Ligeramente
rehundidos sobre la cubierta de los cubos, aparecen seis espacios de contorno
curvilíneo. Estas terrazas horadadas en la piedra, se conectan con
el resto de la cubierta donde aparecen combinándose, diferentes
zonas ajardinadas y espacios entarimados de estancia con precipitadas vistas
al horizonte.
Un ramal completamente
envuelto en madera, discurre longitudinalmente en cada nivel, a modo de
espacio de circulación por los cubos conectándolos entre
sí y con el resto de los espacios de uso común del hotel,
wellness, comedor, bodega y salón. Cada uno de estos espacios es
un escenario independiente conectado al conjunto mediante un mismo lenguaje
formal y material.
En esta línea,
el comedor Oteiza se desenvuelve con un tono independiente del restaurante
aun manteniendo una coherencia y parecido inequívocos con éste.
La amplitud general del espacio recibe al visitante, y una iluminación
estudiada junto a los panorámicos ventanales al mar ambientan el
espacio.
El salón,
también en sintonía con toda la arquitectura, recoge las
sensaciones pretendidas con la calidez de las texturas, luces y materiales,
pero está distintivamente personalizado con diseños propios
de mobiliario. Con acceso directo a las cubiertas y con las inconfundibles
vistas que garantiza la posición del Hotel en la pronunciada ladera
del monte.
Al mismo nivel,
la bodega concebida en dos áreas, como espacio de catas y espacio
de conservación y exposición, se divide con un gran vidrio
curvado. La mesa alta de catas en piedra protagoniza la estancia principal,
y la disposición e iluminación del expositor resalta la presencia
de las botellas como el elemento más importante de la bodega del
restaurante.
El espacio
wellness se desarrolla en dos áreas diferenciadas por un cerramiento
de vidrio curvo. Una zona húmeda con una sorprendente piscina de
piedra acompañada de la sauna y el baño turco; y otra zona
en la que se ubican las tres cápsulas pétreas independientes,
concebidas mediante un innovador sistema constructivo, donde se realizan
los tratamientos. El acceso cálido en el que se ubican los nichos
entelados como espacio de estancia y cinco cabinas a modo de vestuarios
junto a un pequeño gimnasio, contextualizan un espacio que sumado
a las vistas panorámicas de la zona de relajación da una
calor y gusto estético inolvidable.
Un proyecto
que recoge la esencia de la innovación característica de
la historia de Akelarre contextualizada conceptualmente con la dedicación
material que define nuestra marca mecanismo.
Arquitectos
Marta Urtasun.-
Pedro Rica
Situación
Monte Igueldo,
Donostia, San Sebastián
Cliente
Pedro Subijana,
Restaurante Akelarre
Función
Hotel
Fechas
Fecha del
proyecto. 2016-2017.- Fecha de construcción. Julio 2016-Junio 2017
Superficie
construida
3,688.60m²
Colaboradores
Estructura.
Mecanismo estructuras.- Instalaciones. EOS ingeniería.- Aparejador.
Elicabet González.- Consultor fachada vidrio. Uxama.- Dirección
del proyecto. mecanismo.- Constructora. Orizki
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