El vicepresidente
de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB),
Eduardo López, y el presidente de la Comisión de Construcción
y Empresas Auxiliares de CAEB, Óscar Carreras, acompañados
por los presidentes y representantes de las diferentes organizaciones empresariales
de Balears que representan al Sector, han presentado la ‘Nueva propuesta
para el desarrollo de una política integrada de urbanismo, vivienda
e infraestructuras para Balears’.
El documento
es fruto del consenso del Sector de la Construcción balear en su
conjunto, representando a más de 16.500 empresas en Balears y a
más del 10% de la fuerza laboral de las islas. El vicepresidente
de CAEB ha destacado que “con este documento invitamos a los agentes sociales
y a toda la sociedad balear a participar en el ‘Libro Blanco del Urbanismo
y la Edificación en Balears’, que ha de servir de guía para
definir los próximos 20 años de actuación pública
y privada y resolver las necesidades de las islas y de su población
en materia de vivienda, infraestructuras y urbanismo”.
El presidente
de la Comisión de Construcción de CAEB ha destacado que “Balears
debe resolver el problema de la vivienda y las infraestructuras con responsabilidad
y valentía porque nos acercamos a un conflicto social”. Óscar
Carreras ha explicado que “Balears se enfrenta ya a un escenario de enorme
dificultad e importantes consecuencias sociales en el que el acceso a la
vivienda para la población residente se hace cada día más
complicado con unos precios inaccesibles, y al alza, tanto para la compra
como para el alquiler. A la vez, las infraestructuras están desactualizadas
y no dan abasto para el creciente número de residentes y visitantes”.
“Mientras, las sucesivas administraciones han ido apostando por un enorme
acúmulo legislativo, parches a corto plazo, que solo ha provocado
una tremenda inseguridad jurídica y que prácticamente nada
han aportado a la solución estructural de estos problemas”, ha añadido
Carreras.
“Es preciso
anteponer las nuevas necesidades de la población y un nuevo ecosistema
de valores hacia entornos más limpios y descarbonizados”, ha señalado
Carreras, que ha defendido que “esta propuesta parte desde el análisis
riguroso y contempla soluciones bajo el prisma del Desarrollo Sostenible
marcado por la ONU”. En concreto, hace alusión al objetivo 9, que
persigue “construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización
inclusiva y sostenible y fomentar la innovación” y, al objetivo
11, que busca “lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean
inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”.
El texto presentado
“surge de profesionales, empresarios del sector, miembros de asociaciones
profesionales, técnicos, notarios, abogados, y en general, agentes
activos de la sociedad con gran experiencia y muchas ganas de ayudar a
mejorar nuestro entorno en el ámbito de la edificación y
la vivienda, que iniciaron hace ya tiempo este trabajo, con el fin de poner
a disposición de la sociedad su experiencia y conocimientos”, ha
explicado Carreras.
En el acto
de presentación han comparecido también los presidentes y
representantes de las diferentes organizaciones empresariales de Balears
que, integradas en CAEB, promueven el ‘Libro Blanco’ de la Construcción
en Balears:
• Asociación
de Constructores de Balears.
• Asociación
Empresarial de Promotores Inmobiliarios de Balears (PROINBA).
• Asociación
de Fabricantes y Empresas Auxiliares de la Construcción de Balears
(AFACO).
• Federació
Mallorquina de la Fusta i del Moble.
• Asociación
de Empresarios de Instalaciones Eléctricas y de Telecomunicaciones
de Mallorca (ASINEM).
• Asociación
de Industriales Instaladores de Fontanería, Calefacción,
Climatización, Gas, Protección Contra Incendios y Afines
de la Comunidad Autónoma de las Islas Balears (INFOCAL).
• Asociación
de Almacenistas de Materiales de Construcción de Balears.
• Asociación
de Suministradores de Agua de las Islas Balears (ASAIB).
• Asociación
de Fabricantes de Áridos de las Islas Balears (AFA BALEARS).
• Asociación
de Empresas de Manufactura, Piedra Natural y Granito (ASEMAR).
• Asociación
Empresarial de Climatización, Frío Industrial y Calefacción
de Menorca (ACLIFRICME).
• Asociación
de Industriales de Talleres Metalúrgicos, Mecánicos y Afines
de Balears (AITAME).
• Asociación
de Maestros Pintores de Balears (AMPB).
• Asociación
de Industriales del Vidrio Plano de Mallorca (AIVIMA).
• Asociación
Patronal de Yeseros Escayolistas de Balears (APYEB).
• Asociación
Balear de Servicios Inmobiliarios (ABSI).
• Federación
Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM).
• El Colegio
de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Balears respalda asimismo
el documento.
CAUSAS Y EFECTOS
La situación
que describe el texto presentado de forma consensuada por el Sector de
la Construcción balear es la de un entorno legislativo de gran inseguridad
jurídica, cambiante con cada nuevo gobierno o administración
local, con una normativa urbanística obsoleta, en permanente revisión,
y poco o nada adaptada a la realidad demográfica y social. Otra
causa de la situación actual es la escasez, y alto precio, del suelo
disponible, debidos a la insularidad y a la necesidad de conservación
del territorio, y la cambiante y extremadamente compleja gestión
del suelo por parte de la Administración. Balears sufre un continuo
incremento de la población y para los siguientes 12 años
se espera un incremento de 213.000 habitantes, mientras que, como efecto
de la crisis inmobiliaria, arrastra en la actualidad un déficit
acumulado de más de 16.000 viviendas.
Esta situación
se produce a la par que se registra una disminución de las rentas
disponibles, principalmente por parte de la clase media, ligada a una manifiesta
ineficacia de los Planes de Vivienda Estatales y Autonómicos de
VPO/HPP, lo que se sustancia en un mínimo parque de vivienda pública.
Falla además la gestión por parte de la Administración
de la vivienda social, donde un altísimo porcentaje de los inquilinos
no paga los alquileres sociales e incluso algunas de las viviendas públicas
están ocupadas ilegalmente.
El efecto de
esta situación es que el acceso a la vivienda para la población
residente se hace cada día más complicado, agravándose
el problema con el paso del tiempo, y que el mercado de alquiler tampoco
sirve para cubrir la demanda. A su vez, peligra la conservación
del territorio y no debería usarse más suelo rústico
para solucionar el problema de vivienda a precio asequible. Sin embargo,
la realidad es que los precios y las condiciones se alejan de la capacidad
de la población demandante con el agravante de que los últimos
cambios legislativos no han ayudado a paliar esta situación. Por
contra, la fiscalidad está obviado esta problemática social
y las tasas e impuestos o permanecen como siempre o tienden a aumentar.
El entorno financiero es muy duro para el promotor y convierte en extremadamente
difícil el acceso a la vivienda al comprador final.
Pero el problema
llega más allá. Las infraestructuras se están quedando
obsoletas y la bajísima inversión en los últimos años
hace peligrar el futuro estable de la Comunidad Autónoma. En este
sentido, la problemática del ciclo del agua -desaladoras, red de
aguas, vertidos de fecales al mar- y las comunicaciones -carreteras colapsadas-
han entrado en fase crítica.
Todo ello aporta
inestabilidad a un sector que precisa mejorar la competitividad, el empleo
y la profesionalidad. Un sector cuya aportación al PIB y al empleo
es esencial para mantener el estado de bienestar en la comunidad.
PROPUESTAS
DE ACCIÓN
Para revertir
esta situación el documento lanza una serie de propuestas en las
que defiende la necesidad de un amplio consenso político en los
aspectos más básicos del desarrollo urbanístico y
territorial de las islas y reclama un marco normativo estable, con seguridad
jurídica y con vocación de ser duradero.
En este sentido,
la Administración debe cumplir una doble función. Por una
parte, legislar para controlar y facilitar un urbanismo correcto y consecuente
con las necesidades de los ciudadanos y, por otro, gestionar correctamente
el desarrollo de esa legislación. El documento propone cambios integrales
y sustanciales en la legislación y la revisión de los Instrumentos
legislativos básicos con el objetivo de proveer de un bien necesario
a la población.
Es preciso
revisar conceptos urbanísticos que han quedado desfasados o bien
su configuración tiene más de 20 años, debiendo actualizar
criterios en temas tan relevantes como el índice de intensidad de
uso, el análisis de las alturas en los centros urbanos consolidados
y las posibilidades de cambio de uso de inmuebles. Es necesaria la puesta
a disposición de la sociedad de los suelos municipales destinados
a equipamientos en función de las necesidades reales de servicios
a la sociedad y utilizar mediante colaboración público-privada
la edificabilidad sobrante para hacer crecer el parque público de
viviendas.
Urge reducir
las trabas y pasos administrativos e implantar la Administración
Digital. De esta forma, se podrán redirigir los esfuerzos de la
administración y su personal hacia el servicio público, con
el deber de facilitar, dentro de la ley, las demandas de las empresas y
ciudadanos, para lo que precisan contar con un claro apoyo político
y una dotación de medios acorde con las necesidades.
Se hace necesario
estudiar la implantación del silencio positivo en materia urbanística,
en aquellos casos donde se manifiesta mayor ineficiencia, bajo el paraguas
de la declaración responsable como medio para lograr una mayor eficacia
de la Administración, tal como ya se actúa en otras comunidades
autónomas. De esta forma se evitaría que un simple final
de obra municipal se demore más de 8 meses cuando toda la documentación
requerida está en regla causando graves problemas, en especial al
comprador. Las carencias de muchos ayuntamientos pueden solventarse mediante
la implantación progresiva de las mancomunidades de servicios municipales
en materia urbanística, unificando oficinas centralizadas correctamente
dotadas de medios humanos y técnicos y normativas de entornos urbanos
muy similares.
Retomar con
intensidad los Planes de Vivienda, adaptados a la realidad social, como
medio para logar un parque público de vivienda en alquiler permitiría
-con un volumen suficiente- el control de los precios de alquileres. Estos
planes deben contemplar especialmente el primer acceso a vivienda de jóvenes
y colectivos necesitados de ayudas, pero requieren una apuesta clara desde
los Presupuestos Autonómicos por la vivienda social.
Es preciso
reestudiar la vivienda social, el volumen necesario, su coste y, sobre
todo, su gestión. El camino no es solo adquirir o construir viviendas
para los colectivos más necesitados, no se trata de perpetuar situaciones
sociales difíciles. La correcta gestión integral de las ayudas,
tanto en vivienda como en apoyos sociales debe reconducir a las familias
necesitadas a la mejora integral de sus condiciones de vida.
La Administración
tiene en su mano sensibilizar los criterios fiscales para moderar la fiscalidad
a la vivienda digna y asequible, y aplicar la progresividad en función
del tipo de vivienda y de cliente final. Asimismo, es necesario disponer
de nuevos productos financieros que ayuden al acceso a la vivienda y apostar
decididamente por el cambio de modelo y el fomento del alquiler a precios
razonables y con la debida seguridad jurídica para las partes.
Es urgente
un plan de inversión en infraestructuras, principalmente basado
en el mantenimiento y adaptación de los sistemas de depuración
de aguas y la reforma de los accesos a las ciudades, sobre todo en Palma
e Ibiza. También lo es repensar de forma valiente y con visión
de futuro la movilidad en las ciudades, apostando por la movilidad eco,
por la ampliación valiente de las zonas peatonales y carriles bici
y con un plan de aparcamientos disuasorios combinado con incremento de
zonas ACIRE.
Transitar hacia
la reconstrucción de las ciudades pasa por una mejor utilización
del suelo urbano disponible mediante modificación de las herramientas
urbanísticas precisas y una apuesta firme por la rehabilitación
y la reconstrucción, fomentando el uso de nuevas tecnologías,
limpias, eficientes e innovadoras tendiendo al cumplimiento de la Agenda
2030. La reurbanización y compactación de nuestros núcleos
urbanos es la base de un desarrollo sostenible.
Es preciso,
concluye la propuesta, un modelo claro y estable de desarrollo urbanístico,
con amplio consenso político que lo dote de seguridad jurídica,
una política de vivienda pensada a largo plazo y una planificación
de los recursos administrativos necesarios para el desarrollo de esta política.
Toda la sociedad debe implicarse, pero es necesario el impulso de la clase
política para abrir los caminos hacia un modelo consensuado, sostenible
y duradero que defina el futuro del desarrollo urbanístico en las
islas.
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