En 2018 el
valor del suelo se situó en los 159,7 euros el metro cuadrado, un
1,6% menos que un año antes, según los datos publicados ayer
por el Ministerio de Fomento. Si se analiza únicamente el cuarto
trimestre del año, la estadística del Fomento revela que
los precios subieron un 3% respecto al mismo periodo de un año antes.
Según
Cinco Días, teniendo en cuenta que el suelo constituye la principal
materia prima en la edificación, su valor es determinante a la hora
de anticipar cómo oscilará el precio de las casas. En ese
sentido, se podría esperar que la ligera depreciación del
suelo anticipe en el medio plazo un descenso en el valor final de la vivienda.
Una tendencia en línea con las previsiones del sector que, tras
un año récord, apuntan mayoritariamente a una moderación
en los precios.
En 2018, el
suelo urbano se depreció en ocho de las 17 comunidades autónomas,
aunque con muy distinta intensidad. Cantabria fue la región donde
más bajó el precio de los solares (un 17,1% menos respecto
a un año antes) –tras dos años consecutivos creciendo a doble
dígito–, seguida por Castilla-La Mancha (-7,3% de media en el año).
Resalta la
posición de Cataluña, que ocupa el tercer puesto en el ranking
con una caída del 6,1% en el conjunto del año, tras un 2017
en el que el suelo se había revalorizado un 4%. Centrando el foco,
la provincia de Barcelona, cuyo mercado inmobiliario ha estado muy tensionado
en los dos últimos años, registró un descenso mayor
al de la media catalana: allí el precio de los solares bajó
un 7,7% respecto a 2017, hasta los 224 euros el metro cuadrado.
El suelo de
las islas, otra de las zonas donde el mercado residencial ha sido especialmente
dinámico, tendió a estabilizarse el pasado año (con
descensos en ambos casos que no llegaron ni al 1%), hasta los 265 euros
el metro cuadrado en Baleares y los 198 euros en Canarias.
En cambio en
la Comunidad de Madrid, que ha experimentado el sobrecalentamiento en vivienda
de forma más tardía que Cataluña y Baleares, los suelos
urbanos siguieron encareciéndose el año pasado: un 1,5% (hasta
los 295 euros). Si se analizan los municipios dentro de la región
de más de 50.000 habitantes, entonces el repunte en el precio fue
mucho mayor: de un 11,7% hasta los 521 euros.
Las mayores
alzas del año se registraron en el mercado gallego (+13%), el riojano
(11%) y el aragonés (10%). A escala nacional, los solares transmitidos
fueron más numerosos y más grandes. Las operaciones crecieron
un 5,4% hasta las 21.901, mientras que la superficie total aumentó
un 17,5%.
LAS REGIONES
MÁS DINÁMICAS A FINAL DE AÑO
Más
allá del análisis del conjunto del año, las comunidades
autónomas que registraron los mayores repuntes en el cuarto trimestre
del pasado fueron País Vasco, Galicia y Navarra, donde el suelo
urbano se encareció un 29%, 25% y 24%, respectivamente, en comparación
con el mismo periodo de 2017.
Provincias
más y menos caras. En el último trimestre de 2018, los precios
medios más elevados se registraron en Madrid (513,8 euros), Barcelona
(425,9), Granada (383) y Zaragoza (346,3). Los más económicos,
en Coruña (74,9), Castellón (90,9) y León (124,5).
CAUSAS DE LOS
RETRASOS
La tramitación
de nuevos Planes Urbanísticos implica décadas en muchos casos.
Este retraso no se justifica por motivos técnicos y legales.
Otro factor
es el retraso y burocratización con que las administraciones públicas
gestionan las licencias urbanísticas. Hay casos en los que el retraso
es de hasta 18 meses para obtener una licencia de obra, pero un estudio
reciente de la patronal APCE afirma que la media nacional para obtener
este tipo de licencia es de 12 a 14 meses.
A esto hay
que sumar que la licencia de primera ocupación tarda como media
entre tres y seis meses.
Es decir, que
la obtención de ambos permisos supera el tiempo de construcción
de una promoción de una promoción de viviendas.
El resultado
es que estos retrasos hay que repercutirlos en los precios de las viviendas. |