Desde que
Ada Colau tomara el control del Ayuntamiento de Barcelona en 2015, la relación
que ha tenido la capital catalana con el negocio inmobiliario ha sido algo
complicada. Sus políticas para aplacar la situación de emergencia
que vive la vivienda asequible en la ciudad, aplicando medidas como la
del 30% de VPO en nuevas promociones, hicieron saltar de nuevo la voz de
alarma, poniéndose a gran parte del sector privado en su contra.
Josep María
Muntaner está al frente de la concejalía de vivienda y rehabilitación
del Ayuntamiento de Barcelona y defiende políticas como la de limitar
el precio del alquiler, así como poner freno a fondos internacionales
que invierten en Barcelona con el fin de especular con los precios de la
vivienda en la capital catalana. “El sector inmobiliario debe aceptar que
tiene que haber un retorno hacia la sociedad”, ha explicado Montaner en
una entrevista a idealista/news.
Tres años
después de estar al frente de la concejalía de vivienda en
Barcelona, ¿cuál es su valoración?
Hemos logrado
introducir un cambio estructural y de paradigma, por lo que lo valoramos
como positivo. No obstante, hemos de reconocer que el problema al que nos
enfrentamos tiene una magnitud enorme. Por un lado, la herencia histórica,
ya que en España no ha habido una políticas de vivienda continuadas
a diferencia de los países centro europeos y nórdicos, donde
no han apostado solo por la venta sino que se ha apostado por ir acumulando
un parque de vivienda pública de alquiler. Lo que nos encontramos
fue un parque pobre, ya que en Barcelona no llegaba a 7.000 viviendas de
alquiler. Por otro lado, la coyuntura, que era especialmente complicada.
Se sumaron varias crisis, de empleo, económica, que arrastró
una crisis hipotecaria que dejó a miles de familias endeudadas,
creando una distorsión en el mercado de la vivienda.
Frente a la
magnitud de todos estos problemas, las acciones que se han llevado a cabo
en cuanto a vivienda nueva, normativa, rehabilitación, la compra
de vivienda o las cesiones creemos que es un cambio cualitativo para la
ciudad. Es cierto que hemos amortiguado el problema, pero un cambio de
política de vivienda no se hace en cuatro años. De seguir
al frente del Ayuntamiento de Barcelona, a finales del próximo mandato
habremos logrado duplicar el parque de vivienda asequible de alquiler en
Barcelona, con más de 13.000 unidades.
Dígame
cuáles han sido los tres hitos que han marcado en ámbito
de vivienda en Barcelona que se hayan cumplido
El más
importante ha sido el de la rehabilitación, que es el cambio más
inmediato. No sólo cuantitativo, ya que se ha multiplicado por diez
la inversión en este tipo de obras con hasta 40 millones de euros,
sino también cualitativo, ya que se han introducido nuevas líneas,
más allá de la convocatorias más tradicionales como
introducir ascensores en las fincas, como ayudas a los interiores para
mejorar aislamientos, cocinas, baños, y ayudas a mayor escala dirigidas
a barrios (como el Plan Besos), en fincas de alta complejidad por llevar
muchos años sin rehabilitar que están en mal estado y que
están alquiladas a personas que no tienen capacidad de organizarse
o de financiar una obra de esa magnitud.
Como hito,
también hemos puesto en promoción más de 4.000 viviendas
asequibles, si bien necesitaríamos un mandato más para que
estuvieran todas construidas y en pleno uso. Gestionamos 72 proyectos en
marcha, y hemos triplicado el personal de gestión y técnicos.
Además, hemos triplicado la inversión para introducir cambios
que permitan hacer más vivienda asequible. Además, también
hemos hecho hincapié en todo lo referente a viviendas vacías,
cesión de los bancos, compra de viviendas… hemos conseguido sumar
al parque más de 2.000 viviendas.
Han sido muy
críticos con la relación que ha tenido el Ayuntamiento de
Barcelona con el sector inmobiliario. ¿Qué opina de esta
afirmación?
Se tiene que
matizar. El sector inmobiliario no es monolítico ni homogéneo.
Consideramos que, para empezar, hay un sector inmobiliario mucho más
tradicional con el que se puede razonar pero que ha estado muy acostumbrado
a tener muchas facilidades para especular, a que no hay amucha regulación…
pero con el cual tenemos una relación cordial. Luego aparecieron
nuevos actores, y con el que no tenemos buena relación, es con los
inversores internacionales, con fondos que sobrevuelan las ciudades y que
invierten para sacar el máximo rendimiento sin tener en cuenta a
las familias que se llevan por delante. Y lo peor es que la línea
entre estos dos actores, los más tradicionales y los fondos, es
cada vez más fina, ya que en muchos casos colaboran entre ellos.
Nosotros creemos que el sector público no puede arreglar solo la
situación de emergencia que hay en vivienda en Barcelona, y se necesita
apoyo de capital privado, y es lo que intentamos buscar. Necesitamos un
sector inmobiliario mucho más transparente, regulado, sin tanta
tensión y presión, beneficia a todas las partes.
¿Cree
que la solución para aplacar la situación de emergencia de
vivienda en Barcelona es que haya una unión entre el sector público
y el privado?
Sí,
hay que fomentar una buena relación y una buena negociación
para llevar a cabo acciones.
La medida del
30% para VPO ha sido también muy polémica. ¿Cuántas
viviendas creen que se sumarán al parque público a corto
y medio plazo? Los promotores avisan de que con esta medida poco van a
construir y afirman que va a paralizar la construcción de obra nueva
en Barcelona
Es una medida
que no se pensó en 2016 cuando se hizo el plan de la vivienda, pero
sí que teníamos claro que teníamos que usar instrumentos
de planeamiento urbanístico a favor del derecho a la vivienda. Es
cierto que esta medida puede parecer intervencionista, pero no lo es, ya
que se está intentando volver a fomentar lo que ya pasaba antes,
cuando los promotores hacían vivienda pública a precio tasado
e incluso había empresas especializadas sólo en alquiler.
Es una apuesta compleja pero que creemos que puede dar un resultado muy
positivo a medio plazo, ya que pueden llegar a sumar unas 300 viviendas
nuevas al año al parque público gracias al buen ciclo por
el que atraviesa el inmobiliario. No obstante, todas las operaciones que
se hagan serán viables económicamente: unas viviendas estarán
a precio de mercado y otras (el 30%) estén a un precio muy parecido
al de coste, sin un gran beneficio para el promotor.
También
vamos a conseguir ganar capilaridad en barrios en los que el Ayuntamiento
no tiene suelo público, como Ciutat Vella, Ensanche o Gracia, que
son barrios donde no había vivienda asequible para clase media o
media-baja. Pero no es suficiente para resolver el problema de emergencia
de familias sin recursos.
Muchos profesionales
del sector de la promoción inmobiliaria creen que es una medida
acertada, pero no ejecutada de manera correcta. ¿Les da miedo que
se paralice el negocio promotor en Barcelona?
No podemos
prever lo que va a pasar, y en concreto en economía es imposible,
pero nosotros consideramos que no hay peligro de congelación del
mercado por medidas como esta, pero tampoco por medidas de regulación
de precios de alquiler, ya que Barcelona es la ciudad más cara de
toda España. Lo que hacen es reequilibrar y racionalizar el mercado,
ya que el solo se desboca y debe tener unas herramientas de regulación
y de control. Por eso mismo no consideramos que vaya a ser una medida paralizadora.
De momento,
esta medida ha incentivado la solicitud de licencias previa a su puesta
en marcha, algo que pasó con el Plan General Metropolitano, en el
1976, que todos los arquitectos tuvieron centenares de proyectos antes
de que entrara en vigor y cuando se activó no hubo ningún
colapso. Naturalmente se levantarán ahora muchas promociones que
no tienen que reservar ese 30%, y seguramente luego se note un frenazo
en la curva de crecimiento, pero entendemos que será algo factible.
El sector inmobiliario debe aceptar que tiene que haber un retorno hacia
la sociedad.
Otra de las
peticiones que hace el sector privado a la parte pública es la agilidad
administrativa para, por ejemplo, la concesión de licencias. ¿Cuál
es la respuesta del Ayuntamiento de Barcelona a este tipo de quejas?
Es una queja
que entendemos, y es cierta. La administración ya es lenta de por
sí, y digamos que los protocolos, las normativas o los controles
la han hecho aún más lenta. Esto hace que los proyectos se
retrasen y colapse. Si a esto le sumamos que en el Ayuntamiento de Barcelona
hay poco técnicos que se ocupen de las licencias y la formación
de los nuevos es muy lenta (deben saberse la normativa y especializarse),
pues todo se agrava. El Ayuntamiento también lo sufre, ya que tenemos
proyectos de vivienda o equipamientos que también deben pasar estos
controles normativos y se retrasan.
Por otro lado,
es cierto que vivir en Barcelona es cada vez más caro y que gran
parte del parque de vivienda está en manos privadas. De volver a
tomar las riendas del consistorio en 2019, ¿qué medidas nuevas
aplicará en cuanto a vivienda?
Nosotros tenemos
un plan para diez años, y la idea es continuar ejecutándolo
de la misma manera y con el mismo el equipo, excepto yo, que no continuaría
como regidor porque quiero volver a la Universidad. Ahora, hacer posible
este plan requiere un seguimiento muy intenso: poder conseguir más
pisos vacíos, que el operador metropolitano que hemos creado se
apruebe por completo y funcione, conseguir vivienda más sostenible
y ecológica… Lo hemos puesto en marcha, ahora se tiene que estar
encima y eso supone mucho esfuerzo.
Actores como
Haibu 4.0, los creadores de las casas colmena, dicen ser una solución
al elevado coste de la vivienda en Barcelona. ¿Por qué no
se ha creado un debate con ellos en torno a este proyecto? Dicen que el
Ayuntamiento nunca ha querido recibirlos, pero no sé si es cierto…
Es un tema
al que no queremos darle muchas vueltas, ya que si no cumple la normativa
no hay debate. No van a poder implantar este modelo, pero ni en Barcelona
ni en ningún otro punto de Cataluña, ya que una vivienda
tiene que tener, como mínimo, 36 m2. Lo que plantea Haibu4 4.0 está
en la ilegalidad, por lo tanto no se va a permitir. Y de modificarse la
normativa, porque entendemos que debe ser flexible, se cambiaría
en dirección a la calidad nunca hacía amontonar las personas
y reducir la calidad de vida.
El candidato
a la alcaldía de Barcelona y empresario Karl Jacobi (del partido
Nosotros-Regeneración Social) ha puesto sobre la mesa la posibilidad
de construir una isla artificial ante la costa de Barcelona. ¿Esto
es viable? ¿Tiene sentido?
Es algo de
países muy globalizados, y es una idea recurrente. Históricamente,
Barcelona ha tenido propuestas de construir una ciudad ecológica
en su frente marítimo, también ha habido promotores inmobiliarios
que han hecho ‘renders’ de estas ciudades en el agua… En el caso de Barcelona
es totalmente un ‘bluf’, ya que esto no es Dubái y no es viable.
¿Qué
opina sobre la medida de limitar el precio del alquiler tal y como prevé
el Gobierno? Es una medida que ha sido aplicada sin éxito en París
o Berlín, por ejemplo…
Sin éxito
es una valoración que han hecho algunos expertos, pero todo depende
de cómo se mire. No hay ninguna medida que sea la panacea ni tenga
el éxito asegurado. Y menos en vivienda, que deben convivir muchas
viviendas a la vez. No obstante, nosotros pensamos que limitar el precio
del alquiler será un elemento más dentro de la constelación
de medidas, en la que todas son importantes, pero ninguna es la solución.
La izquierda se ha puesto muy firme con esta medida en concreto porque
consideramos que para las grandes ciudades es un instrumento para des tensionar
el mercado, para tener un cierto control, fomentar que se cumpla el índice
de precios que elaboramos… y falta un argumento para sancionar cuando haya
incrementos excesivos y esto solo puede llevarse a cabo con esta regulación.
¿Vivir
de propietario o de alquiler?
En Barcelona
vive ya un 40% de personas de alquiler y en el resto de España también
es muy representativo. El futuro en los próximos años va
a estar en alquiler y nuestro deber es asegurar que se dignifica, con un
proyecto de años y dar cierta estabilidad, tanto al arrendador como
al arrendatario.
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