2019, y entorno al 4% en
2020 y 2021.
La ingeniería
civil continúa siendo el eslabón débil del sector
en España. Con respecto a la anterior previsión, han cambiado
varias piezas clave del escenario: se han adelantado un año las
elecciones generales, se han prorrogado los presupuestos 2018, y ya no
es realista contar con el programa público-privado de carreteras
(PIC). En los municipios aún se ha estado ejecutando obra a buen
ritmo durante el primer cuatrimestre, pero tras las elecciones locales
habrá una caída que coincidirá en el tiempo con la
formación del nuevo gobierno central y el habitual paréntesis
en la toma de decisiones.
En estas circunstancias,
planteamos un 2019 básicamente plano (0,5%). La previsión
para los años siguientes (2,5% para 2020 y 5,5% para 2021) puede
interpretarse como la vuelta a la normalidad tras recuperar el ritmo administrativo
y legislativo, pero en términos de valor de producción apenas
supone retornar a los niveles del 2015. Este horizonte tan modesto es producto
del previsible impacto en el déficit de las políticas sociales
anunciadas por el nuevo gobierno que, tal como ha sucedido en el pasado
reciente, se intentará reequilibrar a costa de seguir conteniendo
la inversión en infraestructuras.
El jefe del
departamento de mercados del ITeC, Josep Ramon Fontana, y el director general
del ITeC, Francisco Diéguez, han asegurado que el sector de la construcción
en España puede tener "dos o tres años de recorrido extra"
porque también la recuperación llegó más tarde
que al conjunto de Europa.
"Si en la economía
española aún conviven los síntomas de continuidad
con los de enfriamiento, en el sector de la construcción los que
predominan son los de continuidad", sostiene el ITeC, que ha destacado
que la construcción sigue generando empleo, que las carteras de
pedidos siguen aumentando y que los índices de confianza permanecen
estables.
"Queda margen
para continuar creciendo mientras no se detenga del todo el avance de la
economía", consideran los responsables del ITeC, que han recordado
que el sector de la construcción está compuesto por cuatro
subsectores: la edificación residencial, la no residencial, la rehabilitación
y la ingeniería civil.
En el mercado
de la construcción residencial, el informe ve allanado el terreno
para que la demanda continúe tan sólida como en 2018, aunque
concentrada básicamente en las grandes ciudades, por lo que una
parte significativa de España continúa ajena a este rebrote
de la actividad y aún hay margen de alargar el ciclo de crecimiento
dos años más.
En cuanto a
la edificación no residencial, que comprende oficinas y almacenes,
por ejemplo, hay "unanimidad" en considerar que 2019 volverá a ser
un año de intensa actividad.
El subsector
de la rehabilitación continuará estable este año,
si bien la predisposición de los hogares hacia esta actividad "aún
no es óptima", apunta el informe.
Respecto a
la ingeniería civil, continúa siendo el componente más
débil del sector en España, y aunque la celebración
de las elecciones municipales dinamizó la obra pública en
el arranque de este año, el informe augura una caída en la
segunda mitad del ejercicio, por lo que el ITeC augura un año "plano"
(+ 0,5 %).
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