En términos
interanuales, las Administraciones Locales y la Regional aumentaron su
inversión en aproximadamente un 30%, pasando de 135,6 a 174,8 millones
de €, la inversión local, y de 65,3 a 83,1 millones de €,
la inversión regional. Sin embargo, la Inversión Estatal,
se reducido en un 55% con respecto al año 2017 donde se invirtieron
en nuestra provincia 77,5 millones de €, frente a los 34,3 millones
de € con los que se ha cerrado la inversión estatal en el año
2018. Los representantes de la patronal de construcción han querido
resaltar que esta cantidad ha quedado muy lejos de los 140 millones de
€ comprometidos en los Presupuestos Generales del Estado.
A este respecto,
la presidenta del Grupo de Contratistas de ACP, María García,
comentó que: “el Estado ha invertido en Málaga unos 60€/habitante/año,
cuando en el resto de las provincias españolas invierte de media
unos 100€/habitante/año.” La Sra. García definió
esta situación como de “abandono y falta de compromiso hacia una
provincia con uno de los mayores potenciales de crecimiento del país”.
La presidenta
del grupo de contratistas resaltó la necesidad de seguir apostando
por Málaga, y sobre todo la necesidad de hacerlo con seriedad, ya
que, “año tras año observamos en los Presupuestos Generales
del Estado el anuncio de la licitación de las mismas obras, que
luego nunca se ejecutan”. Esta falta de rigor - sostuvo la Sra. García
- “es más fácilmente detectable a nivel estatal, ya que,
al menos, identifican las obras a ejecutar. En el ámbito autonómico
la situación es aún peor, ya que hace años que se
optó por no provincializar la inversión, ni dar nombres concretos
de actuaciones, para que no pudiera hacérseles seguimiento a los
incumplimientos. Esperamos que el nuevo gobierno andaluz sea más
transparente con sus presupuestos.”
Con respecto
a las bajas en las adjudicaciones, los constructores informaron que en
el año 2018 se habían recortado sensiblemente respecto a
años anteriores, situándose en el 20%. Cifra que aún
parece excesiva si se presupone, que los proyectos están bien estudiados
por la Administración con precios de mercado, no obstante, y según
funciona el sistema de licitación pública, sigue siendo la
única forma de poder ser adjudicatario. La nueva Ley de Contratos
obliga a recoger otros requisitos de calidad además del económico,
pero en la práctica se están convirtiendo en lo que los constructores
denominaron “bajas en especie”, según explicaba la representante
de los constructores “además de las bajas dinerarias, hay que ofrecer
otros compromisos a la Administración, que también suponen
coste para la empresa, aunque no se refleje directamente en la baja, como
son mejoras, aumentos de plazos en la garantía, etc”
La diversidad
de criterios de aplicación por parte de las Administraciones de
los nuevos requisitos de la Ley de Contratos preocupa a los constructores.
La Presidenta
del Grupo de Contratistas de la ACP hizo referencia a que, tras la entrada
en vigor de la nueva Ley de Contratos, hubo una paralización de
las licitaciones, “porque los responsables políticos de las Administraciones
no han sido capaces de evaluar la magnitud del cambio que implicaba la
nueva Ley, no solo en la referente a la adaptación de los Pliegos
de licitación sino, también, en relación a la nueva
forma de relación Administración-Empresa de una manera completamente
telemática”.
La Sra. García
dio voz a una queja general de las empresas constructoras, ya que la adaptación
a la nueva Ley se ha terminado haciendo, en muchos casos, de una forma
“poco pensada y para salir del paso”. La Ley de Contratos pretende poner
en valor el conocimiento que la empresa licitante tiene de la obra a ejecutar
y no sólo su oferta económica; sin embargo, se está
optando por puntuar los requisitos exigidos en función de “la cantidad
y no la calidad”. Como ejemplo citaba, las nuevas obligaciones en Medio
Ambiente, Sociales y de Género, que están siendo aplicadas
por los Ayuntamientos de forma cuantitativa lo que viene a favorecer a
las grandes empresa frente a las pymes “no puede ser que se le dé
la máxima puntuación a la empresa que más vehículos
eléctricos adscriba a una obra, sin estudio de cuantos son los que
realmente se necesitan o comprobación posterior de que los vehículos
comprometidos están realmente en la obra y no repartidos por toda
España”, comentaba García, o “la máxima puntuación
a la empresa que dé un mayor plazo de conservación posterior,
porque ocurre lo que hemos podido ver hace unos días en Córdoba
que una empresa ofreció 54.000 millones de meses, cifra que matemáticamente
le hacía adjudicataria, daba igual lo que contuviera el resto de
su oferta” .
LAS CIFRAS
DE INVERSIÓN EN ANDALUCÍA
El informe
también recoge la información de inversión en Andalucía,
que concluyó el año 2018, en 1.962,3 millones de €,
un importe que llega casi a duplicar lo licitado en el año 2017.
En todas las provincias se incrementa la inversión, excepto en Córdoba
donde desciende mínimamente, a pesar de ser la provincia con una
menor ratio de inversión por habitante. El volumen medio inversión
total por habitante y año, en Andalucía en 2018, se situó
en 233,81€, en los extremos se situaron, por abajo, Córdoba
que tuvo una inversión de 111,64€/hab/año, y la más
alta por los tramos licitados del Corredor Mediterráneo, Almería
con 838,84 €/hab/año. Málaga se sitúa por debajo
de la media, con 180€/habitante /año.
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