Para lograr
una situación sostenible, hay que lograr una oferta que sea atractiva
para el cliente mediante la puesta en el mercado de un mayor número
de viviendas, ofrecer liquidez, mejorar el producto, dar seguridad jurídica
y estabilidad al inquilino y al propietario, etc.
Para esto hay
que incentivar al capital privado para que a través de las diferentes
opciones –SOCIMI, empresas patrimonialistas etc.– incrementen la oferta
en años venideros y el mercado de alquiler vaya ganando espacio
al de compraventa.
Para ello se
requiere de recursos económicos, apoyo financiero, una mejora fiscal
y sobre todo poder acceder a suelos en buenas ubicaciones con un coste
razonable, en los que se puedan producir viviendas a precios competitivos
que permitan unas rentas de alquiler que se alineen con los ingresos de
una demanda que se concentra especialmente en los jóvenes.
El alquiler
de vivienda a gran escala necesita la colaboración público-privada
porque es un producto que requiere de suelos muy bien ubicados con buenas
comunicaciones y actualmente no hay terrenos disponibles con esas condiciones.
Si la Administración
Pública no pone suelo en el mercado, cambia la fiscalidad y las
entidades financieras empiezan a apoyar este producto, va a ser imposible
que el promotor privado ponga suelo para 25.000 viviendas en alquiler cada
año, que es la cifra estimada para satisfacer la demanda.
En estos momentos
no hay suelo ni en Madrid, ni en Barcelona ni en ninguna otra ciudad de
España para hacer 25.000 viviendas en alquiler.
Por esta razón
es necesaria la colaboración público-privada si se quiere
sacar en España este negocio adelante.
Mediante la
fórmula del llave en mano para un inversor el promotor tiene más
fácil el acceso a la financiación, ya que cuenta con la el
capital del propio fondo que entra en la operación desde el principio
y la financia o también puede tener la financiación a través
de una entidad bancaria que ve menos riesgo en la operación. Por
su parte, los bancos con estos proyectos pierden el beneficio de que cada
particular subrogue una hipoteca, pero tiene la ventaja de la venta del
cien por cien del producto y por eso las entidades empiezan a estudiar
estas operaciones.
Para el promotor
que solo hace vivienda en alquiler y la explota, obtener financiación
es muy complicado.
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