El mayor problema
que se ve desde estas compañías promotoras es la posible
pérdida de credibilidad del sector en el mercado de capitales internacionales,
ya que la mayor parte de los inversores son extranjeros, debido a que desde
Nueva York o Londres se puede poner en cuarentena a estas compañías
españolas de forma generalizada y por desconocimiento, haciendo
paralelismo con la crisis del ladrillo de hace más de una década.
¿Cómo
ha corregido Neinor el plan de negocios?
El nuevo plan
de negocio presentado a los inversores recoge que este año entregarán
entre 1.200 y 1.700 viviendas, frente a las 2.000 previstas, y el hachazo
mayor llega a partir del ejercicio que viene. En vez de llegar a la velocidad
de crucero, en 2020 darán llaves de sus casas a entre 1.700 y 2.400
clientes y en 2021 entre 2.400 y 3.000 viviendas. En el rango bajo, eso
supone un 47% menos en el número de entregas.
Además,
la nueva velocidad de crucero a la que quiere llegar la empresa como meta
se sitúa entre las 2.500 y 3.000 casas, frente a las 4.000 del anterior
plan. La compañía tiene en la actualidad 5.000 viviendas
en construcción y licencias para otro millar, además de 7.000
en comercialización.
Se ha firmado
un nuevo crédito con JP Morgan. La promotora ha refinanciado el
crédito que disponía con Deutsche Bank por 75 millones y
que vencía en agosto. Su nuevo financiador es JP Morgan, con un
préstamo a 30 meses y con un coste un 20% menor, según el
consejero delegado adjunto.
Se mantiene
la compra de suelo. Neinor prevé desembolsar 100 millones de euros
en compra de suelo, tanto finalista como parcelas sin permisos, en 2019
y 2020. Esa cifra se elevará a los 150 millones en 2021 y a 250
millones a partir de 2022. En la actualidad dispone de terrenos para 13.000
viviendas.
PLAN DE NEGOCIOS
DE NEINOR
El nuevo plan
de negocio presentado a los inversores recoge que este año entregarán
entre 1.200 y 1.700 viviendas, frente a las 2.000 previstas, y el hachazo
mayor llega a partir del ejercicio que viene. En vez de alcanzar la velocidad
de crucero, en 2020 darán llaves de sus casas a entre 1.700 y 2.400
clientes y en 2021 entre 2.400 y 3.000 viviendas. En el rango bajo, eso
supone un 47% menos en el número de entregas. Desde Neinor se culpabiliza
al lento ritmo de obtención de licencias y a la inflación
en los costes de las obras para tomar la decisión del profit warning.
En el caso
de los resultados brutos de explotación (ebitda) hasta 2021, la
rebaja es del 52% en el acumulado del trienio. En 2019 pasará de
150 a 70 millones, en 2020 de 300 a 100 millones y en 2021 de 225 a 150
millones respecto a lo anunciado a los inversores en su salida a Bolsa
en marzo de 2017.
El recorte,
que llega apenas un año después del primer profit warning,
afecta también al volumen de entregas de viviendas. Así,
en su plan anterior se preveía dar las llaves de unas 2.000 viviendas
este año, frente a las 1.200-1.700 del plan actual, lo que supone
un descenso del 15% en el escenario más positivo y del 40% en el
más pesimista.
El ajuste se
mantiene para 2020, año en el que la firma esperaba entregar 4.000
unidades y ahora el objetivo se reduce por debajo de la mitad con unas
unidades previstas entre las 1.700 y las 2.400 viviendas. Asimismo, la
velocidad de crucero para la compañía a partir de 2021 pasa
de las 3.500-4.000 viviendas a las 2.400-2.700 unidades.
El anterior
director General de Operaciones, Borja García-Egotxeaga, asume el
puesto de consejero delegado, y aclara que con estas nuevas cifras, "más
conservadoras", la compañía "se adapta a la realidad económica
del mercado" y apunta que el no cumplimiento de objetivos se debe principalmente
a los retos que han surgido en los últimos meses como "los retrasos
en la obtención de licencias y la subida de costes".
"La dinamización
del sector que ha tenido España en los últimos años
ha conllevado una mayor presión a la hora de conseguir licencia
para unas administraciones qué están tardando más
de los esperado"
"La dinamización
del sector que ha tenido España en los últimos años
ha conllevado una mayor presión a la hora de conseguir licencia
para unas administraciones qué están tardando más
de los esperado", explica el nuevo CEO de Neinor.
"A esto se
suma los retrasos en la construcción. Al tardar más en lograr
las licencias las constructoras quieren actualizar los términos
del contrato y esto complica el cierre de los acuerdos con ellas. Por otro
lado, España carece ahora de un tejido de subcontratación
potente, por lo que el tiempo que se tarda hoy en construir es mucho mayor
al de hace tres años", apunta García-Egotxeaga.
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